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JOSÉ MARÍA ZUFIAUR: La Europa social, en franca retirada

La decisión mayoritaria del Consejo de la Unión Europea del pasado 9 de junio sobre la revisión de la directiva relativa al tiempo de trabajo no ha modificado el precepto básico de que la duración media del trabajo no exceda de 48 horas, incluidas las horas extraordinarias, por cada periodo de siete días. Pero al mantener la posibilidad de que por acuerdo individual entre el trabajador y el empresario se pueda superar dicho umbral, y al cifrar esa excepción en un tope de 65 horas a la semana, amenaza con vaciar de sustancia el límite legal de la jornada de trabajo, debilitar y condicionar la negociación colectiva y establecer un nuevo horizonte simbólico para la duración de la semana laboral.

El acuerdo del Consejo de la UE “britaniza” el derecho europeo del trabajo. El eslogan de Sarkozy, “trabajar más para ganar más”, toma el relevo en Europa a la bandera sindical de “trabajar menos para trabajar todos”. Todo un cambio de paradigma. Causa de enorme perplejidad y decepción para los que tienen en el mundo el modelo social europeo como referencia. Y una profunda incoherencia con el discurso a favor de la salud en el trabajo y de la conciliación laboral y personal.

Lo peor es que éste sólo es un síntoma más, que se añade a otros, en una Europa social que, en expresión del secretario general de la Confederación Europea de Sindicatos (CES), John Monks, se “bate en retirada”. Y cuya superación depende básicamente de un binomio de cuestiones hoy por hoy inexistente: un proyecto político de Europa que prevalezca sobre las reglas económicas que rigen la vida comunitaria y una coalición de fuerzas capaz de llevarlo adelante.

La actual regulación europea de la jornada semanal ya es muy flexible. Establece que el periodo obligatorio de descanso diario será de 11 horas y el semanal de 24, con lo que, en realidad, se pueden llegar a trabajar 78 horas a la semana. La vigente directiva permite, además, un descuelgue -opt-out- individual, pactado entre el trabajador y el empresario, del máximo legal semanal. Y establece un “periodo de referencia” de cuatro meses durante el cual se pueden realizar más de 48 horas de trabajo a la semana, mediante una “ordenación irregular de la jornada” a lo largo de ese periodo, pactada en convenio.

Como consecuencia de todo ello, en el Reino Unido, principal valedor de los contenidos de la actual norma, cerca de cinco millones de personas trabajan más de 48 horas a la semana, y algunos centenares de miles llegan a las 78 con cierta frecuencia

Para evitar los abusos a que ha dado lugar el opt-out se esperaba que la Comisión y el Consejo derogaran el descuelgue individual de la jornada máxima semanal o, al menos, establecieran un periodo transitorio al cabo del cual se procediera a su extinción. Que ampliaran los tiempos de descanso obligatorio, diario y semanal, y propusieran que la superación del límite máximo de tiempo de trabajo semanal se acuerde exclusivamente por la vía de la negociación colectiva. Y adaptaran la directiva a varias sentencias del Tribunal de Justicia Europeo (TJE), cuyo contenido determina inequívocamente que los tiempos de guardia forman parte del tiempo efectivo de trabajo. Pero no ha sido así. El acuerdo del Consejo sigue manteniendo la posibilidad de derogación individual, aunque limitada por nuevos requisitos. En las guardias, se da carta de naturaleza a que los “tiempos inactivos” no se consideren tiempo de trabajo, salvo convenio o norma en contrario, y se establece la posibilidad, en uno de los supuestos sin acuerdo colectivo, de ampliar hasta 12 meses el periodo de referencia para la anualización de la jornada.

Todo ello implica una potencial amenaza para la duración máxima legal de trabajo en cada Estado miembro y para la regulación de las guardias de colectivos como médicos, bomberos o cajeras de supermercado. Y de otros sectores laborales que, como los trabajadores móviles del transporte por carretera, tienen reconocido, en otra directiva comunitaria, el tiempo “de atención continuada” como tiempo de trabajo.

Es previsible que el opt-out británico se extienda a otros países, alimentando, de esa manera, el dumping social. Y que la negociación colectiva sea marginada allá donde se pueda para así establecer periodos de referencia más amplios y tiempos de trabajo semanales desmesurados. Como se está intentando hacer ya en Francia, las 35 horas de trabajo semanal a tiempo completo pasarán al baúl de los recuerdos y, en general, aumentará la discrecionalidad empresarial para flexibilizar aún más la organización del tiempo de trabajo.

Es posible, y deseable, que, no obstante, el Parlamento Europeo (PE) elimine, en el procedimiento de segunda lectura, los elementos más negativos de la propuesta consensuada en el Consejo. Pero salvo que se produzca una gran reacción social y política en contra, no está claro que ello termine sucediendo, sobre todo tras el cambio de posición de Francia e Italia. Y tampoco está garantizado que, incluso si eso sucede, no termine acaeciendo lo que está pasando tras la profunda modificación que realizó el PE del proyecto de la directiva “Bolkenstein”: algunos de sus contenidos se están intentando reintroducir de nuevo, al amparo de la revisión de la directiva de desplazamiento de trabajadores y de las sentencias del TJE.

La parálisis legislativa del último decenio en el campo social, la creciente sustitución de los procedimientos obligatorios por los indicativos y voluntarios, el contenido regresivo de las propuestas que terminan aprobándose, el drástico endurecimiento de las políticas migratorias, las recientes sentencias del TJE sobre los casos Laval, Viking y Rüffert son algunas de las manifestaciones que indican que lo que está sucediendo con la directiva de tiempo de trabajo no es un hecho aislado.

En realidad, estamos asistiendo a la erosión progresiva del modelo social europeo. Las citadas sentencias han confirmado la prevalencia, en el ordenamiento jurídico comunitario, de los derechos de establecimiento y de libre prestación de servicios sobre los derechos fundamentales de negociación colectiva y de huelga. De esta manera, se ha legitimado la competencia desleal realizada por empresas de unos Estados miembro en otros Estados miembro de la UE, al aplicar a sus trabajadores desplazados menores salarios y peores condiciones de trabajo que los que rigen en los países donde se localizaron esas empresas.

La política social europea está dejando de ser parte de la solución para pasar a ser parte del problema. Por ello, la CES ha propuesto que se incluya en el Tratado de Lisboa un Protocolo de “progreso social” que asegure la prioridad de los derechos sociales fundamentales sobre las libertades económicas y las normas de competencia y evite que las directivas o reglamentos sociales europeos puedan, por la vía de la ley o del convenio, empeorar los estándares nacionales. La política social europea ha pasado de tener como norte, en los años 60 y 70, la “equiparación en el progreso” a perseguir el establecimiento de “prescripciones mínimas” en los años 80 y 90, y, actualmente, a derivar hacia una especie de “competición entre modelos sociales nacionales”. Un panorama que desgraciadamente no contribuye a aumentar el entusiasmo de los ciudadanos europeos hacia la construcción europea. Y que reclama con urgencia la reacción de un bloque de países que estén dispuestos a defender el modelo social europeo. El encadenamiento en los próximos dos años de presidencias europeas en las que se van a suceder Francia, Suecia, España y Bélgica puede ser una buena oportunidad para ello.

José María Zufiaur es consejero del Comité Económico y Social Europeo.

http://www.elpais.com/articulo/opinion/Europa/social/franca/retirada/elpepuopi/20080623elpepiopi_12/Tes

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Evo Morales Ayma: Carta abierta a propósito de la directiva de retorno de la UE

Hasta finales de la Segunda guerra mundial, Europa fue un continente de emigrantes. Decenas de millones de Europeos partieron a las Américas para colonizar, escapar de las hambrunas, las crisis financieras, las guerras o de los totalitarismos europeos y de la persecución a minorías étnicas.

Hoy, estoy siguiendo con preocupación el proceso de la llamada ”directiva retorno”. El texto, validado el pasado 5 de junio por los ministros del Interior de los 27 países de la Unión Europea, tiene que ser votado el 18 de junio en el Parlamento Europeo.

Siento que endurece de manera drástica las condiciones de detención y expulsión a los migrantes indocumentados, cualquiera sea su tiempo de permanencia en los países europeos, su situación laboral, sus lazos familiares, su voluntad y sus logros de integración.
A los países de América Latina y Norteamérica llegaron los europeos, masivamente, sin visas ni condiciones impuestas por las autoridades. Fueron siempre bienvenidos, y lo siguen siendo, en nuestros países del continente americano, que absorbieron entonces la miseria económica europea y sus crisis políticas. Vinieron a nuestro continente a explotar riquezas y a transferirlas a Europa, con un altísimo costo para las poblaciones originales de América. Como en el caso de nuestro Cerro Rico de Potosí y sus fabulosas minas de plata que permitieron dar masa monetaria al continente europeo desde el siglo XVI hasta el XIX. Las personas, los bienes y los derechos de los migrantes europeos siempre fueron respetados.

Hoy, la Unión Europea es el principal destino de los migrantes del mundo lo cual es consecuencia de su positiva imagen de espacio de prosperidad y de libertades públicas. La inmensa mayoría de los migrantes viene a la UE para contribuir a esta prosperidad, no para aprovecharse de ella. Ocupan los empleos de obras públicas, construcción, en los servicios a la persona y hospitales, que no pueden o no quieren ocupar los europeos. Contribuyen al dinamismo demográfico del continente europeo, a mantener la relación entre activos e inactivos que vuelve posible sus generosos sistemas de seguridad social y dinamizan el mercado interno y la cohesión social. Los migrantes ofrecen una solución a los problemas demográficos y financieros de la UE.

Para nosotros, nuestros migrantes representan la ayuda al desarrollo que los Europeos no nos dan – ya que pocos países alcanzan realmente el mínimo objetivo del 0,7% de su PIB en la ayuda al desarrollo. América Latina recibió, en 2006, 68.000 millones de dólares de remesas, o sea más que el total de las inversiones extranjeras en nuestros países. A nivel mundial alcanzan 300.000 millones de dólares, que superan a los 104.000 millones otorgados por concepto de ayuda al desarrollo. Mi propio país, Bolivia, recibió mas del 10% del PIB en remesas (1.100 millones de dólares) o un tercio de nuestras exportaciones anuales de gas natural.

Es decir que los flujos de migración son benéficos tanto para los Europeos y de manera marginal para nosotros del Tercer Mundo ya que también perdemos a contingentes que suman millones de nuestra mano de obra calificada, en la que de una manera u otra nuestros Estados, aunque pobres, han invertido recursos humanos y financieros.

Lamentablemente, el proyecto de ”directiva retorno” complica terriblemente esta realidad.

Si concebimos que cada Estado o grupo de Estados puede definir sus políticas migratorias en toda soberanía, no podemos aceptar que los derechos fundamentales de las personas sean denegados a nuestros compatriotas y hermanos latinoamericanos. La ”directiva retorno” prevé la posibilidad de un encarcelamiento de los migrantes indocumentados hasta 18 meses antes de su expulsión -o ”alejamiento”, según el término de la directiva. ¡18 meses! ¡Sin juicio ni justicia! Tal como está hoy el proyecto de texto de la directiva viola claramente los artículos 2, 3, 5, 6, 7, 8 y 9 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948. En particular el artículo 13 de la Declaración reza:

”1. Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado.

2. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país”.

Y, lo peor de todo, existe la posibilidad de encarcelar a madres de familia y menores de edad, sin tomar en cuenta su situación familiar o escolar, en estos centros de internamientos donde sabemos ocurren depresiones, huelgas de hambre, suicidios. ¿Cómo podemos aceptar sin reaccionar que sean concentrados en campos compatriotas y hermanos latinoamericanos indocumentados, de los cuales la inmensa mayoría lleva años trabajando e integrándose? ¿De qué lado esta hoy el deber de ingerencia humanitaria? ¿Dónde está la ”libertad de circular”, la protección contra encarcelamientos arbitrarios?

Paralelamente, la Unión Europea trata de convencer a la Comunidad Andina de Naciones (Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú) de firmar un ”Acuerdo de Asociación” que incluye en su tercer pilar un Tratado de Libre Comercio, de misma naturaleza y contenido que los que imponen los Estados Unidos. Estamos bajo intensa presión de la Comisión Europea para aceptar condiciones de profunda liberalización para el comercio, los servicios financieros, propiedad intelectual o nuestros servicios públicos. Además a título de la protección jurídica se nos presiona por el proceso de nacionalización del agua, el gas y telecomunicaciones realizados en el Día Mundial de los Trabajadores. Pregunto, en ese caso ¿dónde está la ”seguridad jurídica” para nuestras mujeres, adolescentes, niños y trabajadores que buscan mejores horizontes en Europa?

Promover la libertad de circulación de mercancías y finanzas, mientras en frente vemos encarcelamiento sin juicio para nuestros hermanos que trataron de circular libremente. Eso es negar los fundamentos de la libertad y de los derechos democráticos.

Bajo estas condiciones, de aprobarse esta ”directiva retorno”, estaríamos en la imposibilidad ética de profundizar las negociaciones con la Unión Europea, y nos reservamos del derecho de normar con los ciudadanos europeos las mismas obligaciones de visa que nos imponen a los Bolivianos desde el primero de abril de 2007, según el principio diplomático de reciprocidad. No lo hemos ejercido hasta ahora, justamente por esperar buenas señales de la UE.

El mundo, sus continentes, sus océanos y sus polos conocen importantes dificultades globales: el calentamiento global, la contaminación, la desaparición lenta pero segura de recursos energéticos y biodiversidad mientras aumenta el hambre y la pobreza en todos los países, fragilizando nuestras sociedades. Hacer de los migrantes, que sean documentados o no, los chivos expiatorios de estos problemas globales, no es ninguna solución. No corresponde a ninguna realidad. Los problemas de cohesión social que sufre Europa no son culpa de los migrantes, sino el resultado del modelo de desarrollo impuesto por el Norte, que destruye el planeta y desmiembra las sociedades de los hombres.

A nombre del pueblo de Bolivia, de todos mis hermanos del continente regiones del mundo como el Maghreb, Asia y los países de Africa, hago un llamado a la conciencia de los líderes y diputados europeos, de los pueblos, ciudadanos y activistas de Europa, para que no se apruebe el texto de la ”directiva retorno”.

Tal cual la conocemos hoy, es una directiva de la vergüenza. Llamo también a la Unión Europea a elaborar, en los próximos meses, una política migratoria respetuosa de los derechos humanos, que permita mantener este dinamismo provechoso para ambos continentes y que repare de una vez por todas la tremenda deuda histórica, económica y ecológica que tienen los países de Europa con gran parte del Tercer Mundo, que cierre de una vez las venas todavía abiertas de América Latina. No pueden fallar hoy en sus ”políticas de integración” como han fracasado con su supuesta ”misión civilizatoria” del tiempo de las colonias.

Reciban todos ustedes, autoridades, europarlamentarios, compañeras y compañeros saludos fraternales desde Bolivia. Y en particular nuestra solidaridad a todos los ”clandestinos”.

Evo Morales Ayma

Presidente de la República de Bolivia

http://www.noticiasdelsur.com/nota.php?nota=9022

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Carlos Beas Torres: La revuelta de los más pobres

Matías Romero es una pequeña ciudad istmeña, perdida en el sur profundo de nuestro país. El origen de ese pueblo oaxaqueño se remonta a la época porfirista, ya que hace poco más de cien años se estableció ahí un campamento de trabajadores, quienes en condiciones muy adversas construyeron el Ferrocarril Nacional de Tehuantepec.

Poblada por gentes llegadas de muchos lados, esa ciudad es cosmopolita, y en ella conviven personas de muy diferente cultura; la habitan los que pertenecen a los pueblos indígenas de esa región, predominando los zapotecas y mixes, y también quienes provienen de lejanas latitudes, como los descendientes de libaneses, coreanos o chinos.

Durante muchos años la vida de ese pueblo dependió de la actividad ferrocarrilera, hasta que el ex presidente Ernesto Zedillo decidió desaparecer la empresa nacional para concesionarla a compañías ferrocarrileras privadas, en particular a las estadunidenses. Debido a esa política privatizadora el pueblo de Matías Romero vive desde hace 10 años sumido en una profunda crisis económica y social.

A pesar de su corta vida, de su aislamiento y de su pequeñez, el pueblo de Matías Romero ocupa un lugar importante en la historia del movimiento social de nuestro país, ya que en la década de los años 50 del siglo pasado fue ahí donde se dio a conocer el Plan del Sureste, el cual fue la guía de la revuelta sindical que encabezó Demetrio Vallejo; en Matías Romero nació el heroico movimiento ferrocarrilero de 1958 y 1959, que es sin lugar a dudas una de las gestas más importantes del sindicalismo independiente mexicano.

También Matías Romero ocupa un lugar singular en la lucha de los pueblos indios, ya que ahí se celebró en 1989 un foro que se convirtió en el espacio del primer encuentro de carácter verdaderamente nacional que construyeron los pueblos originarios de México. Hasta este lejano punto del país lo mismo llegaron yaquis y rarámuris del norte que nahuas y mixtecos de Guerrero y mayas de Chiapas, Quintana Roo y Yucatán.

Y ahora, el nombre de Matías Romero se liga de nuevo a una revuelta ciudadana que poco a poco se extiende a pesar del silencio que guardan los medios sobre su existencia. A fines de marzo pasado la mayoría de los trabajadores en ese pueblo del programa IMSS-Oportunidades iniciaron un movimiento al que de inmediato se sumaron decenas de comunidades indígenas de toda la región. A partir del 28 de marzo comunidades y trabajadores ocuparon juntos de manera pacífica el hospital de ese lugar, y tenían legítimas razones para hacerlo.

En el hospital regional del IMSS-Oportunidades de Matías Romero desde hace más de dos años no se cuenta con especialistas tan necesarios como un pediatra o un anestesiólogo, siendo por ello que decenas de pacientes pobres y en su mayoría indígenas han sido transferidos a nosocomios ubicados fuera de la región; en más de un caso esta situación ha ocasionado la muerte de pacientes, en su mayoría jóvenes mujeres en trabajo de parto.

Las unidades médicas rurales –pequeñas clínicas que atienden a la población indígena y campesina– no cuentan con los fármacos necesarios, y cuando hay doctor es un pasante que aprende practicando con los pacientes.

Por su parte, los trabajadores del Programa IMSS-Oportunidades reciben un trato discriminatorio, ya que carecen de los derechos y las prestaciones que tienen los empleados del régimen ordinario, a pesar de que realizan las mismas funciones. Ese maltrato también lo da el sindicato, el cual ve y trata a sus agremiados con recelo y en ocasiones con desprecio.

Esa situación ha provocado que desde hace más de un mes trabajadores e indígenas mantengan ocupado el hospital y que diario realicen acciones de protesta, que sólo han tenido como respuesta institucional la represión y las amenazas. Una decena de los empleados más activos han sido demandados penalmente por el IMSS y sus contratos están en proceso de rescisión.

Además, como represalia contra la población, el delegado estatal del IMSS en Oaxaca, Luciano Galicia, ordenó el desalojo de los pacientes internados en el hospital y también la suspensión casi total de los servicios, incluso el de urgencia, ya que por espacio de más de 30 horas esta área fue atendida por una sola enfermera.

Lo que ocurre con Matías Romero es un problema nacional; las deficiencias con que opera el programa mencionado son similares a las que existen en Yucatán o Guerrero: servicios médicos deficientes y de mala calidad para 11 millones de indígenas y campesinos, para la población más pobre de este país. En los hechos, aunque el presidente Felipe Calderón se disfrace de chamula o tepehuano, el gobierno federal sigue considerando a los indígenas ciudadanos de segunda. El Programa IMSS-Oportunidades es prueba de ello.

* La Jornada
* http://www.jornada.unam.mx/2008/05/19/index.php?section=opinion&article=017a1pol

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Pedro Echeverría: Gobierno de Calderón y empresarios desesperados por la delincuencia y el petróleo

1. Al parecer, según el mismo gobierno ha reconocido, varias decenas de altos mandos y mandos medios del ejército mexicano se pasan, casi sin pensarlo, a las filas del narcotráfico. Mientras el ejército coloca sus mantas en los Zócalos de principales plazas del país invitando a la población a ingresar al ejército asegurando así a los campesinos y clases medias un trabajo y un salario ante el brutal desempleo que sufre la nación, en los campos de combate al narcotráfico aparecen otras mantas pero invitando a los miembros del ejército (ya bien entrenaditos y con armas) a ingresar a las filas del narcotráfico por un pago mayor. Con un discurso hueco el gobierno ilegítimo de Felipe Calderón está desesperado llamando al “patriotismo” y a la “unidad” sin darse cuenta de su enorme desventaja: el discurso del dinero, en las sociedades capitalista, es más importante que cualquier discurso moralista pronunciado por alguien conocido como inmoral y tramposo.

2. Basta con oír los discursos del presidente Calderón exigiendo “unidad patriótica” alrededor de su gobierno; ver al jefe panista Martínez insultando a López Obrador; escuchar a algunos empresarios exigiendo la privatización del petróleo y a los conductores y comentaristas de radio y TV acusando al gobierno de no poder someter por la fuerza a la llamada rebelión de la delincuencia ni a la oposición de izquierda; basta con ello para darse cuenta que la clase dominante está desesperada y sin saber qué hacer. Lo que parece vislumbrarse (al iniciarse ayer los debates en el legislativo) es que la reforma privatizadora ya no será aprobada porque la derecha no ha tenido argumentos para defenderla y que el narcotráfico tampoco podrá ser sometido porque muchos altos gobernantes y jefes del ejército están coludidos con los altos jefes del narco. Sólo había qué imaginar el brutal desprestigio de Calderón frente al gobierno yanqui.

3. ¿Quién puede olvidar que Calderón tuvo como primer acto de gobierno el anuncio del aumento en sus haberes e inversiones al ejército y (como escribió Granados Chapa) “de dos maneras le confió (al ejército) la función policíaca poniéndolo a la cabeza de la Operación Conjunta Michoacán, y transfiriendo miles de agentes de la Policía Militar a la Federal Preventiva, que reafirma así su condición de cuerpo castrense disfrazado pero identificable”. ¿Se acuerdan que la protesta presidencial del 1 de diciembre sólo fue posible por el enorme despliegue del Estado Mayor Presidencial, uniformados y vestidos de civil? Ese día inició Calderón su combate contra el narcotráfico ocupando con decenas de miles (tal vez cientos de miles) las ocupaciones militares a varios estados. Y a pesar de que como civil se vistió de militar y fue arropado por el ejército, parece que después de un año y medio, la batalla la está perdiendo y no sabe qué hacer.

4. Por otro lado, en los llamados “debates” sobre el petróleo, iniciados ayer martes 13 en la Cámara de Senadores los primeros ponentes: Cárdenas, Meyer, Ibarra, Pincheti, incluso la líder priísta Paredes, coincidieron en sus análisis y juicios en que el petróleo no podría privatizarse y que cualquier asomo en ese sentido debería reprobarse. Solamente el presidente del PAN y el investigador Elizondo defendieron el proyecto calderonista. La realidad es que después de aquella sesión que duró unas cinco horas y fue transmitida por el Canal del Congreso y en Internet, pudo verse que la derecha carecía de ponentes, de ideas y juicios para defender la privatización del petróleo y que han preferido escudarse en la frase de que “no quieren privatizar PEMEX y que sólo buscan atraer inversiones privadas. Algún ponente demostró que la derecha no estaba a la altura de defender su propia ideología privatizadora y que prefería negarla o esconderla.

5. Esos dos problemas (narcotráfico y privatización del petróleo) son los que no dejan dormir al señor Calderón porque de ellos dependen otros asuntos graves; pero además hay otros más directos que al parecer están cubiertos (a propósito) por gruesos mantos de humo: crecimiento del desempleo, desconfianza de inversionistas, aumento de movilizaciones de protesta, total desatención de los servicios de salud y educación, crecimiento de la corrupción y encubrimiento de los pillajes del expresidente Fox y sus familiares. A punto de cumplir año y medio de gobierno, Felipe Calderón sigue sin realizar acción alguna en beneficio de la población. Lo que se recuerda de esos 18 meses es represión contra la lucha de Oaxaca y encarcelamiento de miembros de la APPO; haber sacado al ejército para ocupar varias entidades del país, haber reprimido y encarcelado a los campesinos de Atenco y firmado el Plan México con Bush.

6. A punto de transcurrir la cuarta parte de su sexenio, Calderón ha sido “un cero a la izquierda”, y no parece que pueda gobernar. Sabía él que si no aceptaba “que se limpiara la elección mediante un nuevo conteo de los votos” iba a ser un gobierno ilegítimo y, por tanto, tendría una oposición permanente. No le importó, más aún se burló de quienes así le reclamaban. Hoy Calderón no tiene ninguna autoridad moral para llamar a la unidad ante los problemas del país. Si el PRI ha aceptado no es por “patriotismo”, al contrario: es porque su oportunismo permanente por negociar cargos y poder lo tienen cogobernando, tal como lo hizo con Fox. Ante esa realidad de falta de apoyo, Calderón ha acudido desesperadamente, de manera suplicante, al gobierno yanqui para que el congreso apruebe la llamada “Iniciativa Mérida” y se comiencen a entregar los millones de dólares ofrecidos para la compra de armamentos, helicópteros y contrato de más militares.

7. Pero también la coyuntura yanqui le es desfavorable a Calderón. Los EEUU atraviesan en este momento por una situación económica difícil por la competencia internacional en la que China y algunos otros países torpedean sus productos en el mercado. Por otro lado Bush sufre desesperado por el desplazamiento que tiene su partido, el Republicano, ante el inminente triunfo del partido Demócrata con Obama a la cabeza. A pesar de los esfuerzos de Calderón porque se aprueben los miles de millones de dólares de la “Iniciativa Mérida”, parece que pueden pasar a la incubadora, hasta en tanto se define la sucesión presidencial. Sin embargo el Bush hará “hasta lo imposible” para asegurar un control más estricto de la zona, particularmente de su frontera sur. Consolidar “ayudas militares” a México, Colombia y Perú es esencial en estos momentos en que una serie de países como Venezuela, Bolivia, Ecuador, buscan consolidar su independencia y soberanía.

8. Se espera que los movimientos de trabajadores, de ciudadanos y de izquierda crezcan a partir de esta coyuntura en que el gobierno de Calderón está demostrando una enorme incapacidad para solucionar problemas. Más aún, en caso de no aprobarse la privatización petrolera los mismos empresarios y los inversionistas yanquis podrían hacer a Calderón a un lado por no garantizarles los negocios prometidos. El lopezobradorismo sigue siendo una gran esperanza movilizadora; los profesores y la APPO oaxaqueños reaparecerán mañana (día del Maestro) con más fuerza; como cada año el movimiento magisterial de la CNTE sacude con sus manifestaciones la Ciudad de México y otras capitales del país; los electricistas del SME y otros sectores ligados a él han estado movilizados contra la privatización de los energéticos. Sólo falta la estrategia “mágica” que ayude a que esas organizaciones se pongan de acuerdo para conjuntar fuerzas.

* Argenpress
* http://www.argenpress.info/nota.asp?num=055058&Parte=0

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