Tag Archives: mensaje

Adolfo Sánchez Rebolledo: El mensaje de Fidel (primera parte)

Hoy, cuando lo más inesperado se convierte en realidad (la decisión personal de Fidel Castro de no aceptar cargos al frente del Estado), comienza la última especulación sobre Cuba, su futuro y la naturaleza de las transformaciones que el propio mensaje del líder cubano registra como necesidad insoslayable. Sobre la balanza, la historia de un hombre y un pueblo, la relación de los aciertos y los errores, las expresiones de amor y odio, la línea que separa al estadista del dictador, el retrato del revolucionario universal contenido en el relato general de una biografía donde de algún modo también se inscribe la memoria de mi generación.

Cada quien hará su ajuste de cuentas tratando de eludir “el simplismo apologético o la autoflagelación como antítesis”, dilema que impone, en cualquier caso, ir más allá de la superficie y la inmediatez, asumir en serio la crítica de una trayectoria irreductible a la simplificación. La historia dará su veredicto, sin duda (perdón por el inmisericorde lugar común), pero antes será la sociedad cubana, con su serenidad probada, la que marcará la pauta a seguir. Y eso es lo más importante.

El mensaje indica que ese cambio ya ha comenzado. Fidel no ha muerto en el poder o derrotado. Fracasaron las intentonas para asesinarlo. El mensaje cierra un ciclo y, apenas sin decirlo, gana una difícil batalla al imperio, al que ha “mantenido a raya durante medio siglo”. Se va, pero mantiene la presencia hasta el final. “No me despido de ustedes. Deseo sólo combatir como un soldado de las ideas. Seguiré escribiendo bajo el título Reflexiones del compañero Fidel. Será un arma más del arsenal con la cual se podrá contar. Tal vez mi voz se escuche. Seré cuidadoso.”

Como Chibás en su tiempo, Fidel ha dado un gran aldabonazo pensando en el futuro, pero esta vez la suya es una voz tranquila, no un grito desesperado, a favor de proseguir avanzando en un camino áspero, duro. Ése es el primer significado de sus palabras: “Mi más profunda convicción es que las respuestas a los problemas actuales… requieren más variantes de respuesta para cada problema concreto que las contenidas en un tablero de ajedrez. Ni un solo detalle se puede ignorar, y no se trata de un camino fácil, si es que la inteligencia del ser humano en una sociedad revolucionaria ha de prevalecer sobre sus instintos”.

Aunque los temas de la agenda más actual se refieren a la superación de las dificultades económicas y a la búsqueda de soluciones creativas a los problemas sociales en condiciones de escasez en un país con altos grados de educación y salud, lo cierto es que en la mira de los observadores foráneos se halla el régimen político y las transformaciones de orden democrático, a la plena vigencia de las libertades fundamentales. Pero en este punto, los cubanos no cederán por inercia al discurso dominante como el que predica Bush; tampoco harán concesiones que parezcan una rendición ni avalarán teorías sagradas que han fracasado en otras latitudes. Y eso ya debían saberlo de memoria los estrategas del Departamento de Estado y el Pentágono. Pero éstos siguen en las mismas, pues las sinrazones del imperio esgrimidas hacia Cuba no se han movido una micra en medio siglo. Expresan la voz del Destino Manifiesto. (Apenas si Obama, gran novedad, apela al diálogo.)

La figura de Fidel Castro, cuando llegue la hora de hacer ese examen, tendrá que medirse por el tamaño de los problemas que le toca enfrentar y la naturaleza de sus adversarios. Nadie espere un cuadro beatífico desprovisto de contrastes y zonas oscuras, aun si se prescinde de los trazos humeantes de sus enemigos fabricantes de caricaturas. Pero nada arrojará verdadera luz si no se asume en serio el terrible papel jugado por Estados Unidos a través de este medio siglo, papel que suelen ignorar los “fundamentalistas de la democracia” cuando plantean las disyuntivas históricas como opciones a la carta. A ese respecto, me gustaría retroceder en el tiempo y recordar algunos momentos olvidados de esa larga marcha, destacando algunas posturas de la oposición “democrática” proyanqui cuya persistencia a través de los años aun hoy impiden resolver en paz y mediante el diálogo la cuestión cubana.

La acción revolucionaria de los rebeldes triunfantes en 1959 sacude a propios y extraños, desde luego a las izquierdas, ahogadas en el pantano de la guerra fría por la persecución y el dogmatismo, pero revela al mismo tiempo el hecho fundamental de esta historia: la incapacidad del Departamento de Estado para asimilar las situaciones y las ideas divergentes que en teoría debían estar bajo su dominio. Dicho de otro modo, el ejercicio de la ideología dominante como barrera epistemológica negativa en un mundo que ha comenzado a cambiar.

A finales de los años 50, quienes mandan en la Casa Blanca están convencidos de que la aventura de los rebeldes cubanos concluirá con la vuelta a la escena de los partidos tradicionales, desaparecidos gracias al golpe de mano militar de su viejo aliado, el ex dictador Fulgencio Batista. En su visión se proyecta la imagen de la Revolución deseada por ellos y construida por los medios: el gran espectáculo de la Sierra Maestra y la carismática presencia de Fidel Castro, con su lenguaje humanista a favor de los humildes, son expresiones genuinas, sin duda, pero estimulan el autoengaño ideológico de quienes padecen una suerte de “otitis del tenor”, o sea, la sordera causada en el cantante de tanto escucharse a sí mismo. Se equivocaron. Cuando “el comandante mandó a parar” ya era tarde para ellos, aunque no fueron los únicos en sucumbir a esa suerte de fatalismo, fundado en el prejuicio y la prepotencia chauvinista y neocolonial. A eso apuntaba, además, la trágica experiencia de las revoluciones frustradas en Cuba misma y luego en Guatemala. Nada podía hacerse en el continente sin la autorización estadunidense.

La adhesión a esa visión impidió entender a la Revolución como el punto de partida –no el de llegada– de una revolución nacional postergada, cuya realización implicaba grandes reformas sociales y el traspaso efectivo del poder de manos de la oligarquía a los revolucionarios.

El dilema al que se enfrenta Fidel Castro parece simple, pero implica una decisión de vida o muerte: o la revolución daba pasos hacia la constitución de un fuerte Estado nacional o desaparecía en unas cuantas semanas.

Leave a comment

Filed under Blogroll, Essay, Politics

Argenpress: Mensaje del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz

Fidel Castro Ruz
Foto: Argenpress

Queridos compatriotas:

Les prometí el pasado viernes 15 de febrero que en la próxima reflexión abordaría un tema de interés para muchos compatriotas. La misma adquiere esta vez forma de mensaje.

Ha llegado el momento de postular y elegir al Consejo de Estado, su Presidente, Vicepresidentes y Secretario.

Desempeñé el honroso cargo de Presidente a lo largo de muchos años. El 15 de febrero de 1976 se aprobó la Constitución Socialista por voto libre, directo y secreto de más del 95% de los ciudadanos con derecho a votar. La primera Asamblea Nacional se constituyó el 2 de diciembre de ese año y eligió el Consejo de Estado y su Presidencia. Antes había ejercido el cargo de Primer Ministro durante casi 18 años. Siempre dispuse de las prerrogativas necesarias para llevar adelante la obra revolucionaria con el apoyo de la inmensa mayoría del pueblo.

Conociendo mi estado crítico de salud, muchos en el exterior pensaban que la renuncia provisional al cargo de Presidente del Consejo de Estado el 31 de julio de 2006, que dejé en manos del Primer Vicepresidente, Raúl Castro Ruz, era definitiva. El propio Raúl, quien adicionalmente ocupa el cargo de Ministro de las F.A.R. por méritos personales, y los demás compañeros de la dirección del Partido y el Estado, fueron renuentes a considerarme apartado de mis cargos a pesar de mi estado precario de salud.

Era incómoda mi posición frente a un adversario que hizo todo lo imaginable por deshacerse de mí y en nada me agradaba complacerlo.

Más adelante pude alcanzar de nuevo el dominio total de mi mente, la posibilidad de leer y meditar mucho, obligado por el reposo. Me acompañaban las fuerzas físicas suficientes para escribir largas horas, las que compartía con la rehabilitación y los programas pertinentes de recuperación. Un elemental sentido común me indicaba que esa actividad estaba a mi alcance. Por otro lado me preocupó siempre, al hablar de mi salud, evitar ilusiones que en el caso de un desenlace adverso, traerían noticias traumáticas a nuestro pueblo en medio de la batalla. Prepararlo para mi ausencia, sicológica y políticamente, era mi primera obligación después de tantos años de lucha. Nunca dejé de señalar que se trataba de una recuperación ‘no exenta de riesgos’.

Mi deseo fue siempre cumplir el deber hasta el último aliento. Es lo que puedo ofrecer.

A mis entrañables compatriotas, que me hicieron el inmenso honor de elegirme en días recientes como miembro del Parlamento, en cuyo seno se deben adoptar acuerdos importantes para el destino de nuestra Revolución, les comunico que no aspiraré ni aceptaré- repito- no aspiraré ni aceptaré, el cargo de Presidente del Consejo de Estado y Comandante en Jefe.

En breves cartas dirigidas a Randy Alonso, Director del programa Mesa Redonda de la Televisión Nacional, que a solicitud mía fueron divulgadas, se incluían discretamente elementos de este mensaje que hoy escribo, y ni siquiera el destinatario de las misivas conocía mi propósito. Tenía confianza en Randy porque lo conocí bien cuando era estudiante universitario de Periodismo, y me reunía casi todas las semanas con los representantes principales de los estudiantes universitarios, de lo que ya era conocido como el interior del país, en la biblioteca de la amplia casa de Kohly, donde se albergaban. Hoy todo el país es una inmensa Universidad.

Párrafos seleccionados de la carta enviada a Randy el 17 de diciembre de 2007:

‘Mi más profunda convicción es que las respuestas a los problemas actuales de la sociedad cubana, que posee un promedio educacional cercano a 12 grados, casi un millón de graduados universitarios y la posibilidad real de estudio para sus ciudadanos sin discriminación alguna, requieren más variantes de respuesta para cada problema concreto que las contenidas en un tablero de ajedrez. Ni un solo detalle se puede ignorar, y no se trata de un camino fácil, si es que la inteligencia del ser humano en una sociedad revolucionaria ha de prevalecer sobre sus instintos.

‘Mi deber elemental no es aferrarme a cargos, ni mucho menos obstruir el paso a personas más jóvenes, sino aportar experiencias e ideas cuyo modesto valor proviene de la época excepcional que me tocó vivir.

‘Pienso como Niemeyer que hay que ser consecuente hasta el final.’

Carta del 8 de enero de 2008:

‘…Soy decidido partidario del voto unido (un principio que preserva el mérito ignorado). Fue lo que nos permitió evitar las tendencias a copiar lo que venía de los países del antiguo campo socialista, entre ellas el retrato de un candidato único, tan solitario como a la vez tan solidario con Cuba. Respeto mucho aquel primer intento de construir el socialismo, gracias al cual pudimos continuar el camino escogido.’

‘Tenía muy presente que toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz’, reiteraba en aquella carta.

Traicionaría por tanto mi conciencia ocupar una responsabilidad que requiere movilidad y entrega total que no estoy en condiciones físicas de ofrecer. Lo explico sin dramatismo.

Afortunadamente nuestro proceso cuenta todavía con cuadros de la vieja guardia, junto a otros que eran muy jóvenes cuando se inició la primera etapa de la Revolución. Algunos casi niños se incorporaron a los combatientes de las montañas y después, con su heroísmo y sus misiones internacionalistas, llenaron de gloria al país. Cuentan con la autoridad y la experiencia para garantizar el reemplazo. Dispone igualmente nuestro proceso de la generación intermedia que aprendió junto a nosotros los elementos del complejo y casi inaccesible arte de organizar y dirigir una revolución.

El camino siempre será difícil y requerirá el esfuerzo inteligente de todos. Desconfío de las sendas aparentemente fáciles de la apologética, o la autoflagelación como antítesis. Prepararse siempre para la peor de las variantes. Ser tan prudentes en el éxito como firmes en la adversidad es un principio que no puede olvidarse. El adversario a derrotar es sumamente fuerte, pero lo hemos mantenido a raya durante medio siglo.

No me despido de ustedes. Deseo solo combatir como un soldado de las ideas. Seguiré escribiendo bajo el título ‘Reflexiones del compañero Fidel’ . Será un arma más del arsenal con la cual se podrá contar. Tal vez mi voz se escuche. Seré cuidadoso.

Gracias.

Fidel Castro Ruz
18 de febrero de 2008
5 y 30 p.m.
* Argenpress
* http://www.argenpress.info/nota.asp?num=052157&Parte=0

1 Comment

Filed under Blogroll, News, Photography, Politics

La Jornada: Refrenda Papa negro compromiso con marginados de globalización

Roma, 20 de enero. El nuevo superior general de los jesuitas, el español Adolfo Nicolás, reiteró este domingo en Roma el compromiso de la mayor orden religiosa católica de defender a los “pobres, marginados y manipulados, a los excluidos de la globalización”.

El religioso, de 71 años, elegido el sábado prepósito general de la compañía de Jesús, un cargo popularmente conocido como el de Papa negro, ilustró la dirección que dará a la influyente congregación en la primera misa que celebró tras su elección.

“Nuestro mensaje es el de la salvación. Es un mensaje universal, no se puede reducir a un país, a naciones geográficas, porque hay otras comunidades humanas, la de los pobres, marginados, manipulados, son los excluidos de la globalización. Esa es mi nación”, dijo.

Nicolás, el vigesimonoveno sucesor de san Ignacio de Loyola, presidió la misa en la Iglesia del Jesús, donde reposan las reliquias del santo fundador, en 1540, de la mayor orden católica y también la más abierta y a la vez más rebelde a las normas del Vaticano, con el que históricamente ha tenido numerosas fricciones.

Los diarios en estos días juegan con muchos clichés. Que el Papa negro, que el Papa blanco, poder, rumores. Nosotros estamos aquí para servir a Dios, a la Iglesia y al mundo, ésa es la misión de los jesuitas”, comentó.

El nuevo superior general, que se dirigía a los cerca de mil asistentes en lenguaje directo y simple, es considerado un excelente comunicador, moderno y progresista. “Ayer, después del shock de mi elección, alguien me susurró: no te olvides de los pobres. Eso es lo más importante”, reconoció.

El religioso considera que la congregación se encuentra ante un importante desafío y que tiene que interrogarse sobre “cuáles son las naciones humanas, no geográficas, a las que hay que dedicar la mayor atención y energía para anunciar la salvación”, afirmó. A la liturgia asistieron unas mil personas, entre ellos tres cardenales jesuitas, Tomas Spidlik, Urbano Navarrete y Roberto Tucci.

Buena parte de los 217 delegados con derecho a voto, en representación de los casi 20 mil jesuitas del mundo, eligieron por mayoría, y en el segundo escrutinio, a Nicolás, quien remplaza a Peter Hans Kolvenbah, el cual renunció al cargo –a pesar de ser vitalicio– después de 25 años al frente de la Compañía por razones de edad.

“El hecho de que el padre Nicolás reitere la defensa de los pobres no constituye una novedad. Ésa es la línea de la congregación desde 1974. Pero que hable de marginados y excluidos resulta más interesante, porque ello siempre ha generado problemas a la congregación, sobre todo en América Latina”, comentó el francés Hervé Hyannou, autor de un libro sobre esa comunidad religiosa.

Las sanciones dictadas por el Vaticano contra los jesuitas, precursores del diálogo interreligioso y del compromiso con los más pobres, mitigaron las iniciativas más osadas que siguieron al Concilio Vaticano II (1962-1965), que tenía como objetivo revolucionar a la Iglesia.

* La Jornada
* http://www.jornada.unam.mx/2008/01/21/index.php?section=sociedad&article=040n1soc

Leave a comment

Filed under Blogroll, News, Projects, Religion, Resistance