Tag Archives: neoliberalismo

Julio María Sanguinetti: No basta votar

Bien se sabe que la democracia no es sólo elecciones, condición necesaria pero no suficiente. Una democracia supone un gobierno electo por el pueblo; como dice Popper, procedimientos no violentos para sacudirse una mala administración; la adecuada autonomía de los poderes de gobierno; la vigencia consentida de un Estado de derecho y el respeto general por las libertades y garantías de los ciudadanos.

En el umbral del Bicentenario de nuestras repúblicas latinoamericanas, ese ideal tan largamente acariciado, está aún lejos. Se vota: todos los gobiernos, salvo la conocida excepción cubana, son resultado de elecciones y ello debe valorarse. Incluso en los dos países más grandes, podemos señalar algunos avances notables. Brasil posee hoy partidos nacionales estables y México ha estrenado un sistema electoral transparente con una alternancia política razonablemente aceptada.

Más allá de estas gratificantes comprobaciones, nos encontramos con inestabilidades y degradaciones imposibles de ocultar. Caído el Muro de Berlín y superada la guerra fría, nuestro hemisferio se alejó de la diabólica dialéctica de unos sustentando guerrillas marxistas desde Cuba y otros dictaduras desde Washington. Pareció que nos llegaba un tiempo de paz, en que la democracia podría brillar, pues dependía simplemente del esfuerzo de los demócratas latinoamericanos. Los hechos no han sido tan gratificantes.

En Brasil (1992), renuncia el presidente Fernando Collor de Melo ante la inminencia de un juicio político. En Paraguay (1999), el presidente Cubas renuncia y se exilia en Brasil, a raíz de las revueltas desencadenas por el asesinato del vicepresidente Argaña, quedando la Presidencia en manos del titular del Senado González Macchi, quien a duras penas termina su mandato. El caso peruano fue uno de los más detonantes, con la dimisión de Alberto Fujimori (2000), quien abandonó la Presidencia luego de ser reelecto, a raíz de descubrirse una trama siniestra de corrupción y espionaje que manejaba un capitán Montesinos, de triste memoria. Argentina (2001) vio caer al presidente Fernando de la Rúa a raíz de una crisis económica severa y el acoso de piquetes organizados que se adueñaron de la calle; todo lo cual dio paso a tres presidentes provisionales en dos meses, finalmente sustituidos por Eduardo Duhalde, quien alcanza la normalización institucional. En Bolivia, entre 2003 y 2005 se produce la estrepitosa caída del presidente Sánchez de Lozada, y más tarde la de su sustituto Carlos Mesa, para abrir espacio finalmente a la elección de Evo Morales, administrador de un país agrietado en dos partes por un persistente conflicto étnico. En Ecuador (2005), el presidente Lucio Gutiérrez cae en medio de revueltas populares.

Este sucinto relato apenas resume las caídas presidenciales. No podemos ignorar la degradación democrática que se vive bajo gobiernos populistas como el de Venezuela, donde se ha instaurado la Presidencia eterna y cerrado la principal estación privada de televisión, mientras la otra independiente sobrevive bajo amenaza. A lo que se añaden vaciamientos institucionales tan fuertes como el de que, electo en Caracas un alcalde opositor, se dictó una ley despojándolo de todas sus competencias, transferidas a una nueva superautoridad creada para administrar la ciudad capital. Tampoco cabe olvidar la permanente furia reeleccionista que entra a los mandatarios en ejercicio y que no parece terminar.

Todo esto viene a cuento de los dramáticos episodios ocurridos en Honduras, que registran el primer golpe militar de esta etapa histórica. Golpe sui géneris, porque nació del Parlamento y el Poder Judicial, que enfrentados al presidente terminaron reclamando una intervención militar para deponerlo y desterrarlo. No hay duda de que este presidente se había extralimitado hasta el punto de que no hubiera un solo diputado de su partido que levantara la mano en su favor. Pero tampoco hay duda de que cualesquiera fueran sus excesos, nunca debió ser el Ejército el arbitrario ejecutor de un derrocamiento presidencial, que bien ha sido calificado internacionalmente como un golpe de Estado.

Dos siglos de independencia no habilitan ya más excusas. No se puede seguir hablando de la herencia hispánica, del imperialismo norteamericano o del comunismo internacional. Nuestras repúblicas aún adolecen de inmadurez democrática y ello se advierte en el debate diario. Si una dictadura es de izquierda o derecha, será buena o mala para unos u otros, al margen de su condición autoritaria. Y ello ocurre en los medios políticos tanto como en las universidades, todavía ancladas en debates ideológicos que ya debían haberse librado a la historia.

Hemos vivido un quinquenio milagroso del mercado internacional, que derramó excedentes fabulosos. Hubo algunos avances, pero magros en el conjunto, porque -como dice Alain Touraine- “las chances de desarrollo dependen hoy más de las condiciones políticas y sociales que de las condiciones económicas”. Sólo los países con estabilidad pudieron aprovechar satisfactoriamente la bonanza, como pasó en Chile, Brasil, Colombia o Perú. Pasada la buena racha y enfrentados nuevamente a la dura competencia de los mercados, se hace más imprescindible que nunca la seguridad jurídica y la estabilidad política. Que es, justamente, lo que vemos resquebrajarse en variadas partes del hemisferio.

Julio María Sanguinetti, ex presidente de Uruguay, es abogado y periodista.

Fuente: El País

Leave a comment

Filed under Blogroll

Ronald Vidal: PUTREFACCION ÚLTIMA FASE DEL ULTRACAPITALISMO.

La corrupción, se nutre de la corrupción:
Un debate de lo mismo:

He sostenido, que la corrupción, alimenta la corrupción; este funesto axioma se está convirtiendo en ley. Este terrible fenómeno, puesto de manifiesto especialmente en los países de corte capitalista, considerando que este, no sólo es un determinado sistema económico, sino el conjunto de esa misma estructura, más que una superestructura que de la misma se deriva, se caracteriza por el dominio de los individuos con más capital y por la propiedad privada de los medios de producción, distribución y acumulación, todo un enjambre, gubernamental, congresarial, judicial, militar, policial, social y cultural que subyace y garantiza su reproducción. Los pobres que son la mayoría del género humano, se hallan no sólo como esclavos de este sistema genocida de acumulación y destrucción, sino también presos de su dictadura jurídica, moral, social y cultural. El ultra capitalismo, globo colonización e imperialismo cultural que padecemos, se ha denominado, “CAU”, (Cultura de Alienación Universal). Así mismo, la citada concentración de capital hace que no sean más de 500 familias de ultra capitalistas aproximadamente, las que controlen el devenir de nuestro mundo y por tanto también y en última instancia, de nuestras vidas. Estas familias, efectúan el control cultural, mediante la televisión, la publicidad, los videojuegos, los video clips, la revistas, la música, el cine y los libros “best-séller” mediante los diabólicos periodistas, como: “Gayly”, Raúl Vargas, “cara de chancho”, Magali Medina, Laura Bozo, Cecilia Valenzuela, entre otros por citar sólo algunos de los más importantes. Aquí radica su auténtica dominación cultural, en el arte más popular consumido por el grueso de las masas. Puesto que un análisis determina que ahora son los ultra capitalistas (clase superior de la burguesía), los que mediante un servicio de técnicos mercenarios influyen a la ciudadanía con sus productos culturales de control. Mediante ellos y al igual que en otros períodos históricos, las clases dominantes intentan controlar lo que las clases dominadas piensan y más importante aún, desean. En un mundo polarizado, en el que unos pocos individuos concentran la mayor parte de la riqueza mundial mientras que 2/3 partes del mundo lo pasa realmente mal (llegando incluso a niveles de pesadilla), esta leite oligárquica se debe esforzar por mantener este Status Quo que tanto la beneficia y por tanto “conspira” constantemente no sea que la masa adormecida un día despierte y reclame lo que le pertenece.

El capitalismo representado por la Banca, las constructoras, las inmobiliarias, las multinacionales todas, los Estados, los Gobiernos –todos-, y algún que otro ciudadano anónimo igualmente corrupto, se agencia los beneficios y crea puestos de trabajo basura cuando las cosas le van bien; y nos deja en el paro, suben, de manera inmisericorde, los precios, y socializa las pérdidas vía papá Estado, cuando le ve las orejas al lobo.

Nos perderíamos, si analizamos con detenimiento estos vericuetos de índole político filosófico. Pero eso nos esta reflejando la realidad actual de los países que se han contagiado con el ultraliberalismo. Ninguno se salva de la terrible corrupción, que está llegando a su límite de tolerancia. Lo ha dicho la señora Sarah Palin, en su debate con Joe Biden; que el Wall Street, esta corrupto; es decir la meca y cuna del ultra capitalismo, está podrido: La ley social, se cumple irremediablemente, y que el candidato republicano a la Casa Blanca, John McCain, aseguró la candidata, acabará con la codicia desenfrenada y la “corrupción”, a las que responsabilizó en buena parte de la crisis que sacude a Wall Street. Aludió también al “comportamiento irresponsable” como uno de los factores desencadenantes de esta crisis financiera y expresó su convencimiento, no obstante, de que “los cimientos de nuestra economía” se mantienen sólidos, pero amenazados. A su juicio, son la “codicia” y la “mala administración” los que “han puesto en riesgo” los fundamentos de la economía y los mercados financieros. “La cabeza de nuestra economía está rota”,
Es decir el orgullo ultra capitalista, por los suelos; por que ahora, están recurriendo al Estado, para que le tienda el laz0o salvador o tal vez son los pobres contribuyentes de los EE.UU. y de los países satélites, los que tendrán que pagar el pato, pagar los fracasos de “empresarios” resultado de la arrogancia y la codicia… Ahora, están en riesgo los ahorros de retiro, lo cual haría aumentar las ejecuciones hipotecarias, el desempleo y la quiebra de empresas, y significaría una ‘‘larga y dolorosa recesión”. “Nunca más nos vamos a dejar explotar por aquellos que nos prestan dinero”, ha dicho Palin. Tenemos que aprender lecciones importantes de esta situación para que nunca más volvamos a ser explotados. ¿Será cierto?, o será una mas de las celebres mentiras a las que nos tienen acostumbrados nuestros presidentes en sus promesas electorales: “pena de muerte”, “nueva constitución” , “reforma electoral”, “renovación por tercios de los parlamentarios ociosos y mentirosos, que en el Perú se les denomina CONGRESAURIOS”, “OTORONGOS”, “referéndum ratificatorio presidencial”, “justa tributación por las transnacionales explotadoras”, “descontaminación ambiental”, una y mil promesas mas, hasta salir de presidentes, que nunca las cumplen. Es decir PROMETER Y PROMETER HASTA SALIR DE PRESIDENTES; y después, garrote y robo.

Se hizo público este fin de semana que la compañera sentimental de Wolfowitz, quien trabaja para el Banco Mundial, recibió, por instrucciones suyas, una duplicación del sueldo de 100,000 a casi 200,000 dólares, saltándose varios escalones y ahora resulta que gana más dinero que la Secretaria de Estado de los Estados Unidos. Wolfowiltz, fue uno de los arquitectos de la invasión a Irak, uno de los que planeó la gran mentira de las armas de destrucción masiva en manos de Sadam Hussein, artífice desde el año 2001 de una guerra contra Irak y hombre del pequeño núcleo duro neoconservador de George W. Bush ha logrado lo que ningún otro presidente del Banco Mundial había logrado antes: polarizar a la prensa financiera y la comunidad internacional y generar una imagen traslucida del manejo del poder de Bush hijo en el Banco Mundial.

Ni Chile se salva, tomamos como ejemplo los casos: Codelco, MOP GATE o EFE, O Chile deportes o Mineduc, Lucketty en el Perú, los lingotes de oro de Pinochet, los fondos de Teletón, la empresa fantasma Publicam, el caso de la compra de las acciones de LAN, por Piñera, para financiar la c campaña de la señora Bachelet; es decir, llenariamos varios tomos. De México, su porosísima escalada narcoterrorista, que está causando mas muertos que los ocurridos en Irak; el PRD recibía fondos antes de las elecciones del D.F., de empresas o personas con actividad empresarial, a cambio de que cuando ellos ganaran, los que aportaron tendrían beneficios de palabra, o sea, sin documentos ni nada que avale un posible acto de corrupción. Bien dicen que la ocación hace al ladrón y en México, como en mi País, las leyes posibilitan la corrupción. En Colombia, la corrupción sigue viva, con signos evidentes de empeorar, comprometidos hasta la remaceta al tos funcionarios del Estado, opera en medio de una sociedad que le rinde culto al enriquecimiento rápido y sin esfuerzo, propio de la cultura del narcotráfico, entonces nos encontramos frente a un problema que refuerza el orden imperante y beneficia a sectores de la sociedad tradicionalmente privilegiados. Tal vez allí esté la razón para que no exista voluntad política para enfrentar este terrible flagelo. La negativa del ex vicepresidente de Estados Unidos y activista ecológico, Al Gore, de asistir a un foro en la ciudad de Miami para evitar encontrarse con el presidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez por sus nexos con el narcoparamilitarismo, así como la suspensión por parte del Senado norteamericano de una partida del orden de los 55 millones de dólares con destino al Ejército colombiano, hasta tanto no se aclare los nexos de uno de su generales con organizaciones paramilitares, son apenas algunas de las consecuencias políticas derivadas de los bien sustentados debates en el Congreso de la República del principal partido de oposición, el Polo Democrático Alternativo (PDA). Uribe Vélez llega a la Presidencia de Colombia en 2002 gracias a su campaña de desprestigio contra el proceso de paz que había iniciado el gobierno de Andrés Pastrana (1998-200) con el grupo insurgente de las FARC y que terminó en fracaso.

Una vez en el poder, Uribe promovió un simulado “proceso de paz” con los jefes del paramilitarismo. Simulado porque no puede haber proceso de paz entre dos partes amigas. Como es obvio los grupos de autodefensa han servido al Estado colombiano para hacerle la “guerra sucia” y de paso, convertirse en un proyecto político-mafioso que domina una amplia extensión de la geografía colombiana, con definitiva intromisión del narcotráfico. Que sucede con Uribe, o es que está jugando a hacer el papel de un perfecto idiota, o cree que el resto entra a su jugada, comiéndose el sapo. Bueno seguir escribiendo sobre la corrupción, llenaría más tomos que los comentarios a la Santa Biblia. Seguiré ocupándome del tema sobre la corrupción en mi país; que amerita un capitulo especial, para muestra un botón de los famosos congresaurios, que al ser descubiertos sobre todos los juegos y artimañas, falsificaciones y delitos para apropiarse de los siete mil soles que se les asignaba para gastos operativos y resultar muchos de ellos comprometidos, de motu propio, han promulgado una ley, incrementando esta cantidad al sueldo. Inaudito, a la verdad que estos otorongos se pasaron. Lo cierto que el sistema maldito se derrumba, roído, carcomido por la putrefacción y quizás esto es lo único rescatable del debate de la Palin con Joe. Que se viene la debacle, es indubitable; las aseguradoras privadas, invento de los Chilenos, y aplicadas en el Peru, por el supercorrupto “chino” Fujimori, se fagocitaran toda la plata de los pobres asegurados. Ya está cumbiendo el pánico financiero a un magno nivel y yo […] mañana después de mi matutino café, iré de prisa al banco a sacar mis doscientos dolarcillos que tengo ahorrados. No vaya a ser que sucumban en las fauces de estos bancos delictivos y mafiosos. Saludos, para su persona y Tresycuartos.

6 Comments

Filed under Blogroll

Jeff Faux: Repensar el TLCAN después del colapso de Wall Street

Al competir por los votos de los obreros durante las elecciones primarias del Partido Demócrata en la primavera pasada, Barack Obama y Hillary Clinton prometieron renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con el fin de sumar mecanismos de protección para los trabajadores y el medio ambiente. La idea fue de inmediato considerada por las clases políticas de Estados Unidos, México y Canadá como retórica excesiva de campaña que pronto se olvidaría. Después, en efecto, pareció que tanto Obama como Clinton se retractaban de lo que habían dicho.

Sin embargo, como el colapso de los mercados financieros estadunidenses va a debilitar los supuestos en que se han basado las relaciones económicas entre Estados Unidos y México desde la entrada en vigor del TLCAN, el resultado puede ser una oportunidad no sólo para corregir las asperezas del tratado, sino para reformular la economía de América del Norte y funcione para la gran mayoría de ciudadanos de los tres países, no sólo para las elites que originalmente lo negociaron.

El TLCAN fue el prototipo para la red de acuerdos económicos neoliberales que ahora cerca al planeta; con el eufemismo “libre comercio” socavó la capacidad de los habitantes de cada nación para decidir sus propias políticas sobre la inversión, la propiedad intelectual, las finanzas, las adquisiciones y otros instrumentos de desarrollo económico. En esencia, el TLCAN es la “Constitución” que rige la economía de esta parte del continente, fomentando la posición negociadora de un solo tipo de participante del mercado: el inversionista corporativo multinacional.

Por lo tanto, no debería sorprendernos que el ingreso y la riqueza se hayan trasladado de la clase trabajadora a la clase inversionista en la región. En las tres naciones los salarios reales (ajustados de acuerdo con la inflación) se han rezagado respecto al incremento de la productividad laboral, y la diferencia ha ido a parar a los bolsillos de quienes administran y son dueños de las empresas corporativas.

La promesa de que el TLCAN generaría altos niveles de prosperidad sostenida para los mexicanos comunes fue, por supuesto, una ilusión. Pero el impacto político y social ha sido amortiguado por el continuo crecimiento económico estadunidense, que permite que las elites mexicanas exporten una parte de su pobreza y desempleo a ese país. La situación beneficia a los ricos y poderosos de ambos lados de la frontera. Las elites mexicanas se deshacen de trabajadores frustrados y con deseos de superación, que podrían causar problemas políticos en casa; al mismo tiempo, sacan provecho de las abundantes remesas de divisas que llegan a la economía mexicana. Los empresarios estadunidenses se benefician con una oferta nueva de mano de obra barata.

Pero el crecimiento mismo de Estados Unidos durante los 20 años pasados descansó en una ilusión; es decir, podrían continuar eternamente comprando al resto del mundo más de lo que le estaban vendiendo y financiar el déficit comercial por medio de préstamos del extranjero con bajas tasas de interés. Quienes proporcionaban estos créditos estaban dispuestos a reciclarlos porque confiaban en la integridad de las instituciones de Wall Street, en la capacidad de sus administradores y en la estabilidad del dólar estadunidense. Esta confianza ha disminuido de manera considerable, si no es que se ha hecho añicos.

Incluso si el rescate de 700 mil millones de dólares de Wall Street lograra apaciguar los mercados crediticios, la economía de Estados Unidos entrará a un largo periodo de reducción de gastos. Se necesitará una década o más para que el mercado inmobiliario se recobre lo suficiente y los consumidores de nuevo hagan uso de él, elevando los precios con el fin de financiar su gasto de consumo. Las tasas de interés serán más altas. Los muy endeudados consumidores estadunidenses, que han visto sus recibos de nómina estancados por dos décadas, ahora se verán forzados a vivir de acuerdo con sus medios, a ahorrar más y a gastar menos, sobre todo en importaciones, que serán más caras debido a un dólar débil. Para cerrar el déficit comercial, Estados Unidos tendrá que exportar más, pero como tantas industrias ya se han ido al extranjero, los estadunidenses se verán obligados a competir con base en salarios más bajos. Los costos del rescate, del imperio militar y los apoyos a los deteriorados sistemas de salud, educación y de pensiones significarán impuestos más altos, reducción de los servicios gubernamentales y la caída de los estándares de vida de la familia estadunidense promedio. Entre otras consecuencias, es probable que la hostilidad hacia la inmigración continúe afianzándose, cerrando así esta válvula de seguridad que hasta ahora atenuaba las tensiones sociales en México.

La era en la que el crecimiento de la economía de Estados Unidos, alimentada por la deuda, podía continuar ocultando el incumplimiento de las promesas del TLCAN ha terminado. Sin embargo, la integración de la parte norte del continente americano no puede revertirse. Hay demasiados vínculos económicos, financieros y personales entre las tres naciones para separarlas. Así que es hora de empezar desde cero.

Es posible imaginar una perspectiva diferente de la economía de América del Norte. Una en la que los derechos humanos, la estabilidad comunitaria y la justicia económica tengan prioridad sobre los derechos del capital a oprimir a los tres países en nombre de la rentabilidad privada. Pero es imposible imaginar que estos valores sean negociados por la misma clase de elites transfronterizas que nos llevaron al TLCAN.

Ya hace tiempo que en los tres países existe resistencia contra el TLCAN entre pequeños agricultores, gremios laboraales, ambientalistas y ciudadanos comunes indignados por la desintegración social y la inequidad que fomentó la integración económica. Pero a diferencia de las asociaciones políticas entre las elites de esta parte del continente, la resistencia en cada una de estas naciones está aislada, no funciona y no ha creado alianzas políticas transfronterizas serias. De este modo, por ejemplo, cuando los agricultores mexicanos se manifestaron en favor de una revisión del capítulo agrícola del TLCAN, los embajadores de Estados Unidos y de Canadá los trataron con desprecio. Si los agricultores hubieran sido apoyados por sindicatos y ecologistas estadunidenses y canadienses, hubiera sido más difícil que el gobierno mexicano desoyera sus demandas.

Construir una alianza política transfronteriza de izquierda no será fácil, sobre todo porque muchos grupos antiTLCAN de los tres países han expuesto sus razones con argumentos nacionalistas. Pero, mientras los cimientos económicos de la constitución neoliberal de la economía de América del Norte continúen desmoronándose, puede existir una oportunidad para que un movimiento popular desafíe a la clase corporativa con una perspectiva diferente y más atractiva sobre el futuro regional.

Jeff Faux: Economista, fundador y miembro distinguido del Instituto de Economía Política en Washington, DC. La Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) ha publicado en español recientemente su libro La guerra global de clases.

Traducción: Pilar Castro Gómez

1 Comment

Filed under Blogroll, economy

Ignacio Ramonet: La crisis del siglo

Los terremotos que sacudieron las Bolsas durante el pasado «septiembre negro» han precipitado el fin de una era del capitalismo. La arquitectura financiera internacional se ha tambaleado. Y el riesgo sistémico permanece. Nada volverá a ser como antes. Regresa el Estado.

El desplome de Wall Street es comparable, en la esfera financiera, a lo que representó, en el ámbito geopolítico, la caída del muro de Berlín. Un cambio de mundo y un giro copernicano. Lo afirma Paul Samuelson, premio Nobel de economía : «Esta debacle es para el capitalismo lo que la caída de la URSS fue para el comunismo.» Se termina el período abierto en 1981 con la fórmula de Ronald Reagan: «El Estado no es la solución, es el problema.» Durante treinta años, los fundamentalistas del mercado repitieron que éste siempre tenía razón, que la globalización era sinónimo de felicidad, y que el capitalismo financiero edificaba el paraíso terrenal para todos. Se equivocaron.

La «edad de oro» de Wall Street se acabó. Y también una etapa de exuberancia y despilfarro representada por una aristocracia de banqueros de inversión, «amos del universo» denunciados por Tom Wolfe en La Hoguera de las vanidades (1987). Poseídos por una lógica de rentabilidad a corto plazo. Por la búsqueda de beneficios exorbitantes.

Dispuestos a todo para sacar ganancias: ventas en corto abusivas, manipulaciones, invención de instrumentos opacos, titulización de activos, contratos de cobertura de riesgos, hedge funds… La fiebre del provecho fácil se contagió a todo el planeta. Los mercados se sobrecalentaron, alimentados por un exceso de financiación que facilitó el alza de los precios.

La globalización condujo la economía mundial a tomar la forma de una economía de papel, virtual, inmaterial. La esfera financiera llegó a representar más de 250 billones de euros, o sea seis veces el montante de la riqueza real mundial. Y de golpe, esa gigantesca «burbuja» reventó. El desastre es de dimensiones apocalípticas. Más de 200 mil millones de euros se han esfumado. La banca de inversión ha sido borrada del mapa. Las cinco mayores entidades se desmoronaron: Lehman Brothers en bancarrota; Bear Stearns comprado, con la ayuda de la Reserva Federal (Fed), por Morgan Chase; Merril Lynch adquirido por Bank of America; y los dos últimos, Goldman Sachs y Morgan Stanley (en parte comprado por el japonés Mitsubishi UFJ), reconvertidos en simples bancos comerciales.

Toda la cadena de funcionamiento del aparato financiero ha colapsado. No sólo la banca de inversión, sino los bancos centrales, los sistemas de regulación, los bancos comerciales, las cajas de ahorros, las compañías de seguros, las agencias de calificación de riesgos (Standard&Poors, Moody’s, Fitch) y hasta las auditorías contables (Deloitte, Ernst&Young, PwC).

El naufragio no puede sorprender a nadie. El escándalo de las «hipotecas basura» era sabido de todos. Igual que el exceso de liquidez orientado a la especulación, y la explosión delirante de los precios de la vivienda. Todo esto ha sido denunciado –en estas columnas – desde hace tiempo. Sin que nadie se inmutase. Porque el crimen beneficiaba a muchos. Y se siguió afirmando que la empresa privada y el mercado lo arreglaban todo.

La administración del Presidente George W. Bush ha tenido que renegar de ese principio y recurrir, masivamente, a la intervención del Estado. Las principales entidades de crédito inmobiliario, Fannie Mae y Freddy Mac, han sido nacionalizadas. También lo ha sido el American International Group (AIG), la mayor compañia de seguros del mundo. Y el Secretario del Tesoro, Henry Paulson (expresidente de la banca Goldman Sachs…) ha propuesto un plan de rescate de las acciones «tóxicas» procedentes de las «hipotecas basura» (subprime) por un valor de unos 500 mil millones de euros, que también adelantará el Estado, o sea los contribuyentes.

Prueba del fracaso del sistema, estas intervenciones del Estado –las mayores, en volumen, de la historia económica- demuestran que los mercados no son capaces de regularse por sí mismos. Se han autodestruido por su propia voracidad. Además, se confirma una ley del cinismo neoliberal: se privatizan los beneficios pero se socializan las pérdidas. Se hace pagar a los pobres las excentricidades irracionales de los banqueros, y se les amenaza, en caso de que se nieguen a pagar, con empobrecerlos aún más.

Las autoridades norteamericanas acuden al rescate de los «banksters» («banquero gangster») a expensas de los ciudadanos. Hace unos meses, el Presidente Bush se negó a firmar una ley que ofrecía una cobertura médica a nueve millones de niños pobres por un costo de 4 mil millones de euros. Lo consideró un gasto inutil. Ahora, para salvar a los rufianes de Wall Street nada le parece suficiente. Socialismo para los ricos, y capitalismo salvaje para los pobres.

Este desastre ocurre en un momento de vacío teórico de las izquierdas. Las cuales no tienen «plan B» para sacar provecho del descalabro. En particular las de Europa, agarrotadas por el choque de la crisis. Cuando sería tiempo de refundación y de audacia.

¿Cuanto durará la crisis? «Veinte años si tenemos suerte, o menos de diez si las autoridades actúan con mano firme.» vaticina el editorialista neoliberal Martin Wolf (1). Si existiese una lógica política, este contexto debería favorecer la elección del demócrata Barack Obama (si no es asesinado) a la presidencia de Estados Unidos el 4 de noviembre próximo. Es probable que, como Franklin D. Roosevelt en 1930, el joven Presidente lance un nuevo «New Deal» basado en un neokeynesianismo que confirmará el retorno del Estado en la esfera económica. Y aportará por fin mayor justicia social a los ciudadanos. Se irá hacia un nuevo Bretton Woods. La etapa más salvaje e irracional de la globalización neoliberal habrá terminado.

Nota 1) Financial Times, Londres, 23 de septiembre de 2008

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=73489

Leave a comment

Filed under Columns, economy, Politics

Esteban Garaiz: Las metas del milenio

Arrancó la 63° Asamblea General de la ONU, en su sede de Nueva York, con la presencia de más de 120 jefes de Estado y de gobierno. Sobra decir que el tema central está resultando ser la terrible crisis financiera por la que atraviesan los Estados Unidos de América, que ya repercute en toda la economía mundial, y también el consiguiente retraso en las llamadas Metas del Milenio.

El presidente en turno de la Asamblea, el sacerdote nicaragüense Miguel D’Escoto, dijo: “Siempre son los pobres los que pagan el precio por la codicia descontrolada y la irresponsabilidad de los poderosos”. El presidente francés Nicolás Sarkozy, en la misma línea, convocó a reflexionar sobre las lecciones de esta crisis, que afecta a todos, la más grave desde la gran depresión de 1930.

“Reconstruyamos juntos —dijo Sarkozy— un capitalismo normado y regulado, en el que sectores enteros de la actividad financiera no sean dejados sólo al criterio de los operadores del mercado, donde trabajan los bancos. La función de los bancos es financiar el desarrollo económico, más que la especulación”.

Es claro que el presidente francés se refería a los tiempos en que Bill Clinton, presionado por los grandes bancos y por el entonces titular de la Reserva Federal, Alan Greenspan, se vio forzado a la desregulación en Estados Unidos para acotar la actuación de las corporaciones financieras. Esa desregulación, reclamada por la doctrina neoliberal, es la que ha conducido a la actual crisis.

George Bush, un tanto cauteloso, quiso lavarse las manos y dijo que se vio en la necesidad imperiosa del rescate. Para sonrisa maliciosa de todos, ahora se puso a defender el multilateralismo de la ONU, cuando fue precisamente él quien más desdeñó la actuación de las Naciones Unidas para proceder unilateralmente en el caso de Irak.

Evo Morales, presidente de Bolivia, fue más allá que Sarkozy. Demandó poner fin al capitalismo. El capitalismo, dijo, “es el peor enemigo de la humanidad”. En el podio de la ONU afirmó: “Estamos convencidos de que la forma de privatizar los servicios básicos es la mejor forma de violar los derechos humanos. Somos de la cultura de la vida y no de la cultura de la guerra… si queremos salvar a la humanidad, tenemos la obligación de salvar al planeta Tierra. Los pueblos indígenas vivimos en armonía con la madre Tierra”.

La Declaración de los Objetivos del Milenio es un importantísimo compromiso internacional de metas de desarrollo humano, a cumplir por cada país, que surgió en Nueva York con la reunión de 189 líderes del mundo en septiembre del año 2000; pero con resultados contabilizables desde 1990 y hasta 2015, es decir por 25 años.

Los ocho objetivos centrales fueron: 1. reducir a la mitad el número de pobres con ingresos de menos de un dólar diario; 2. lograr que todos los niños y niñas cursen la primaria; 3. eliminar la desigualdad de géneros, primero en la escuela elemental y después en todos los niveles; 4. bajar en dos terceras partes la mortalidad infantil (en la que México está vergonzosamente retrasado); 5. reducir en tres cuartas partes la mortalidad materna perinatal; 6. reducir y detener los casos de sida, paludismo y otras enfermedades graves; 7. hacer efectivos los principios del desarrollo sustentable y revertir el deterioro ambiental, y 8. atender de manera prioritaria a los países menos desarrollados, sin costas o en islas dispersas.

Estos son los temas de lo que, en la terminología de las Naciones Unidas, se llama la “baja política”, es decir los problemas de base de la humanidad misma; o, si se prefiere, los derechos humanos básicos, tales como la defensa del ambiente, el combate a la inequidad y la pobreza, la mortalidad infantil y materna, la igualdad de los géneros, la educación elemental y la capacitación para el trabajo, los empleos bien remunerados (la ONU les llama decentes), la protección sanitaria universal, la no discriminación y otros muchos temas que ahora se engloban en el concepto de “seguridad humana”.

Los temas citados hay que distinguirlos de los que en la ONU se conocen como “alta política”, como el armamentismo, la soberanía de los Estados y la autodeterminación de los pueblos, las fronteras seguras, las invasiones militares, las armas nucleares y otros que se cubren fundamentalmente en el Consejo de Seguridad.

Por lo pronto, en la Asamblea General, Michelle Bachelet, presidenta de Chile, ante la idea fija de cómo rescatar a los ricos con 700 mil millones de dólares, les dijo: “La avaricia e irresponsabilidad de unos pocos, combinada con la negligencia política de otros, han hundido al mundo en una situación de gran incertidumbre… un mundo mejor es posible”.

http://www.milenio.com/node/87553

Leave a comment

Filed under Columns, economy, Human Rights, Politics

Dilbertina: Los Países de Latinoamérica y el Cisne Agonizante

Con respeto a mi amigo el Sr. Ronald Vidal.

Los hechos ocurridos en México en estos últimos meses, me llevan a reflexionar sobre los demás países del continente, los latinoamericanos, esos países que han sufrido durante años y años, guerras, muerte, pobreza extrema, el franco enfrentamiento de sus sociedades.

Durante mucho tiempo nosotros nos veíamos muy lejos de ellos, no volteábamos a verlos, tal vez sólo veíamos de reojo para criticar sus dictaduras, o ir de paseo a conocer Buenos Aires, el carnaval de Río de Janeiro o conocer la Suiza de América, ¡que soberbia! Que mal hicimos en no ver un poco su historia, en no ver los procesos por los que han pasado, ahora al ver a nuestro México lindo y querido, que de lindo solo le queda la letra de la canción, es una obligación leer su devenir político y no solo voltear ante el Cisne agonízate, los Estados Unidos. Aprenderíamos mucho más de los países de que tienen nuestras raíces, que hablan nuestro idioma, que nuestro mestizaje es igual o parecido al suyo, ver que lo que nos une a Estados Unidos es una frontera, un muro, un saqueo por parte de ellos, unas reglas que nos han dictado para bailar al son que nos toquen.

Estas últimas dos semanas han ocurrido dos hechos en México y en Estados Unidos que son de suma importancia.

En México, los atentados en Morelia, ahora tal vez podamos decir, por parte de los Zetas, y no solo el atentado en Morelia el día 15 de septiembre, sino los muchos asesinatos, balaceras, inseguridad, secuestros, que se vive en todo México, de norte a sur y de este a oeste, la semana pasada, yo misma sentí el miedo que produce el saber que en mi estado hubo una persecución de Narcos y Policías, el miedo de escuchar el incesante pulular de las sirenas, el desalojo de un centro comercial, dos hospitales, balas perdidas sobre la población civil, y por la noche seguir escuchando por detrás de mi puerta el ir y venir de esas patrullas que atemorizan, ¿que nos espera en México? ¿Cómo creer a Calderón y su súper gabinete de seguridad? ¿Por qué no nos dijo que también habría sangre de civiles, cuando se atrevió a declarar la guerra al narcotráfico de manera frontal con armas? ¿Por qué no hacerlo desde la base económica, donde les duela más? No es válido que Calderón salga y diga que sabía que era un cáncer, pero que al abrir al enfermo, vieron la metástasis había invadido al enfermo, ese enfermo es México. Sí alguien sabe porque se han publicado hasta ahora, las alarmantes cifras del 50% del crecimiento de consumo de drogas en México, que me lo explique por favor.

He leído varios artículos de lo que paso y sigue pasando en Colombia, al declarar por ordenes de los Estados Unidos, el franco ataque al narcotráfico por medio de las armas, tienen más de 40 años sufriendo de lo que hoy en México, gracias al Plan México y Plan Mérida estamos empezando a padecer, estamos en peores condiciones que en el año 1968, cuando en octubre mataron a cientos de estudiantes en la plaza de las tres culturas. A mi cabeza vienen más preguntas, preguntas que formularon, someramente, los senadores esta semana al joven aprendiz de Secretario de Gobernación, el amigo de Calderón, Juan Camilo Mouriño, preguntándole ¿de donde vienen las armas que tienen las bandas organizadas?, el respondió, algo que todos sabemos, de Estados Unidos, porque entonces no poner una barrera nosotros, un muro aún más grande que el de ellos, para evitar el tráfico de armas a nuestros países. También durante su comparecencia, dijo que no hay presos o desaparecidos políticos, Usted le cree? Rosario Ibarra de Piedra, luchadora incansable, madre de un desaparecido, dice que ahora está peor que en el 68, que ahora no sabes quién se lleva a los desaparecidos. Creo que sí alguien sabe del tema es ella, es esa mujer que tiene 40 años buscando a su hijo y ayudando a otras madres, esposas e hijos a buscar a un ser querido.

La siguiente noticia de esta semana, fue algo esperado, el hoyo negro, el desplomé del neoliberalismo, si bien es cierto que el modelo impuesto por Alan Greenspan en Chile, fue consideraron como el milagro chileno, milagro chileno que dicho sea de paso costo muchas vidas en el régimen dictatorial de Pinochet, muchos sabemos que existe mucha desigualdad en ese país gracias a ese modelo económico, que se ha demostrado que no sirve, ahora por fin los economistas voltean sus ojos a la teoría económica de Joseph E. Stiglitz, pero no aceptan totalmente la caída del modelo neoliberal. Joseph Stiglitz, lo dice muy bien, nos encontramos ante la peor crisis económica desde los años 30, todo estaría bien si solo pasara en los Estados Unidos y no tuviera repercusiones en todo el planeta, la mayoría de nuestras economías en América Latina están ligadas a este monstruo llamado Neoliberalismo y Globalización, ellos los USAS nos han llevado a fuerza de presión a establecer en nuestros países este sistema. ¿Que pasara con nuestras pensiones? , las famosas AFORES, ¿que pasara con nuestros precios en comida, nuestros créditos, nuestros empleos, nuestra pequeña empresa?, ¿cuanto pegara la crisis en nuestros países latinoamericanos?

Un amigo banquero me dice, no te angusties, en cuanto aprueben el plan de Rescate en USA todo se compondrá en México, pobre joven, que no ha vivido otra crisis en México, o siempre ha vivido en crisis y ya se acostumbro, los que hemos vivido crisis económicas en el país de norte sabemos que a nosotros nos pega el doble, ya que sus intereses están fincados en salvarse ellos a costa de los países de nuestra América. Al ver el primer debate entre McCain y Obama y no aceptar tajantemente que su sistema neoliberal fracaso, pienso que todo seguirá igual, sea quien sea que gane, tratarán de luchar porque este vuelva a resurgir, no han tenido suficiente, y claro primero buscaran atacar otras economías, para salvar la suya, abrir los ojos ante esto, me produce miedo.

2 Comments

Filed under Blogroll, economy, Politics

Ernesto Carmona: El lado oscuro del Chile de hoy

¿Qué ha cambiado en Chile desde que fue derribado el gobierno democráticamente elegido de Salvador Allende? Han transcurrido 35 años, 17 de dictadura militar y 18 de “transición a la democracia” conducida por una coalición hegemonizada por los partidos Socialista, Demócrata Cristiano y Por la Democracia, seguidos de otros menores, como el partido Radical, llamada Concertación de Partidos por la Democracia.
La primera observación es que la “transición” lleva ya más tiempo que la dictadura. Pero las condiciones de vida del pueblo han empeorado dramáticamente desde la época de Allende. Y hay poca cabida para protestar. Hoy existe una perversa democracia formal que limita el acceso de los pobres a la política y excluye de cualquier participación a la minoría comunista y a otros grupos izquierdistas. Existe un sistema binominal de elecciones que fue creado precisamente para que dos grandes bloques –la derecha y la Concertación– se alternen perpetuamente en el poder, tal como ocurre con los demócratas y republicanos en EEUU.
El fin de la dictadura no fue sólo el resultado de la lucha del pueblo, que aportó generosamente su sangre, instigado por quienes hoy gobiernan al país, sino que prevaleció un acuerdo político impulsado por los mismos factores internacionales que provocaron la caída de Salvador Allende, es decir, EEUU, la CIA, la USAID, el Fondo Nacional para la Democracia (NED, su sigla en inglés) y las grandes corporaciones transnacionales, cuyos negocios de explotación de los recursos naturales mejoraron notoriamente en estos últimos 18 años, según todos los indicadores. Los sectores que producen mayores ganancias al capital local e internacional son la minería del cobre, que es 70% privada, y la industria de la celulosa que se extrae de los bosques del territorio indígena, entre muchos otros rubros.
Neo-derecha “progresista”
La dictadura sigue presente, pero con otra apariencia, en el exitoso modelo de “desarrollo democrático” que padece Chile, pero que se exporta como imagen envidiable para otros países. La carta magna de la dictadura, que data de 1980, ha sido legitimada por sucesivas reformas constitucionales “de parche” concertadas por el gobierno con la derecha parlamentaria. Cada vez que tienen la oportunidad, las organizacionales patronales de la derecha económica manifiestan su satisfacción por la marcha de sus negocios bajo la administración concertacionista, particularmente bajo el sexenio presidencial de Ricardo Lagos (2000-2006).
En estos 18 años de “transición a la democracia”, la Concertación se convirtió en una neo-derecha, con tintura socialista y social cristiana, como ocurrió antes con los partidos “progresistas” en Europa y en otras latitudes, donde la social democracia imitó a la democracia cristiana como nueva expresión partidaria renovada de la derecha tradicional. El socialismo de hoy no es el mismo de los tiempos de Allende. El partido del presidente inmolado que pretendió realizar reformas sociales involuciona por el mismo camino que siguieron antes sus colegas socialistas de España y Francia, los laboristas del Reino Unido, el partido “trabalhista” de Brasil y tantos otros. El Chile de hoy se puede transitar libremente pero por carreteras privadas. Santiago tiene una red de autopistas urbanas que cobran. La gente se ve triste porque está endeudada, aunque existe algo de trabajo, pero precario y “flexibilizado”. Los empleadores no tienen que complicarse con la seguridad social de sus trabajadores. La educación, la salud y la previsión social se han privatizado, convirtiéndose en negocios o “industrias”
Una nueva clase política de apariencia “democrática y progresista” se incrustó en la superestructura del poder del Estado para administrar la expoliación del pueblo chileno y de sus recursos naturales con mayor “eficiencia” que los militares y con pocos reclamos de los trabajadores, gracias al control de la Concertación sobre la Central Unica de Trabajadores (CUT). Esa clase política también ha puesto en marcha un proceso de corrupción a expensas de los fondos públicos sin precedentes en la historia política republicana del país.
Los rebeldes son jovenes
Los disidentes, incluidos cientos de miles de izquierdistas allendistas, no tienen cabida en esta democracia, porque el sistema electoral binominal les bloquea su acceso al Parlamento. Los jóvenes se niegan a inscribirse voluntariamente en los registros electorales. O sea, rehúsan adquirir el derecho al voto. Una vez inscritos tendrían la obligación de concurrir a votar a riesgo de severas sanciones. Si el derecho a voto no se ejerce, en Chile hay castigo. Y el gobierno pretende legislar una inscripción automática al cumplirse la mayoría de edad de 18 años, manteniendo la obligatoriedad del voto, en un esfuerzo desesperado por recuperar la representatividad perdida. Paradojalmente, quienes se oponen a esta medida totalitaria son los propios herederos políticos del pinochetismo que ahora juegan al populismo electoral al mejor estilo del Partido Popular español.
Cuando algunos sindicatos que no están bajo el control de la Concertación y ciertos sectores de la sociedad chilena manifiestan su descontento con el nuevo modelo político-económico que favorece a los ricos, son brutalmente reprimidos por el gobierno nominalmente “socialista”, en nombre del sagrado sistema legal heredado de la dictadura que garantiza la expoliación neoliberal. Los más afectados han sido los sindicatos de trabajadores subcontratados –o tercerizados con empleo precario y “flexible”–, los estudiantes y la etnia mapuche, cuyo territorio permanece ocupado militarmente por años, sin nada que envidiarle a Palestina. Y al igual que Israel, Chile hace caso omiso a las recomendaciones de los organismos de derechos humanos de Naciones Unidas. La región mapuche, con sus habitantes en extrema pobreza perpetua, es un territorio ocupado por Carabineros bajo permanente estado de sitio, mientras sus tierras son explotadas por las industrias madereras de los grupos económicos más ricos de Chile.
El gobierno de la socialista Michele Bachelet eligió el camino de la represión, hasta con 1.500 detenciones de jóvenes estudiantes en el mes de julio 2008. La policía militarizada de Carabineros ejerce una brutalidad sin restricciones, incluso en detenciones regulares ordenadas por algún tribunal. El fallecimiento del jefe policial en un accidente aéreo en Panamá, mientras andaba de compras con su familia y ciertos allegados, fue convertido en tragedia nacional por el gobierno y los medios de comunicación, con duelo oficial y un derroche propagandístico que elevó al difunto a la categoría de un santo.
El rol de los medios
Todo esto ocurre mientras existe una creciente criminalización de la protesta civil, que comenzó reduciendo a 14 años la responsabilidad penal de los jóvenes. Los estudiantes que protestan en las calles corren el riesgo de ser procesados como autores de crímenes, no de desórdenes públicos, como ya ocurre en países como El Salvador, que hizo suya la ley antiterrorista de EEUU, la Patriot Act. Sin embargo, cuando un estudiante de 15 años es detenido y apaleado por Carabineros en las calles de cualquier ciudad, debe permanecer detenido hasta que sus padres vayan a rescatarlo a la comisaría. Es decir, hay un doble estándar entre los derechos ciudadanos y la responsabilidad penal que siempre opera contra los jóvenes.
El debate parlamentario se realizada entre cuatro paredes, casi igual que en los tiempos de la dictadura, sólo que ahora la sala es más grande y hay más protagonistas de la clase política disfrutando de un salario que pagan “todos los chilenos”. Tampoco hay debate público democrático en la prensa, donde no hay acceso para todas las opiniones ni existe cabida para los críticos y disidentes. Los grandes medios de comunicación –cuya propiedad está súper concentrada– apoyan las medidas represivas y demás políticas del gobierno que son del agrado de los grupos económicos y de los poderes fácticos. Los medios practican un doble juego de apoyo y crítica, aunque las portadas más populares se dedican a temas banales. Dos empresarios controlan la prensa escrita del país, Agustín Edwards y Alvaro Saieh, a través de sus diarios insignia El Mercurio y La Tercera. La televisión exhibe el mismo signo ideológico, estigmatiza las protestas sociales, cultiva la banalidad y criminaliza peyorativamente a sus protagonistas a través de todos los canales. El candidato presidencial Sebastián Piñera, que es la versión local de Silvio Berlusconi, tiene su propio canal de televisión, mientras otro responde al Vaticano, un tercero pertenece al multimillonario Ricardo Claro, del Opus Dei, otros dos pertenecen al magnate mexicano Angel González y el canal del Estado es co-gobernador por los intereses comunes de un directorio acordado en cuotas entre la derecha y la Concertación.
Diputados “elegidos” a dedo
Resulta imposible describir in extenso en una simple crónica al Chile de hoy, a 35 años de la muerte de Salvador Allende. Hay múltiples brochazos para pintar esta situación. Por ejemplo, en estos días los chilenos se enteraron de la asunción de un nuevo diputado que jamás fue sometido al voto popular. Se trata del reemplazante socialista del fallecido Juan Bustos, presidente de la Cámara. La ley permitió que el sucesor fuera designado a dedo por el partido del difunto. El premio recayó en Marcelo Schilling, que se hizo célebre como organizador de “La Oficina”, una instancia de espionaje interno creada por Patricio Aylwin (2000-2004) que Ricardo Lagos convirtió en la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI), para vigilar a los disidentes domésticos.
Los empresarios exportadores de productos primarios como uvas, manzanas y peras llevan años quejándose de la devaluación del dólar, que es un fenómeno mundial, no chileno. Con dinero proveniente de las ventas del 30% del cobre que el Estado sigue poseyendo (Allende nacionalizó el 100% de ese recurso), el Banco Central destinó 8 mil millones de dólares para comprar dólares durante todo 2008, haciendo subir artificialmente el precio de la divisa extranjera en el mercado interno a fin de beneficiar a los exportadores. Con esta medida se desató una inflación que eleva dramáticamente el costo de la vida y de la energía, que es básicamente importada como gas de Argentina. De paso, se violó una de las sagradas normas de la economía neoliberal, al manipular “la mano libre del mercado”, pero esto no le importa a los diarios como El Mercurio, que defienden a sangre y fuego el neoliberalismo. El ministro de Hacienda Andrés Velasco llegó a decir que las últimas cifras de aumento del desempleo son buenas porque indican que hay más gente buscando trabajo (sic).
…Y echaron a mi vecino…
Chile fue el país más golpeado por el retrógrado experimento neoliberal mundial que comenzó en los años 70. Precisamente para esa experimentación con un pueblo atado, encarcelado o asesinado, sin capacidad de reclamar, se estableció una dictadura militar. Hoy sus cifras macroeconómicas son buenas, se muestran como ejemplares para otros países, pero los números benefician exclusivamente a los que ya son ricos y al capital extranjero. Los grandes empresarios suelen decir por televisión que ahora sí el país va por “el camino correcto” del crecimiento. Pero crecimiento ¿para dónde? ¿Hacía qué?… Mientras yo escribía esta historia en esta mañana de lunes, vino la policía, un tribunal y la fuerza policial a desalojar y lanzar a la calle a mi vecino de clase media porque no ha pagado su departamento… Como diría Bertold Brecha, ¿cuándo vendrán por mí?…

http://www.argenpress.info/2008/09/35-aos-de-salvador-allende-el-lado.html

Leave a comment

Filed under economy, Human Rights, Politics, Resistance

Gerardo Fernández Casanova: Globalización, un cuarto de siglo perdido

Estoy cerca de cumplir siete años de escribir en estas páginas. En poco más de 300 artículos he abordado temas que a mi juicio han sido importantes para México, particularmente referidos a la advertencia del daño provocado por la llamada globalización y a la importancia de la lucha por la construcción de un Otro Mundo Posible. Pero aún antes de adoptar la trinchera del periodismo de opinión (reducto para mi escasa capacidad de activismo) el tema ha sido constante en mi actividad profesional y política. Hoy, después de un cuarto de siglo de apertura de la economía mexicana al libre comercio y del desmantelamiento del estado nacional promotor del desarrollo, lamento comprobar que lo advertido como peligro de daño se convirtió en catástrofe y que las promesas de quienes la defendían devinieron en frustraciones. Inicialmente se trataba de especulaciones apoyadas en experiencias propias y ajenas; el caso de la debacle argentina fue aleccionador; con el correr del tiempo se impuso la terca realidad para confirmarla
s. Pero lo que me cuesta más trabajo comprender es que, no obstante la objetividad de tales efectos, siga vigente una corriente doméstica que insiste en continuar por ese camino hacia el desastre, cuando hasta los mismos organismos financieros internacionales que la impusieron comienzan a retractarse.

El mundo vive hoy la más severa crisis alimentaria de la historia, producto de la globalización. Después de haber dinamitado los cimientos de la soberanía y la seguridad alimentaria, cuando los pueblos y sus estados nacionales ya no cuentan con instrumentos para garantizar el sustento básico, el libre juego de las fuerzas del mercado hace que el precio internacional de los alimentos registre un alza desmedida, colocando en condición de hambre a un sector cada vez mayor de la población. Los tecnócratas ofrecen explicaciones al fenómeno: que si el aumento de la demanda de China e India; que si la competencia de los bioenergéticos; que si el calentamiento global, etc. Pero no ofrecen soluciones. Estrepitosamente se derrumba el postulado de las ventajas comparativas, esencial de la globalización: si resulta más barato producir maíz, arroz o frijol en Estados Unidos, habrá que importarlo, y dedicarse a producir localmente lo que sea más barato para exportarlo y así compensar; sólo que nuestras exportaciones de tequila, cerveza, cemento o mezclilla son prescindibles para quienes nos las compran, en tanto que prescindir de maíz o frijol o arroz significa hambre.

En aras del libre comercio se destruyó la infraestructura productiva del campo, particularmente la relacionada con la intervención del estado en el fomento y la protección de la actividad agropecuaria. Por decisión de política económica, el campesino y su actividad productiva entraron a un proceso acelerado de extinción, para alimentar la corriente migratoria hacia los Estados Unidos, lugar en que cumplen la honrosa función de abaratar los costos de la mano de obra para su economía. Restablecer la capacidad de producción del campo no será cosa sencilla, aún con el aliciente del precio alto, además de que dejaría sin resolver el problema del costo para la población consumidora.

Lo que nos hace falta entender a todos es que se trata de todo un conjunto de medidas que han destruido al país; así se destruyó la industria nacional, tanto la paraestatal como la privada; así se ha desmantelado a PEMEX, a la CFE y Luz y Fuerza del Centro; así se abandonó la producción de fertilizantes y de bienes de capital, la investigación y el desarrollo tecnológico; así se entregó el sistema bancario al capital extranjero, entre muchas otras expresiones de la autodestrucción.

No satisfechos con la entrega de la economía y las riquezas nacionales al extranjero, ahora avanzan en la sumisión política y de seguridad nacional, para convertirnos en una simple colonia, cansados de luchar por una vía independiente para atender los intereses de la Patria. Me parece que el razonamiento que prevalece es el de que, si de todos modos los Estados Unidos son los dueños del mundo, más vale ser sus mejores amigos para recibir trato de gatos de angora, o el de que si de todos modos me van a violar, más vale no ofrecer resistencia y tratar de gozar la violación.

El régimen del fraude se sostiene en su empecinado neoliberalismo y en su sistema de gobierno declarativo y mediático, como si la realidad económica atendiese a la propaganda desinformativa o si el hambre se paliase mediante una dosis intensiva de spots en la televisión. Me pregunto qué pesa más, si la estupidez o la perversidad o, peor aún, si ambas se combinan para dar al traste con la expectativa nacional. En cualquier caso, se trata simple y llanamente de traición a la Patria, y todavía se atreven a calificar de transnochados a los nacionalistas que la defendemos.

Ojalá nos quede claro que la movilización popular en defensa del petróleo es sólo un primer paso para emprender la defensa de la Patria toda y su recuperación.

* Argenpress
* http://www.argenpress.info/nota.asp?num=055299&Parte=0

Leave a comment

Filed under Blogroll

Eduardo Andrade Bone: Neoliberalismo, los pobres y la salud en Chile

Desde que en Chile se comenzaron a implementar políticas económicas al servicio de los grandes empresarios, las trasnacionales y la clase económicamente dominante del país, las carencias sociales y deficitarias siguen reinando en gloria y majestad.

35 años entre dictadura y gobiernos de la coalición de partidos políticos más conocidos como la Concertación, que se declara ser de una tendencia de centro-izquierda, pero que en la realidad práctica y cotidiana aplica políticas económicas y sociales de extrema derecha (ultra neoliberales), tiene dentro de su mayores carencias un muy mal servicio de atención a la salud, en donde los sectores sociales de menores ingresos suelen ser los más perjudicados.

Recordemos además que la actual presidenta, Michelle Bachelet, ante de ser la primera mandataria de la nación ocupo las carteras de Salud y Defensa respectivamente. Como ministra de Salud se le dio la tarea de poner termino a las largas colas en la atención en los servicios de salud de los barrios populares y residenciales del país, Sin embargo su responsabilidad como ministra de salud, paso sin pena ni gloria, pues las carencias existentes en este plano aún siguen vigentes y el cacareado Plan Auge sigue manteniendo las colas en la mayor parte de los establecimientos hospitalarios, y todo se ha traducido a políticas cosméticas, de parche y no ha soluciones de fondo. Es más, bajo los gobiernos de la Concertación han existido serios intentos de privatizar todo el sistema de salud, con las consecuencias pertinentes de lo que eso significaría para la gran mayoría de los que sobreviven de ingresos que no son éticos ni dignos, en un país donde ya existe una atención de salud para ricos y otra para pobres.

Al respecto los chilenos que proceden de los estrato sociales más bajos, en su participación en un trabajo de investigación desarrollado por la Universidad Católica Silva Henríquez, bajo la responsabilidad de la Escuela de Administración y Economía de esa casa de estudio, en un trabajo denominado ‘Percepción de la población pobre de Santiago sobre la atención de salud en Chile’, nos da cuenta que el 63,8% de los estratos sociales más pobres consideran que la calidad de la atención de salud es “mala” o “muy mala”. Solo un 11,9% considera que la atención de salud es buena, mientras que el 24,3% la considera “regular”. En definitiva el neoliberalismo en el poder y en su cogobierno con el pinochetismo (UDI-RN) ha sido incapaz de generar un sistema de salud eficiente, de calidad y justo para la gran mayoría de los chilenos.

De allí que todas las bravuconadas que proceden de las altas esferas de gobierno y de la dirigencia de los partidos políticos corrupto de la Concertación y la Alianza por Chile, no son más que eso, cuando se trata de resolver los grandes problemas sociales que padece la gran mayoría de los chilenos, golpeados por un esquema económico que ha generado grandes injusticias y desigualdades sociales, en donde la muestra de la Universidad Católica Silva Henríquez es clara en este sentido. Recordemos que dicha casa de estudios es una de las pocas instituciones existente en Chile, que realiza investigación a partir de los estratos sociales más pobres del país y que suman la gran mayoría de los chilenos.

El chascarro que se le hizo pasar hace unas semanas atrás a la primera mandataria en la inauguración del Hospital de Curepto, ubicado en la región del Maule, fue inaugurado pese a no contar con las camas ni personal suficientes, ni el equipamiento necesario, es el reflejo de lo que es el actual sistema de salud chileno. Bueno, pero en Chile los montajes de las inauguraciones no solo ocurren en el ámbito de la salud, sino que en muchas otras áreas del trabajo gubernamental.

Pero los chilenos más golpeados por el capital neoliberal, no solo se quejan de la pésima atención de salud, sino que además expresan que no ‘todas las personas tienen iguales oportunidades para obtener atención de salud en Santiago’ (55%). Solo el 8,7% consigna la existencia de un sistema de salud efectivo, ello es un reflejo además lo que es la sociedad de clases en Chile, cuando se trata de ricos o pobres.

Los gobiernos de la Concertación con bombos y platillos de jactan del buen gasto público existente en Chile en materia social. Sin embargo un 79,2% de la población consultada está de acuerdo con que ‘hay poco apoyo estatal para que las familias pobres obtengan una mejor calidad de atención de salud’, proporción que se mantiene desde el 2004 a la fecha, destaca el informe. Además los sectores sociales de menores ingresos expresan en un 77,8% de este grupo de la población que comparte la idea de que ‘las personas pobres debieran obtener atención de salud gratuita para todo tipo de enfermedades’, en un sistema que debiera ser auténticamente solidario.

Ahora en todas las quejas que expresan los más pobres de Chile, manifiestan que el cacareado Plan Auge, no ha resuelto el mejoramiento de la calidad de la atención de salud, la rapidez en la atención, la falta de especialistas en los centros de salud de los barrios populares, deficiencias en la entrega de horas para la atención médica, mal trato del personal administrativo y otras quejas menores.

Pero los sectores sociales más perjudicados por las políticas neoliberales de los gobiernos de la Concertación, una vez más se quejan y reprueban el actuar y accionar de la autodenominada clase política que cogobierna el país en materia de salud, que son los que obtienen las mayores condenas, critica y reprobaciones en su papel de servidores públicos.

Cabe recordar que en Chile, la autodenominada clase política que cogobierna el país, en las diversas encuestas que se han realizado es reprobada por alrededor del 70% de la población, la que se siente desencantada, desilusionada y frustrada ante la elite política existente en el país.

Finalmente el investigador Marcelo Yáñez, a cargo del estudio del centro universitario, expresó que ‘las personas pobres de Santiago continúan teniendo una imagen negativa de la calidad de la atención de salud a la que pueden acceder ellos y sus familias en Santiago, lo cual es preocupante dado que más del 80% de los entrevistados han acudido a un consultorio el último año, por lo que sus apreciaciones están ligadas a su experiencia cotidiana con el sistema de atención primaria.’

Luego agrega Yáñez que la investigación considera más de 25 preguntas, se realizó a través de una encuesta aplicada cara a cara a jefes de hogar y dueñas de casa, a una muestra seleccionada aleatoriamente en las diferentes etapas de muestreo (comuna, sector, calle, hogar, persona) de 338 personas pobres de municipios como Conchalí, Huechuraba, Recoleta, Renca, Cerro Navia, Quinta Normal, Estación Central, El Bosque y San Ramón. El estudio posee un 99,7 de nivel de confianza y un 4,2% de error muestral estimado.

A efectos de este estudio se considera a una persona en condición de pobreza si su ingreso líquido mensual per cápita es hasta de $100.000 (223 dólares) en el caso de familias de dos ó más integrantes, y de hasta $150.000 (335 dólares) si es una familia unipersonal, por lo que bajo esta línea de pobreza se encuentra entre 40% a 45% de la población de la capital.

En Chile actualmente por obra y gracia del capital neoliberal y las políticas de servidumbre de la Concertación con los grandes empresarios, las trasnacionales y la clase económicamente dominante existente en el país, un millón y medio de chilenos viven en la extrema pobreza, cinco millones en la pobreza y otros tantos millones que viven la pobreza disfrazada, y sin esperanza de que los servicios de salud vayan a mejorar, mientras exista el reinado del capital neoliberal.
Argenpress.

* Argenpress
* http://www.argenpress.info/nota.asp?num=054420&Parte=0

Leave a comment

Filed under Blogroll

Gerardo Fernández Casanova: ¿Borrar la historia?

Una de las características aberrantes de la tecnocracia en el poder, es su pretensión de borrar la historia o, en último término, de enmendarla. Es también una de las razones por las que llevamos un cuarto de siglo dando palos de ciego, aplicando recetarios que nada tienen que ver con la realidad, los que solamente han servido para ahondar la zanja que marca la diferencia entre lo que somos y lo que anhelamos ser. El tecnócrata, sea en México o en la Conchinchina, al no encontrar asideras para sustentar sus recetarios, simplemente los trata de imponer como dogmas. Es un dogma, por ejemplo, el concepto de que el libre juego de las fuerzas del mercado es el único antídoto contra la pobreza; como también es dogmática la determinación de la necesidad de crear el mercado energético, eliminando la intervención del estado; por sólo mencionar ejemplos. No de otra manera se puede entender la falta de interés de la tecnocracia para debatir sobre sus postulados; se asumen dueños de la verdad y califican de ignorantes a quienes se les oponen.

El caso del campo mexicano es emblemático del afán antihistórico cuyo resultado, a todas luces, ha sido su crisis ya crónica. Dicho afán se manifiesta en dos vertientes, ambas igualmente erróneas: la más socorrida por los modernistas se refiere al aprovechamiento “eficaz” de las ventajas comparativas, según el cual si resulta más barato producir maíz y granos básicos en los Estados Unidos, habrá que importarlo en beneficio de la población consumidora y, a cambio, exportar bienes para los que se cuente con mayor ventaja en su producción local, como sería el caso de las frutas, las flores y las hortalizas de invierno. Lo que en la teoría suena lógico choca con la terquedad práctica: esas frutas, flores y hortalizas de invierno no pueden satisfacer la necesidad de alimentación de los mexicanos, la que, entonces, queda a merced de las veleidades o intencionalidades del oferente extranjero. El caso es claro en el presente: un movimiento de la demanda de maíz estadounidense hacia la producción de combustibles, prov
oca un alza desmedida en el precio del principal alimento de la población, para la que el mercado no ofrece una alternativa compensatoria. El resultado se llama hambre para un amplio sector de la sociedad. En la historia de todos los pueblos, desde la Biblia hasta el Popol Vuh, la seguridad alimentaria ha sido el condicionante de su desarrollo. La alimentaria es elemento sustancial de la soberanía de las naciones.

La otra vertiente, igual de errónea, considera que el objetivo nacional debe ser alcanzar la competitividad en la producción doméstica de granos para igualarla a la de Norteamérica, lo que implica crear aquí las mismas condiciones que allá se registran. Por principio de cuentas, la naturaleza se obstina en no querer modificarse, por ejemplo, para que aquí dispongamos de las enormes superficies planas y del clima que las hace fecundas; la nieve de invierno que elimina plagas y humedece la tierra es un factor inimitable. A lo anterior habrá que agregar los factores social y cultural: la conquista española conservó a la población autóctona para explotar su mano de obra, en tanto que la colonización anglosajona la eliminó para explotar directamente la tierra (con excepción del sur esclavista). Esto marca una diferencia abismal entre ambas culturas que se refleja en la presión sobre la tenencia de la tierra que, en México fue causa de una revolución y una profunda reforma agraria. El intento de ignorar la historia llevó a Salinas de Gortari a postular la contrarreforma agraria en 1992 y a la pretensión de descampesinizar el campo, proyecto que, además de fracasar, ha sido un verdadero genocidio. En la mayor parte del territorio nacional se vive en condiciones de miseria, para la que las únicas alternativas son la siembra de estupefacientes o la emigración con sus secuelas de muerte.

Igualmente se intenta borrar la historia en la materia del petróleo y, en general, de la energía. El porfiriato y sus “científicos” precursores de los actuales tecnócratas, fincó su proyecto de país en la entrega de los recursos naturales a la explotación por particulares, principalmente extranjeros. La Independencia y la Reforma dejaron intacta la forma de explotación de los recursos, por la que los mexicanos sólo observaban como la riqueza del país fluía a las metrópolis dejando sólo miseria en esta tierra, pero además sometiendo la soberanía a los caprichos de los empresarios mineros y petroleros, lo cual constituyó el otro causal del movimiento revolucionario de 1910, que derivó en la Constitución de 1917 y sus disposiciones de preservación de los recursos naturales para ser propiedad de la nación y su aprovechamiento en beneficio del pueblo. Costó mucha sangre lograr tales conquistas mínimamemente soberanas. Hoy se pretende, sin argumento real que lo respalde, devolver a los extranjeros lo que con tanto esfuerzo se recuperó.

También fue motivo de la lucha revolucionaria de principios del siglo XX, la conquista de condiciones humanas en el trabajo. Las huelgas de Cananea y de Río Blanco y la represión autoritaria porfirista alimentaron al descontento que luego estallaría. No fue gratuita la incorporación del derecho social al trabajo digno al texto constitucional; también costó sangre de mexicanos. La semana pasada se repitió la historia. El régimen neoporfirista y fraudulento arrasó con el derecho de huelga en la misma mina de Cananea, en repetición centenaria de aquel preludio de la guerra. Ni por ese prurito se abstuvieron. Tampoco los que, a la manera de Porfirio Díaz, se hicieron del poder por la vía del fraude electoral, repitiendo la historia.

No soy de los que ven la historia como una sucesión de ciclos en los que las fechas y los acontecimientos se repiten, pero la terquedad de los tecnócratas neoliberales parece empeñada en provocar un 2010 sangriento, para cumplir con la celebración centenaria.

Antes de que la sangre corra, los mexicanos seguimos apostando a la movilización pacífica. En las próximas semanas seremos testigos de los atentados contra la soberanía energética y contra las conquistas en materia laboral. La convocatoria de Andrés Manuel de no permitirlas va en serio. Paradójicamente, la movilización tendrá que convertirse en paro nacional. No hay de otra.

* Argenpress
* http://www.argenpress.info/nota.asp?num=051122&Parte=0

Leave a comment

Filed under Blogroll, Columns, Essay, Politics, Resistance