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Julio María Sanguinetti: No basta votar

Bien se sabe que la democracia no es sólo elecciones, condición necesaria pero no suficiente. Una democracia supone un gobierno electo por el pueblo; como dice Popper, procedimientos no violentos para sacudirse una mala administración; la adecuada autonomía de los poderes de gobierno; la vigencia consentida de un Estado de derecho y el respeto general por las libertades y garantías de los ciudadanos.

En el umbral del Bicentenario de nuestras repúblicas latinoamericanas, ese ideal tan largamente acariciado, está aún lejos. Se vota: todos los gobiernos, salvo la conocida excepción cubana, son resultado de elecciones y ello debe valorarse. Incluso en los dos países más grandes, podemos señalar algunos avances notables. Brasil posee hoy partidos nacionales estables y México ha estrenado un sistema electoral transparente con una alternancia política razonablemente aceptada.

Más allá de estas gratificantes comprobaciones, nos encontramos con inestabilidades y degradaciones imposibles de ocultar. Caído el Muro de Berlín y superada la guerra fría, nuestro hemisferio se alejó de la diabólica dialéctica de unos sustentando guerrillas marxistas desde Cuba y otros dictaduras desde Washington. Pareció que nos llegaba un tiempo de paz, en que la democracia podría brillar, pues dependía simplemente del esfuerzo de los demócratas latinoamericanos. Los hechos no han sido tan gratificantes.

En Brasil (1992), renuncia el presidente Fernando Collor de Melo ante la inminencia de un juicio político. En Paraguay (1999), el presidente Cubas renuncia y se exilia en Brasil, a raíz de las revueltas desencadenas por el asesinato del vicepresidente Argaña, quedando la Presidencia en manos del titular del Senado González Macchi, quien a duras penas termina su mandato. El caso peruano fue uno de los más detonantes, con la dimisión de Alberto Fujimori (2000), quien abandonó la Presidencia luego de ser reelecto, a raíz de descubrirse una trama siniestra de corrupción y espionaje que manejaba un capitán Montesinos, de triste memoria. Argentina (2001) vio caer al presidente Fernando de la Rúa a raíz de una crisis económica severa y el acoso de piquetes organizados que se adueñaron de la calle; todo lo cual dio paso a tres presidentes provisionales en dos meses, finalmente sustituidos por Eduardo Duhalde, quien alcanza la normalización institucional. En Bolivia, entre 2003 y 2005 se produce la estrepitosa caída del presidente Sánchez de Lozada, y más tarde la de su sustituto Carlos Mesa, para abrir espacio finalmente a la elección de Evo Morales, administrador de un país agrietado en dos partes por un persistente conflicto étnico. En Ecuador (2005), el presidente Lucio Gutiérrez cae en medio de revueltas populares.

Este sucinto relato apenas resume las caídas presidenciales. No podemos ignorar la degradación democrática que se vive bajo gobiernos populistas como el de Venezuela, donde se ha instaurado la Presidencia eterna y cerrado la principal estación privada de televisión, mientras la otra independiente sobrevive bajo amenaza. A lo que se añaden vaciamientos institucionales tan fuertes como el de que, electo en Caracas un alcalde opositor, se dictó una ley despojándolo de todas sus competencias, transferidas a una nueva superautoridad creada para administrar la ciudad capital. Tampoco cabe olvidar la permanente furia reeleccionista que entra a los mandatarios en ejercicio y que no parece terminar.

Todo esto viene a cuento de los dramáticos episodios ocurridos en Honduras, que registran el primer golpe militar de esta etapa histórica. Golpe sui géneris, porque nació del Parlamento y el Poder Judicial, que enfrentados al presidente terminaron reclamando una intervención militar para deponerlo y desterrarlo. No hay duda de que este presidente se había extralimitado hasta el punto de que no hubiera un solo diputado de su partido que levantara la mano en su favor. Pero tampoco hay duda de que cualesquiera fueran sus excesos, nunca debió ser el Ejército el arbitrario ejecutor de un derrocamiento presidencial, que bien ha sido calificado internacionalmente como un golpe de Estado.

Dos siglos de independencia no habilitan ya más excusas. No se puede seguir hablando de la herencia hispánica, del imperialismo norteamericano o del comunismo internacional. Nuestras repúblicas aún adolecen de inmadurez democrática y ello se advierte en el debate diario. Si una dictadura es de izquierda o derecha, será buena o mala para unos u otros, al margen de su condición autoritaria. Y ello ocurre en los medios políticos tanto como en las universidades, todavía ancladas en debates ideológicos que ya debían haberse librado a la historia.

Hemos vivido un quinquenio milagroso del mercado internacional, que derramó excedentes fabulosos. Hubo algunos avances, pero magros en el conjunto, porque -como dice Alain Touraine- “las chances de desarrollo dependen hoy más de las condiciones políticas y sociales que de las condiciones económicas”. Sólo los países con estabilidad pudieron aprovechar satisfactoriamente la bonanza, como pasó en Chile, Brasil, Colombia o Perú. Pasada la buena racha y enfrentados nuevamente a la dura competencia de los mercados, se hace más imprescindible que nunca la seguridad jurídica y la estabilidad política. Que es, justamente, lo que vemos resquebrajarse en variadas partes del hemisferio.

Julio María Sanguinetti, ex presidente de Uruguay, es abogado y periodista.

Fuente: El País

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Reynaldo Castro Melgarejo: Carta a Fidel Herrera Beltrán, Gobernador de Veracruz

Licenciado Fidel Herrara Beltrán
Gobernador Constitucional del
Estado de Veracruz
Presente

Señor Gobernador Fidel Herrera Beltrán

Como es de su conocimiento, en medio de una búsqueda insaciable de Justicia, que ha trascendido a esferas nacionales e internacionales, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos con sede en Washington, Estados Unidos, ha iniciado la investigación a través de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos y el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL, por sus siglas en inglés) de la defensa de Martín Serrano Herrera ante hechos de injusticia que él reclama; sin embargo, lamentablemente la persona, la vida, la familia y el patrimonio de nuestro Amigo y compañero siguen corriendo mayor peligro.

De buena Fe, por considerarlo de interés público y por razones humanitarias, una vez más, respetuosamente le solicito su amable intervención para evitar más agresiones que ponen en peligro la persona, la vida y el patrimonio de nuestro Amigo y compañero Periodista Martín Serrano Herrera. Quien como usted sabe, desde el gobierno estatal anterior y durante el actual, ha sufrido diversas agresiones en contra de su persona, su patrimonio y amenazas en contra de él y sus familiares; y debido a su inconformidad con las autoridades locales y federales por las razones que ha argumentado ante autoridades locales, nacionales e internacionales y usted conoce, sus reclamos de Justicia lo han llevado a lograr que organismos internacionales apoyen sus reclamos y estén dando seguimiento a los procesos judiciales promovidos por él ante instancias locales y nacionales procuradoras e impartidoras de Justicia.

Mi petición respetuosa se basa en que la familia de Martín Serrano Herrera, también es una familia veracruzana y coincide con su compromiso de que:

“En Veracruz no se permitirán acciones fuera de la ley que atenten contra la seguridad de la familia veracruzana, su vida y su libertad, su patrimonio y el derecho de libre tránsito”.

Compromiso asumido desde el inicio de su gobierno y nuevamente, en su mensaje enviado a la sociedad veracruzana durante la Reunión de Planeación y Estrategia en Materia de Seguridad, que contó con la asistencia de funcionarios federales, estatales y municipales, en donde usted destacó que todos los niveles de gobierno hacen un solo frente para contener y castigar a los enemigos de la ley.

En atención a su convicción de estar muy bien informado, considero conveniente presentarle como apuntes de la realidad que le expreso, las siguientes referencias:

• A.- En la página www.gobernantes.com, este domingo 29 de junio se lee en el “MEMORANDUM 3: (17:51) La madrugada del pasado viernes, el auto Topaz modelo 1990, placas del Estado YDD-4285 propiedad de Martín Serrano Herrera, Director del Diario Tribuna de Xalapa fue robado en la calle Juan Soto, entre Zamora y Jalapeños Ilustres. El 28 de Agosto del año pasado, en la puerta de su domicilio fueron arrojadas cinco balas de metralleta, y meses después fue golpeado por dos delincuentes, lo que motivó una recomendación firmada en Washington DC, por el Secretario Ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Santiago A. Cantón, en el expediente SI 65-08, exigiendo a las autoridades Federales y Estatales que se esclarezcan los hechos. Sin duda, alguien la trae contra el periodista…”

• B.- En la Columna Repechaje, de nuestro compañero Quirino Moreno Quiza de este 30 de junio, se lee:

“…¡Cero y van…! Pues este sábado le volvieron a pegar otro al colega Martín Serrano… Pero ahora no le dejaron 5 plomos en la puerta de su casa como el año pasado, sino que se robaron su automóvil, marca Ford Topaz modelo 1990, color Champagne, con placas de circulación YDD 4285, robo que denunció Serrano de inmediato en la agencia Segunda del Ministerio Público, y quedó asentado todo en la Averiguación Previa 653/08/1…”

• C.- En la página de Diario Tribuna en:
http://tribunadiario.blogia.com/2008/062501–…martin-serrano-herrera-desde-hace-ocho-anos-es-el-periodista-mas-perseguido-.php

Desde el pasado 25 de los corrientes, el periodista Fausto Fernández Ponte escribe en dos partes lo que a continuación se transcribe:

“25/06/2008
“…Martín Serrano Herrera desde hace ocho años es el periodista más perseguido en México por personeros del poder en Veracruz, que tratan de asesinarlo o destruyen equipo e instalaciones del Diario Tribuna, de Xalapa, para acallar su voz independiente e incómoda a los poderosos”

“ASIMETRÍAS

Fausto Fernández Ponte. ffponte@gmail.com

I

Martín Serrano Herrera es, a nuestro ver, el periodista más perseguido en México. Perseguido en el cabal sentido del vocablo. Perseguido por personeros del poder formal en el estado de Veracruz, desde hace ocho años.

Y la persecución de la que es víctima manifiéstase perversa: se trató primero de destruirlo físicamente –asesinarlo– para acallar para siempre su voz independiente y difundida con valentía, incómoda a poderosos y poderdadores por igual.

Mas no sólo eso: los sicarios de los personeros del poder formal también le destruyeron y robaron activos físicos –talleres, máquinas, oficinas– e instalaciones de Diario Trbuna, de Xalapa, la capital de Veracruz, urbe que presúmese culterana.

Pero hoy sus perseguidores han modificado sus tácticas, aunque el fin continúa siendo el mismo: acallarlo por reducción del volumen de su voz denunciadora de abusos de personeros del poder, su impunidad rampante y su cinismo arrogante y ofensivo.

Acallarlo, pues, mediante tácticas de acoso constante, de terror, de tortura psicológica. Se le hace sufrir. Se le lleva a situaciones de estrés que exaccionan un precio a la tranquilidad personal y familiar y al bienestar y a la seguridad.

Don Martín vive en la incertidumbre. Vive, dicho sin tapujos, a salto de mata: alerta hasta la angustia en un entorno angustioso y desgastante, de tensión que pone a prueba el instinto mismo de supervivencia.

II

Predeciblemente, don Martín teme por su vida, aunque el objetivo táctico haya sido modificado por los personeros del poder: silenciarlo por cansancio, por acoso, por desgaste físico y emocional y agotamiento nervioso.

Trátase de obligarlo a abdicar de sus convicciones como periodista y de sus deberes como informador de hechos y sucedidos e intérprete de éstos, decodificador de los secretos de la cultura del poder político. Más don Martín conoce sus derechos.

Y, por ministerio de éstos, ha optado por defenderse legalmente, acudiendo recursivamente a las herramientas que por lo menos en la teoría el estado de derecho otorga a víctimas de los personeros del poder que guardan oculto lo inconfesable.

Al defenderse, éste periodista defiende no sólo sus derechos y garantías individuales, sino también los sociales y, desde luego, los de su gremio que vive en el peligro permanente de ejercer en nuestro país un quehacer de muchísimo riesgo.

Y no en vano. En el sexenio de Vicente Fox y los 18 meses del presidencialiado espurio de Felipe Calderón, el total de colegas muertos y desaparecidos es de varias decenas. En el mundo se piensa que México es el país más peligroso para los periodistas.

En el mundo se considera a México –es decir, el Estado mexicano– como uno de los principales conculcadores y violadores de derechos humanos; tan sólo en tortura ocupamos un primerísimo lugar de indudable fehacencia. También periodistas muertos.

El colega veracruzano ha agotado todas esas instancias, regidas incluso en lo estructural y lo superestructural por los imperativos de la cultura del poder que en México tiene vínculos dialécticos con las culturas de la corrupción y la complicidad.

III

Esas culturas tienen por agente cohesionador la impunidad; éste, en su turno, se sustenta sobre prácticas como la simulación, los sofismas –o coartadas legaloides, como las reformas petroleras– y un variado espectro de socaliñas.

En su defensa, el señor Serrano ha acudido a las instancias institucionales mexicanas, más todas han respondido con lentitud leguleya aviesa que raya en la complicidad por omisión o, en ocasiones muy documentadas, por falaz comisión.

Empero, han sido las instancias institucionales interamericanas –el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional, no gubernamental, y la Comisión Interamericana de Derecho Humanos– las más activas en la defensa de don Martín.

Nuestro personaje señala como autores y promotores de su persecución a dos gobernadores del estado de Veracruz: Miguel Alemán Velasco, que gobernó de 1998 a 2004, y el actual, Fidel Herrera Beltrán, notoriamente corruptos ambos.

El señor Herrera Beltrán aspira a ser el candidato del PRI a la Presidencia de la República, pero es parte de una caballada muy flaca, según la definición pintoresca de un político del antaño reciente, el guerrerense Rubén Figueroa.

Y es que aun el ejemplar menos esmirriado en esa equinada, el mexiquense Enrique Peña Nieto, acusa escualidez y magrura, aunque con enorme reserva de untos de adhesiones políticas de personeros de poderes fácticos –como Carlos Salinas– y mucho dinero.

La diligencia y responsabilidad del CEJIL –siglas en inglés– en la defensa de don Martín ha llegado a la sede de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en Washington, que ya inició pertinente indagación y ésta alcanzó ya al mismo gobernador.

Equinada: conjunto de equinos.
Guerrerense: natural del estado de Guerrero, México.
Magrura: de magro.
Mexiquense: natural del estado de México o relativo a éste.
Untos: grasa acumulada bajo la piel de un equino u otro mamífero.

Martín Serrano (2/2)

Ante el contubernio de las instancias formales de procuración de justicia en México, y en especial Veracruz, el periodista Martín Serrano encontró la vía de defenderse de la persecución del gobernador Fidel Herrera: los organismos internacionales de protección de derechos humanos.

I

El periodista Martín Serrano, director del Diario Tribuna, de Xalapa, Veracruz, perseguido por los personeros de los gobiernos encabezados, uno, por Miguel Alemán Velasco (1988-2004) y, otro, por Fidel Herrera Beltrán (2000-10), ha hallado cómo defenderse.

Y defenderse legalmente, por añadidura, en un sistema de procuración e impartición de justicia, creado a la luz de vera naturaleza y manifestaciones de ésta, para privilegiar al poderoso en agravio de las víctimas de abusos de aquél.

Esas víctimas son, por su condición de excluidos y, por tanto, débiles, susceptibles de inducimiento y persuasión de comprar una mercancía intangible –procurar e impartir justicia–, sujeto a leyes de un mercado perverso de consumidores cautivos.

Además de la mercantilidad de la administración de la justicia, también se procura e imparte justicia por consigna, con arreglo a los intereses del poderoso –los gobernadores u otros políticos encumbrados– en agravio de los intereses de terceros.

Tal es el caso del colega Serrano. Perseguido –ha sido despojado metajudicialmente de sus bienes materiales, propios y de su empresa periodística– por incomodar al poderoso, éste usa el aparato coactivo a su disposición para silenciar voces críticas.

La defensa del periodista Serrano es recursiva, dada la cerrazón, simulaciones y complicidad –que raya en grotesca anuencia– de las instancias institucionales (las del poder formal), incluyendo las de protección a periodistas.

II

Esas instancias –vinculadas al ámbito y la cultura de la procuración de justicia– tienen por inspiración y objetivo mediatizar, precisamente, los anhelos y afanes de los periodistas por defenderse de los zarpazos del poder y poderes fácticos.

Esa cultura se extiende al ámbito de la protección y defensa de los derechos humanos en México, país considerado por el mundo como uno de los mayores conculcadores de potestades y garantías individuales y sociales. ¡Qué triste blasón éste!

La complicidad de esas instituciones del Estado adviértese, no sin elocuencia, en las tácticas dilatorias –lentitud deliberada en la tramitación y actuaciones burocráticas y políticas concomitantes– y en el proverbial “carpetazo” a denuncias.

El activismo recursivo de don Martín para defenderse de la persecución de los personeros gubernamentales –que actúan con premeditación, alevosía y ventaja– aporta al gremio un acervo experiencial invaluable. Identifica opciones.

Ello beneficia, pues, al muy acosado y vulnerable gremio periodístico, considerado como uno de los grupos sociales más vulnerables de México, a la par de los indios –como individuos y pueblos o etnias–, en particular las mujeres indígenas.

La defensa serranista –que responsabiliza directamente de la persecución que sufre al exgobernador Alemán y al señor Herrera– tiene moralejas, abre nuevas vías y señala caminos a seguir por otros periodistas perseguidos doquiera en nuestro país.

III

Don Martín logró que la mirada del mundo se centre en el caso de la persecución del poder formal, incomodado por el quehacer periodístico de aquél. Esa mirada se representa y traduce en pesquisas oficiales al gobierno de México y al de Veracruz.

Ante el interés indagatorio internacional, el gobernador Herrera –quien aspira a la candidatura del PRI a la Presidencia de la República en 2012– ha ordenado cesar el hostigamiento al señor Serrano y extremar, incluso, medidas de protección.

Pero ese cese es temporal, estima el colega; las medidas de protección son, dice, falsas, hipócritas, “dan risa”. De súbito, al señor Herrera dióle por tratar con algodones a don Martín. La mirada del mundo está sobre quien aspira a gobernar México.

Atraer esa mirada es consecuencia del quehacer de instancias no gubernamentales. Una es la Asociación Nacional de Abogados Democráticos y otra el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL, por sus siglas en inglés).

Méritos en esas diligencias son para David Peña Rodríguez, de la ANAD, y Soraya Long, Viviana Kirscevic y Vanessa Coria, del CEJIL. Ellos llevaron el caso a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y ésta inquirió al gobierno de México.

A su vez, éste trasmitió al de Veracruz la indagatoria de la Comisión, que le ha asignado al caso una prioridad alta. Las respuestas mexicanas, califica el colega Serrano, “son una sarta de babosadas”. En entrega futura se verá por qué.

Glosario:
Mediatizar: intervenir dificultando o impidiendo la libertad de acción de una persona o institución en el ejercicio de su actividad. ” Hasta aquí lo escrito por Fausto Fernández Ponte.

Por todo lo anterior, le reitero mi petición respetuosa, para que usted intervenga a favor de la seguridad de la persona, su familia, patrimonio y colaboradores del periodista Martín Serrano Herrera, antes de que por omisión de parte de su gobierno, pudiéramos llegar a lamentar otra agresión con peores consecuencias en contra de nuestro Amigo y compañero Martín Serrano Herrera, de sus familiares, de su patrimonio o de sus colaboradores; lo cual sinceramente considero que por su responsabilidad constitucional y sus atribuciones como Gobernador de nuestro amado estado de Veracruz, usted lo puede evitar.

En espera de su atenta y oportuna intervención, le reitero mi consideración respetuosa.

Atentamente

Reynaldo Castro Melgarejo

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Ma. Eugenia Sánchez Díaz de Rivera: ¿De qué está hecho el corazón del ser humano?

Me permito compartir con los lectores el texto que leí en el zócalo el sábado 5 de abril

Buenos días amigas y amigos:

Hace ya tres años que nos reunimos aquí alrededor de 40 mil o más personas, hace dos que presentamos en esta misma plaza el libro Los demonios del Edén. ¡Qué dolor que lo que nos convoque hoy sean nuevos atropellos y nuevos escándalos de impunidad!

Para los que hemos seguido el caso de Lydia Cacho, leer Memorias de una infamia fue como volver a recibir una a una las bofetadas que la colusión entre el poder político, el poder económico y el negocio del crimen le han dado –nos han dado– a la sociedad. Es constatar una vez más que Lydia Cacho ha recibido esos golpes en nuestro nombre y comprobar que no se ha dado por vencida. Con ello Lydia hace realidad la esperanza y fortalece nuestro ánimo.

En el libro vamos descubriendo al abuelo portugués que antes de partir le dijo “no es tan malo morir cuando has vivido apasionadamente”; a la madre psicóloga de carácter sólido y compromiso humano activo, que la llevaba a las “ciudades perdidas” en donde el corazón de Lydia sintonizaba con esas niñas que apenas podían sobrevivir; las comidas con toda la familia, el aire del Caribe, las profundidades misteriosas del mar, las tormentas y el miedo, los calambres de tanto nadar. Todo ello forma parte de un paisaje entrañable que Lydia nos cuenta para mostrarnos en dónde se arraiga su fuerza.

Y nos comparte sus experiencias, con los enfermos de sida que morían en sus brazos; con las redes de periodistas; sobre la fundación del CIAM (Centro Integral de Atención a la Mujer) que son los antecedentes de esta historia que se desenvuelve ante nuestra mirada aterrada aunque siempre, porque así es Lydia, con algún destello de esperanza, de luz, de silencio amoroso.

Si decía yo que el libro Los demonios del Edén parecía una novela de terror, éste parece una de suspenso.

Pero el tema del libro no es Lydia Cacho, no. El tema del libro no es un pleito entre Lydia Cacho y Mario Marín como se quiso hacer creer a la opinión pública. El libro trata de cómo el poder económico y el poder político se vinculan para encubrir a redes de crimen organizado; y no de cualquier clase de crimen, del más obscuro y abyecto, el de la explotación sexual de niños y niñas. El libro trata de cómo el Estado y sus instituciones atacan a quienes quieren denunciar ese universo siniestro, como el que Lydia va descubriendo a partir del diálogo, el sufrimiento y la angustia de Emma, la primera en denunciar a Succar Kurí.

Lydia nos cuenta su secuestro en Cancún por judiciales enviados desde Puebla. Hace el relato detallado de ese trayecto infernal, soportando a ratos una pistola en la boca, o los manoseos por parte de los judiciales o los insultos. Narra magistralmente lo que experimentan su cuerpo y su alma. Esos momentos angustiosos en Champotón, de noche, cuando amenazan con tirarla al mar. ¡Nunca encontrarán mi cuerpo! pensaba Lydia, preocupada por el dolor de sus familiares. Pero ahí los planes cambian, gracias a sus amigos, familiares y colegas periodistas, el tema había salido ya en los medios, y los judiciales reciben órdenes de llevarla a toda velocidad a Puebla. Antes de llegar a la PGR bajan a los judiciales hombres y suben a dos mujeres indicándoles con voz autoritaria: “Ustedes venían con ella desde Cancún”. Se trataba de un plan cuidadoso y perversamente diseñado.

¿De qué está hecho el corazón del ser humano? ¿Por qué junto a esos judiciales obscenos, prepotentes, dispuestos a matar, se encuentran policías que tratan de ayudar y custodias en la cárcel que la salvan de una violación inminente orquestada por Kamel Nacif y Juanito Nakad? ¿Qué decir del presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos presionando, si presionando a Lydia, en los separos de la PGR, para que firmara que había sido bien tratada en el trayecto? “Si no firma, no sale hoy, ya se va la juez…”. ¿Nos damos cuenta de lo que eso significa? Y por otro lado, abogados como Xavier Olea, dispuestos a apoyarla a pesar de los riesgos. ¿De qué está hecho el corazón del ser humano?

Lydia reitera la solidaridad de familiares, amigos, periodistas, de instancias internacionales, de intelectuales y artistas y de cientos de seres desconocidos para ella, que la apoyan en su lucha contra un monstruo de mil cabezas. Habla de una paz profunda que le permite mantener “el corazón tibio y la cabeza fría”.

Pero la historia parece no tener fin, como constatamos esta mañana.

Emma recibe fuertes presiones e importantes sumas para retractarse, intentan matar a Lydia, Beatriz Paredes le dice que ya deje en paz a Marín, que no es para tanto; Felipe Calderón, que con tanta enjundia había dicho que había que llevar a Marín a juicio político, tiene que pagar deudas electorales, y aparece acompañado de él en muchas ocasiones. Kamel Nacif se pasea tranquilamente por donde quiere, los demás políticos involucrados: Emilio Gamboa Patrón, Miguel ángel Yunes, actúan como si nada hubiera pasado; empresarios poblanos aprovechan la coyuntura para fines personales y comentan que “Mario Marín es el mejor gobernador que ha tenido Puebla”: y la mayor parte de los medios, ante la presión o la conveniencia, cierran filas para silenciar el tema. Los que no lo hacen, como Carmen Aristegui, ya sabemos qué les ocurre.

Y para cerrar la pinza, la decisión de la SCJN que, por cierto, ya no aparece en el libro. A pesar de las evidencias mostradas por el valiente y honesto Ministro Juan N. Silva Meza, seis ministros votan a favor de exonerar a Marín.

Este hecho quedará como uno de los más negros en la historia de la Suprema Corte. Con este hecho el Tribunal Supremo del país lo que hizo fue:

–Certificar la impunidad de los funcionarios públicos y empresarios delincuentes.

–Avalar que se trate como delincuentes a los periodistas y a los defensores de derechos humanos.

–Encubrir a las redes de pederastia.

–Enviar el mensaje de que sólo el servilismo es capaz de proteger a un ciudadano.

Nada destruye más a las instituciones, nada genera más violencia y deteriora la moral de una nación que la impunidad.

El asunto Lydia Cacho ha sido el detonante que ha evidenciado un universo latente, político y emocional, que se trastoca cuando alguien se atreve a sacarlo a la luz. Ha vuelto serviles a los que no eran, a los que ya lo eran los ha llevado a entregar su humanidad al poder, ha despertado miedos que se manifiestan de formas diversas: acallando voces –la propia y la de los demás– o violentando más a las víctimas. Ha hecho visible cómo el oportunismo de empresarios pragmáticos o voraces aprovecha dramas como éstos para favorecer sus negocios, ha mostrado cómo las negociaciones cupulares entre partidos políticos pueden destrozar a los ciudadanos. Pero también a hecho presente la fuerza que puede emerger de una persona que solidaria con los que sufren hace, diría Pessoa, “del miedo una escalera”, de cada golpe un paso de danza, de cada esfuerzo un acto de amor.

Historia de una infamia es un acto más de defensa de la dignidad de los seres humanos. Gracias Lydia.

* Maru Sánchez es académica de la Universidad Iberoamericana (UIA) Puebla.

* Link: http://circulodeescritores.blogspot.com.

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Arturo Jiménez, Carlos Paul*: Murió Norman Mailer, crítico del sistema de EU y provocador intelectual

Crítico del poder, escudriñador de la sociedad estadunidense y controvertido en vida y obra, el narrador, periodista y ensayista estadunidense Norman Mailer murió la madrugada del sábado a los 84 años, en Nueva York.

Mailer, considerado un provocador intelectual, falleció en el Hospital Mount Sinai acompañado de uno de sus hijos, luego de sufrir problemas renales y de que fuera sometido en octubre pasado a una operación de pulmón, informaron personas cercanas al escritor.

Punto de referencia en muchos sentidos –junto con escritores como Truman Capote o Tom Wolfe, con quienes tuvo enfrentamientos–, con la muerte del legendario escritor se cierra una de las páginas más importantes del llamado “nuevo periodismo” y de la literatura del siglo XX, no sólo en Estados Unidos, sino en el mundo.

Su primera obra de ficción fue Los desnudos y los muertos (1948), basada en su experiencia como recluta en la Segunda Guerra Mundial. El año pasado publicó la que sería su última novela: El castillo del bosque, sobre Hitler.

Entre ambas se dio toda una historia de vida y de creación. Entre ellas escribió dos de sus obras consideradas geniales, pero fuera del ámbito de la ficción: Los ejércitos de la noche (1968) y La canción del verdugo (1979), con las que obtuvo un par de los codiciados premios Pulitzer, aunque nunca el Nobel.

También escribió, consideradas como novelas: Costa bárbara (1951), El parque de los ciervos (1955), Un sueño americano (1964), Los tipos duros no bailan (1984), El fantasma de Harlot (1991) y El Evangelio según el hijo (1997).

Los libros considerados como ensayos son: El negro blanco (1958), Miami y el sitio de Chicago (1968), Un fuego en la luna (1971), El prisionero del sexo (1971) y Noches de la antigüedad (1983). Los guiones: Más allá de la ley (Beyond the Law) y Salvaje 90 (Wild 90). Y la biografía de Marilyn Monroe: Marilyn, además de las de Pablo Picasso y Lee Harvey Oswald.

Norman Kingsley Mailer (Long Branch, New Jersey, 31 de enero de 1923) fue dueño de una vida plena que incluyó una carta abierta a Fidel Castro en 1961, textos como reportero o articulista, sobre política y políticos: los Kennedy, Nixon, Kissinger, Carter, Clinton y, sobre todo, Bush. Y también sobre movimientos sociales, historia de su país, literatura, cine, toros y, de modo muy especial, boxeo.

Una vida que incluyó nueve hijos y seis esposas, una de ellas apuñalada por él mismo en 1960, Adele Morales. Además, excesos con el alcohol, fama de machista, una candidatura a la alcaldía neoyorquina, el apoyo a la libertad del asesino Jack Abbott –quien fue excarcelado pero luego cometió otro asesinato–, la oposición sistemática a las guerras imperiales: desde Vietnam hasta Irak.

Norman, Woody y John

La de Mailer fue una vida que comenzó como hijo de una familia judía de clase media y que se crio en el barrio neoyorquino de Brooklyn. La vida de un joven de 18 años que, durante sus estudios de ingeniería aeronáutica en Harvard, escribiría su primer relato.

Enlistado en la armada, ese muchacho combatiría en la Segunda Guerra Mundial, de 1944 a 1946. Antes de ingresar a la Sorbona, en París, escribiría The Naked and the Dead (Los desnudos y los muertos), que le daría su primera dosis de fama.

Trabajaría como guionista en Hollywood y, a mediados de los años 50 se haría famoso como ensayista antisistema, siendo uno de los fundadores del periódico neoyorquino semanal The Village Voice.

El adulto Mailer examinaría y ahondaría en la violencia, la histeria, el delito y la confusión de la sociedad estadunidense en artículos-reportaje como The White Negro: Superficial Reflections on the Hipster (1958) y Advertisements for Myself (1959).

En 1967 sería arrestado, por poco tiempo, por su participación en manifestaciones anti Vietnam. Y dos años más tarde aspiraría a ser alcalde de Nueva York.

Como periodista político cubriría las convenciones nacionales de republicanos y demócratas en los años 1960, 1964, 1968, 1972, 1992 y 1996.

Obtendría en 1984 el Premio Anual por su servicio sobresaliente a las artes, McDowell Colony. Ingresaría en 1984 a la Academia Americana de Artes y Letras. Ese mismo año, y hasta 1986, sería presidente del PEN Club de su país.

Aparecería en varios documentales, entre los que destacan When We Were Kings y Hijacking Catastrophe, sobre los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos y la guerra de Irak.

Sería mencionado en varias canciones, como Give Peace a Chance, de John Lennon, y A Simple Desultory Philippic, de Simon & Garfunkel. Y en la película El dormilón (1973), de Woody Allen.

* y agencias
* La Jornada
* http://www.jornada.unam.mx/2007/11/11/index.php?section=cultura&article=a03n1cul

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