Daily Archives: December 16, 2007

Robert Fisk: Syria denies killing General in car-bomb attack

So, they assassinated another one yesterday. A general, Francois El-Hajj by name, not known in Europe but a senior officer and the chief of the Lebanese general army staff, whose battle for the Nahr el-Bared Palestinian refugee camps earlier this year made him an obvious target for the Syrians, for the Iranians, for the Palestinians, for just about anyone else you care to note.

Although he was an obvious target, the implications for the current army chief and possible future president – General Michel Suleiman – were devastating.

General El-Hajj was blown to pieces with three of his colleagues at about seven o’clock in the morning as he moved through Baabda, a Christian and supposedly safe suburb of Beirut. He was looked after by his own bodyguards and he was lost by them.

There was no way in which he was going to be saved from the blast. His vehicle was passing a car packed with 35 kilos of TNT when the parked car exploded. The force of the blast, in front of the Baabda municipality buildings, threw the bodies 15 yards and shook the diplomatic quarter. The General, his driver and one bodyguard were confirmed dead. A fourth man is believed to have been killed in the explosion and seven were wounded.

The Lebanese Information Minister Ghazi Aridi blamed the Syrians for the assassination although, interestingly, and with great concern for his use of words, Walid Jumblatt, who has constantly blamed the Syrians for attacks on democratic politicians in Lebanon did not do so. Nor did Marwan Hamadi, one of Mr Jumblatt’s parliamentary colleagues.

It seems, therefore, that Lebanese politics are changing once again and that those who were enemies of the Syrians are no longer necessarily so.

But Lebanon’s appalling pseudo-civil war nonetheless continues. The last assassination was the anti-Syrian member of parliament Antoine Ghamem, murdered in his car on a Beirut street in a Christian area not far from Baabda. Almost every other week we are faced with an assassination. And, much worse, we are supposed to expect it.

When I had dinner with Mr Jumblatt, I made the point that what was terrible about the assassinations was we are beginning to expect them, they are part of our daily life. Every day we are expected to endure an assassination or an attempted assassination, and what is it meant to mean? Syria denied involvement in yesterday’s bombing, accusing “Israel and its Lebanese instruments” in a statement from Damascus, of benefiting from the atrocity.

But if this was a warning from Syria, and if General El-Hajj was meant to die – which he did – what is the message for General Suleiman and for all Lebanese?

* © The Independent
* Published: 13 December 2007
* http://news.independent.co.uk/fisk/article3247574.ece

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Néstor de Buen: Tenías razón, don Carlos Marx

Los datos de una crisis típica del capitalismo aparecen ahora, con mayores detalles en la prensa diaria. Claro está que se refieren a los apuros de la economía estadunidense. Los problemas derivados de la decadencia del dólar, no atenuados por la política de guerra que ha seguido el señorito Bush, constituyen hoy en día las noticias relevantes.

No hay que olvidar que esto viene de atrás, de cuando se inventó en Estados Unidos que en Irak existían armas de destrucción masiva, lo que justificaría la intervención armada de su ejército para localizar y destruir esas armas que supuestamente ponían en peligro la paz mundial.

Varios años de guerra han comprobado que el gobierno de Bush mintió para justificar el enorme gasto, en recursos y en soldados, que ha supuesto la aventura iraquí. Los resultados no han podido ser más negativos. Han permitido llegar a la conclusión de que lo único que ha logrado el gobierno estadunidense es despertar en el interior de su país una animadversión cada vez más notable y en beneficio de un triunfo más que previsible del Partido Demócrata. Pero, además, no han evitado el desastre de su economía.

Siguiendo por la misma línea de conducta, se viene preparando la guerra en contra de Irán, país al que se acusa de todo lo imaginable. De nuevo resultará la falta de confirmación de las acusaciones si, como es previsible, Estados Unidos se lanza a otro conflicto.

No hay que olvidar, por otra parte, que detrás de la invasión de Irak se encuentra el más que explicable motivo de la explotación de su petróleo. No suele la prensa dar noticia del desarrollo de esa actividad de Estados Unidos en Irak, pero todo hace suponer que el beneficio petrolero tiene que haber sido considerable. Con Irán los objetivos serían muy semejantes.

En el orden interno dentro del Partido Republicano el abandono de muy importantes funcionarios ha sido notable. No es frecuente que suceda y en este caso es evidente que las bajas han sido motivadas por el deseo de no compartir la absoluta decadencia del Partido Republicano en manos de un personaje tan ineficaz como es el señor Bush. Su último amarre ha sido, por ahora, la famosa Condoleezza Rice, con un desempeño notable en la cartera de Relaciones Exteriores, pero que también podría, en breve plazo, mandar al presidente con viento fresco para rescatar un poco su propio valor.

Esta crisis capitalista encuentra, sin embargo, un marco de comparación que la hace más notable. El euro asume ya un protagonismo por encima del dólar que hace pensar que una economía inteligente como la europea, armada sobre un difícil consenso inicial, mantiene el crecimiento que, además, se apoya en la inmigración de africanos que encuentran empleo y para ello se juegan la vida en sus viajes, pero alimentan las zonas más sacrificadas del trabajo en beneficio de los nacionales. España, país que ha sido a lo largo de la historia notable exportador de españoles, tanto por razones económicas como políticas, es hoy receptor, me parece que entusiasta, de una mano de obra que ocupa los lugares incómodos. Y sin duda ello se acompaña de un desarrollo económico notable. Aunque se juegue a una democracia difícil en la que la sombra del fascismo: Rajoy y su Partido Popular, no deja de estar presente.

Pero en el mundo hay otras economías en desarrollo. Notable el que se produce en la República Popular China, generosa exportadora de productos de muy buen precio y en la India. La antigua Unión Soviética ha rencontrado su desarrollo económico y todo parece indicar que viene acompañado de expresiones democráticas cada vez más notables.

A nosotros nos tocarán, nos tocan ya, las consecuencias de la crisis estadunidense. Las noticias acerca de un problema financiero del Grupo Slim no resultan gratas. Habrá que volver a la idea de que nuestra economía se vincule más a Europa sin olvidar el mercado iberoamericano.

Entre tanto tendremos que sobrevivir a la contradicción inminente: la emigración masiva a Estados Unidos y su rechazo cada vez más brutal por parte de los estadunidenses, que empiezan a darse cuenta de que deben mantener sus puestos de trabajo, al precio que sea. Muros por delante, por supuesto.

* http://www.jornada.unam.mx/2007/12/16/index.php?section=opinion&article=019a2pol

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Arnaldo Córdova: Partidocracia

La expresión es un invento de los italianos, allá por los años ochenta del siglo pasado: partitocrazia. En mis viajes a Italia por entonces, yo preguntaba a amigos y conocidos qué era lo que entendían por eso. No hubo uno solo que me diera una definición igual a la de los demás. Recuerdo que uno de ellos planteó, al menos, tres significados: cuando los partidos gobiernan sin consultar a sus bases ni a sus electores; cuando un partido, solo o con aliados, como era el caso de la Democracia Cristiana, impide que otros participen del gobierno; cuando ya nadie, dentro o fuera del Estado democrático, los puede controlar y sus burocracias imponen sus intereses puramente pragmáticos a las demás fuerzas políticas y a la ciudadanía. Es curioso que el término haya aparecido cuando ya todos los partidos, incluidos el Partido Comunista y la Democracia Cristiana, estaban en una crisis que muy pronto se volvió irreversible y todos fueron borrados de la escena.

A mi amigo le desmonté sus pretendidas definiciones con un argumento general y tres particulares. Le hice observar que lo que ellas encerraban no eran más que descripciones genéricas y parciales de lo que hemos conocido a lo largo de la historia como régimen democrático de partidos y que no incluía otras características, por ejemplo, que los partidos son votados por ciudadanos, que cada elección es una consulta al pueblo elector que ratifica o niega su apoyo a los partidos y que, casi en todas partes, las coaliciones están permitidas. La primera argumentación particular fue que yo no conocía un solo partido en el mundo (tal vez se habrá dado algún caso que yo por ignorancia desconozca) que hiciera con regular frecuencia consultas a sus bases (a lo más que llegan es a sus congresos internos que, la mayoría de las veces, dejan mucho que desear como consultas) y, menos aún, a la ciudadanía. Robert Michels (1876-1936), alemán que vivió mucho tiempo en Italia y que fue uno de los primeros grandes teóricos en materia de partidos políticos, llegó a postular que los partidos están regidos por una ley de hierro: cada partido está férreamente controlado por una oligarquía partidista. Un partido, por naturaleza, remató, es una organización antidemocrática. En esencia, yo estoy de acuerdo con esa idea, aunque, como todas las definiciones lapidarias, no sirve para describir con exactitud la realidad política.

La segunda argumentación particular fue que a mí no me parecía que el monopolio prolongado de un partido, por sí solo o en alianza con otros, impidiera a otras grandes fuerzas, aun coaligadas, acceder al poder. Mientras una mayoría de los ciudadanos voten a favor de ese partido o de su coalición, podrá argüirse lo que se quiera, menos que se trata de un dominio antidemocrático. En 1990 un grupo de investigadores, en una obra colectiva, se refirió a los regímenes de Japón, Italia, Suecia e Israel como “democracias anómalas” (uncommon democracies), porque en ellos, siendo democráticos, se impedía que las oposiciones llegaran al poder. Se daba un monopolio del poder, en manos de un partido o de una coalición y, sin embargo, como señalara Rafael Segovia en su prólogo a la edición española del libro, eran democracias innegables. Mientras el ciudadano decida y pueda decidir libremente, no me parece que haya antidemocracia. Por eso deberíamos cuidarnos de no atribuir a la democracia virtudes que no le pertenecen.

La tercera argumentación particular fue que, de darse el caso de que ya nadie, dentro o fuera del Estado, pudiera controlar a los partidos en sus acciones arbitrarias, estábamos ante dos perspectivas: o los partidos daban un golpe de Estado y acababan con la democracia o la hipótesis era totalmente falsa y no podía presentarse de ninguna manera en la realidad. Si los partidos gobiernan a través de sus representantes en el Estado (jefes de gobierno, legisladores, por ejemplo) y son esos, sus representantes, los que ejercen el poder, no podía ser que no pudieran controlar a sus partidos, porque habrían dejado de ser representantes para convertirse en simples figuras decorativas. Si los partidos siguen recurriendo a las elecciones para instalarse en el poder del Estado, entonces la hipótesis es falsa. Mi amigo, desde luego, me dijo que no estaba de acuerdo en nada.

De las definiciones de que he tratado hay algo que concuerda con lo que ahora está de moda decir para hablar de una supuesta partidocracia en México. La idea más socorrida es que los partidos no hacen consultas a la ciudadanía (léase, grupos de interés) e imponen sus fines pragmáticos. Se argumenta, por ejemplo que, en contradicción con la Constitución que, en su artículo 35 (prerrogativas del ciudadano) dicta que todo ciudadano tiene el derecho de votar y ser votado, sin entender su naturaleza, el que sólo los partidos pueden postular a quienes pueden ser votados, se impone, a través del nuevo artículo 41, una partidocracia, que quiere decir algo así como “aquí sólo los partidos se reparten el pastel del poder y los ciudadanos se van al demonio”.

Desde que quedó claro, a lo largo del prolongado proceso de reforma política iniciado en 1977, que los ciudadanos sólo pueden ser votados a través de un partido político y se desechó la idea tan simplista de que cualquier ciudadano por su cuenta puede postularse como candidato, se les ha explicado a sus defensores que hay una hipótesis central en el asunto: si todo ciudadano tiene ese derecho, un absurdo que resulta real es que todos los ciudadanos que integran el padrón electoral se presenten como candidatos “independientes”; podrá decirse que, por absurdo, no es realista. Bien, pero, entonces, ¿hasta dónde se puede fijar la lista de candidatos “independientes” y por cuáles razones? Se dice que los candidatos independientes pueden estar respaldados por un amplio sector de la ciudadanía; pero, entonces, ¿cómo identificar como sujeto jurídico a ese sector? ¿Nada más reuniendo firmas? Hay, además, infinidad de casos de candidatos “independientes” que optan porque los presente un partido. A lo mejor no lo son, pero así se presentan.

La idea de la partidocracia, bandera de los grandes medios de difusión masiva y del Consejo Coordinador Empresarial, aparte unos cuantos más, es tan demagógica y falsa como la idea de la defensa de la libertad de expresión. No pueden entender que la política moderna sólo puede hacerse con partidos políticos y no por la libre, porque entonces no tiene ningún sentido. Creo que el que más se ha esforzado por explicar esto es un hombre sin partido desde hace muchos años, mi querido amigo Pepe Woldenberg. Pero creo que nadie le hace caso. Ya no volveré a pedir a los empresarios que digan a sus abogados que los aconsejen mejor. Después del “oso” impresionante que hicieron los abogados del CCE, al promover un amparo en contra de reformas a la Constitución, ya no me quedan ganas. Los empresarios tienen casi todo el dinero del país y piensan que pueden comprar el poder; ahora los partidos sabrán si se comportan como tales o doblan las manos ante los poderosos y se dejan asustar por el petate del muerto de esa estúpida patraña que se ha dado en llamar partidocracia

* http://www.jornada.unam.mx/2007/12/16/index.php?section=opinion&article=015a1pol

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Blanche Petrich y Hermann Bellinghausen: El EZLN y juntas de buen gobierno, una alternativa: activistas internacionales

San Cristóbal de las Casas, Chis., 15 de diciembre. Frente al vocero e ideólogo del zapatismo el subcomandante Marcos, un teórico de los movimientos de resistencia belga, Francois Houtart, y dos organizadores de movimientos de masas, Ricardo Gebrim, del Movimiento de los Sin Tierra (MST) de Brasil, y Peter Rosset, de Vía Campesina, reconocieron en el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y sus juntas de buen gobierno la alternativa del futuro para construir “desde abajo y sin entrar a un callejón sin salida” nuevas formas de lucha para enfrentar el capitalismo y sus efectos de destrucción sobre la tierra y el trabajo.

Fue en la tercera jornada del Coloquio Internacional en Memoria de Andrés Aubry, el intelectual francés que hace décadas arraigó en tierras chiapanecas y que ha sido, para todos los ponentes, un referente clave de su estudio y aprendizaje. Este sábado a mediodía, siempre con abundante concurrencia en la boscosa sede de la Universidad de la Tierra, a orillas de esta ciudad, se habló de las opciones para el socialismo del siglo XXI y de la forma como el proceso de las autonomías zapatistas o del “antilulista” MST se enfrentan por partida doble al nuevo embate del capital, en el que todo se compra y se vende, incluidas las personas y la naturaleza, y a las contradicciones propias de las nuevas y viejas izquierdas.

Al calor de las conferencias, Houtart, con todo tacto, puso el dedo en un renglón que parece dejar cabos sueltos y, al mismo tiempo, incomodar a algunos: la abierta animadversión del subcomandante hacia los amarillos, los perredistas.

Fue a propósito de lo que el sacerdote belga de la Universidad de Lovaina y secretario del Fórum Mundial Alternativo planteaba como el desafío de poder mediar y conciliar entre el “optimismo antisistémico y la necesidad de institucionalizar las rebeliones”. Y abordó el espinoso tema desde Brasil y Nicaragua. “Fue duro, para los movimientos en resistencia de esos países decidirse a votar por Luiz Inacio Lula da Silva o por el Frente Sandinista, a pesar de sus desviaciones, para evitar el avance de la derecha, tanto en lo interno como en lo regional. Con todo respeto me pregunto si en México un razonamiento parecido nos hubiera podido evitar a un gobierno de derecha e ilegítimo”. Cauteloso remató: “es solo una interrogante”.

La pregunta no quedó sin respuesta por parte de Marcos, con el mismo tacto. Cuando tocó su turno en la palabra recordó que cuando los zapatistas critican a los gobernantes y líderes del PRD “no estamos hablando de personas en particular. Estamos hablando de nuestros verdugos, nuestros perseguidores.” Y reiteró un tema que ha abordado muchas veces antes. “Si nosotros hubiéramos apoyado la opción de derecha, hoy estaríamos en un gran bajón. Nosotros sólo alcanzamos a intuir lo que pasaba.”

Houtart, el primer orador, habló del fracaso del socialismo del siglo XX, “que tuvo que caminar con las piernas del capitalismo” y que no logró mínimas premisas, como el desarrollo del uso sustentable de los recursos, privilegiar el valor de uso por encima del valor de cambio, crear una democracia generalizada y permitir la multiculturalidad. Estos son, añadió, algunos de los ejes del socialismo del siglo XXI que, advirtió además, “no podrá ser logrado por decreto”. Por el contrario, concluyó, las luchas antisistémicas deberán no sólo criticar sino contratacar “los procesos de acumulación y su efecto destructivo de la tierra y el trabajo.”

Ricardo Gebrim, de Brasil, apuntó que cuando en 2002 el conjunto de la izquierda brasileña alcanzó tocar su sueño –“Lula la”, Lula allá, en el poder– se agotó el ciclo en el que todos creían que empezaría la transformación y empezó la decepción. “Lula nunca se propuso contruir una fuerza social del cambio”. Pese a la frustración, añadió, 25 años de lucha no se desmontan tan fácil y una parte de esa izquierda, el MST, han iniciado un nuevo ciclo reconociendo “que la democracia electoral es un mecanismo de reproducción del imperialismo”.

Citó la experiencia bolivariana de Venezuela como “la conquista de una acción insurgente por la vía electoral”, y la de Bolivia, “mucho más clara aún, de una acción insurreccional que combinó su movilización con la lucha institucional”. Explicó la nueva fase que vive el MST de Brasil con una consulta popular entre los movimientos populares para buscar una nueva forma de organización política al margen del Partido del Trabajo oficial. Y concluyó con una frase de aliento: “Todo tiempo de baja tiene su fin. Hay que estar preparados y mirar hacia el horizonte”.

Peter Rosset, del Centro de Estudios para el Cambio en el Campo Mexicano y participante frecuente de los encuentros zapatistas, recordó que la embestida de las empresas trasnacionales para apropiarse de los recursos naturales se ha agudizado en la medida en que se agotan otras esferas de negocios. “Hoy hay un proceso de apropiación de la naturaleza como no lo habíamos visto desde el periodo colonial”, apuntó. Y para lograr sus fines, el capital primero desaloja a la gente de sus tierras y después restructura los territorios.

En México, citó, son 6.2 millones de campesinos despojados desde que entró en vigor el TLC, en 1994. En Brasil, cada año son desalojados del campo 200 mil familias. En la India se han creado territorios especiales enormes, que ocupan las mejores tierras para proyectos industriales y agroindustriales. Y ahí donde hay resistencia al despojo, la respuesta del Estado es la misma: militarización, paramilitarización, guerra. Además, advirtió sobre la nueva trampa, en la que coinciden George Bush, “el ex compañero Lula” y muchos otros gobiernos: las reservas ecológicas que son “vaciadas” de comunidades campesinas para ser entregadas a los proyectos de biotecnología, turismo o biocombustibles. “Hoy –expresó– el capitalismo se viste de verde, que no es otra cosa que parte del mismo genocidio.”

Pero a estas tendencias se oponen, en todo el mundo, movimientos rurales de nuevo tipo, autónomos, algunos antisisitémicos y otros aún con vínculos institucionales, pero todos ensayando formas de lucha “que van desde el pacifismo gandhiano, pasando por la acción directa, hasta, en algunos casos, la lucha armada”.

Citó muchos ejemplos. El MST, cuyas organizaciones en Brasil abarcan ya una superficie similar a la de Italia, el zapatismo, el de la Asociación de Campesinos de Cuba y movimientos tan diversos como los de Indonesia, Zimbawe, Paraguay y Tailandia, en donde se han organizado algunos caracoles de inspiración chiapaneca.

En suma, concluyó Rosset, “no hemos perdido la guerra. Y no sólo eso, creo que podemos ganarla”.

* http://www.jornada.unam.mx/2007/12/16/index.php?section=politica&article=010n1pol

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