nte vive sin recurrir a la violencia para dirimir sus dificultades o diferencias. Pero Bush intenta separar ambas corrientes y ponerlas una contra la otra para obtener dividendos favorables a su geopolítica en Oriente Medio.
En Irak esta política le ha dado un cierto resultado positivo toda vez que el actual gobierno pronorteamericano a pedido de USA permitió el regreso a los cargos públicos de las personas sunitas que antes formaban parte del aparato administrativo y burocrático del gobierno de Sadam. Esa era, en parte, la estrategia que llevaba Bush para lograr disminuir la resistencia armada en Irak contra las tropas invasoras. Sin lugar a dudas que el extremismo religioso de Al Kaeda influyó también en que muchos grupos de resistencia integrados por sunitas se volcasen contra esta organización recibiendo de parte de USA armas y dinero, dada la cesantía y la pobreza general en la que está hoy sumida la población de ese país. Era también de interés norteamericano que los sunitas cesaran de resistir militarmente y que aceptasen la ocupación. Al parecer, una parte importante de los sunitas han dejado de atacar a los marines y se han enfrascado en luchas contra los integrantes de Al Kaeda que, hoy por hoy, no constituye una fuerza pequeña, sino más bien fuerte y muy bien organizada. Además, existen todavía sectores sunitas que son sus aliados dentro y fuera de Irak. Sin el apoyo sunita Bush se ve imposibilitado de agredir a Irán. Piensa que neutralizados los sunitas, las posibilidades de resistencia los marines de los combatientes chiítas sería menor y tendría más tropas con las manos libres para emplearlas eventualmente contra Irán.
En un principio, el mejor apoyo a su política en Irak provenía tanto de los kurdos como de los chiítas del sur que integraron el gobierno actual. Posteriormente, una parte importante de los chiítas continuó resistiendo a los invasores y, sin lugar a dudas, de alguna forma son apoyados por Irán, aunque no hay pruebas de que ese apoyo sea mediante armas, explosivos y municiones. La influencia de Irán en el sur de Irak es grande y muy difícil de erradicar. En una guerra contra Irán, esa gente se volcará a apoyar activamente a ese país. Se transformarán en una quinta columna dentro del territorio iraquí contra los marines norteamericanos. La lucha guerrillera se intensificará indudablemente. Y allí está la importancia que los norteamericanos le dan a los combatientes sunitas, ex-miembros de la Guardia Republicana. Les interesa el apoyo de los sunitas iraquíes para neutralizar a los chiítas proiraníes. Esta es una de las razones que determinan la persistencia de fuerzas de ocupación norteamericanas hoy en Irak, aunque se hable de una pronta disminución, pero no de un término de la ocupación.
La visita de Bush pasa por tratar de convencer a sus aliados árabes (en su gran mayoría compuestos por estados monárquicos antidemocráticos) de participar en un frente unido contra Irán. Bush sostiene que Irán es hoy y también en el futuro el peligro mayor que existe en Oriente Medio. ¿De cuál peligro se trata? ¿Qué Irán produzca la bomba nuclear y la emplee contra sus enemigos, especialmente Israel? Cualquier político o militar con conocimientos en la materia y medianamente inteligente sabe que una guerra atómica no es posible cuando ambos bandos poseen esas terribles armas del fin del mundo. Y en esa zona Israel es una potencia nuclear, además de las armas nucleares que poseen sus aliados Inglaterra, Francia y USA. Es totalmente absurdo siquiera pensar que los iraníes, así desarrollen el arma nuclear, vayan a hacer uso de ella. Eso sería el fin del mundo. Y los iraníes son gente bastante inteligente como para no dar ese paso. Pero, por otro lado, el poseer el arma nuclear y misiles de larga distancia es como un seguro de vida para no ser agredido ni por Israel, USA o alguno de sus aliados.
Pero, ¿qué teme USA realmente? El temor está en que Irán se fortalezca demasiado y se desarrolle a tal nivel tecnológico que sea imposible someterla a la política de dominio que desarrolla USA. Y USA necesita dominar los Estados de esa importante zona estratégica, tanto por ser la puerta de Asia como por ser una zona rica en energéticos, los cuales se hacen más necesarios para la economía de USA y mundial. El cierto grado de recesión económica alcanzado actualmente por USA puede agravarse si el precio del petróleo sigue subiendo. Ya declaró Bush que va a conversar con los empresarios saudíes sobre el elevado precio del crudo que hace sufrir la economía norteamericana. Y USA debe asegurarse de que el petróleo siga llegando a ese país por largo tiempo y a un precio más bajo. Irán boicotea el dólar norteamericano contribuyendo directamente a su caída. Además, Irán hasta ahora no ha demostrado deseos de someterse a la política norteamericana y lleva una política independiente que no es del agrado de USA. Asimismo, Irán está cayendo más bajo la influencia geopolítica de Rusia y de China, lo que debilita la posición norteamericana lograda gracias al derrumbe de la URSS que tenía tanta influencia en esa zona en la década de los setenta del siglo pasado. La lucha de las grandes potencias por dominar al mundo no ha terminado como se dice normalmente. USA quiere asegurarse el dominio absoluto de la Tierra, así sea directa o indirectamente. Indirectamente a través de Estados aliados o Estados sometidos. El corazón de Europa está en litigio. Una vez sostuve en un artículo sobre la integración latinoamericana que la UE llamaría a la puerta de Ucrania y Georgia. Y ya en Georgia la gente junto con elegir al nuevo gobierno, votaron recientemente por una gran mayoría solicitar el ingreso a la OTAN. Un paso muy preocupante para Rusia que va perdiendo terreno en el Mar Negro. Sin duda que hay en todo esto razones geopolíticas que no se pueden desestimar. La “Guerra Fría” supuestamente terminó, pero en la práctica sigue existiendo, porque hay un duro bregar por dominar zonas importantes, sobre todo las zonas productoras de minerales estratégicos como el uranio y los energéticos.
Indudablemente que la situación en Oriente Medio es cada vez más compleja. Si bien es cierto en Irak USA ha logrado un cierto respiro, el problema de Líbano Y Palestina está que arde. Y ya no se trata simplemente de chiítas contra sunitas. De hecho Hamás (un movimiento sunita) es apoyado por Irán, así como Hizbollá de Líbano que es chiíta. En Siria conviven los chiítas y los sunitas en armonía y la mayoría son antinorteamericanos y antiisraelíes.
Pero el esfuerzo de Bush no ha logrado resultados muy positivos. Si bien es cierto le ha prometido una gran venta de armas a su principal aliado árabe, Arabia Saudita (con gran preocupación de parte de Israel), el príncipe y primer ministro de ese país, Saud Al-Faisal, ha dicho que tiene grandes reservas sobre la provocación de Irán enunciada por Bush. Además ha manifestado que el problema nuclear de Irán no puede ser solucionado ni por Arabia Saudita ni por Francia. Ahora eso es lo manifestado por él, pero no sabemos hasta dónde está dispuesto a apoyar a Bush en su próxima aventura en la zona. Afirma que la negativa de Irán de someterse a los dictados de las NU, que no es otro que la política impuesta por USA, es contrario a los intereses de la zona.
* Argenpress
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