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Umberto Mazzei: Notas para otro sistema económico y social

El mundo atraviesa un momento de grandes cambios. Los vencedores de la Segunda Guerra Mundial polarizaron el mundo entre la receta marxista-leninista y la receta liberal ricardiana. Ese dualismo se presentó como si no hubiese otras opciones, una especie de bipartidismo global. Ambos sistemas fracasaron. Es hora de estudiar otras escuelas del pensamiento económico y político, para dar un nuevo rumbo.

La versión socialista de la Unión Soviética comenzó a ir mal cuando el gobierno de Leonid Brezhnev (1968-1982) aumento el presupuesto de las industrias militares a expensas del resto de la economía y del bienestar social. Luego asumió una guerra de Afganistán que no podía ganar. El adversario estaba equipado, entrenado y financiado por Estados Unidos, que estaba fuera de alcance, a menos de incurrir en una guerra atómica. Muerto Brezhev, vino Mihail Gorvachev, un iluso, sino otra cosa, que entregó a sus aliados sin garantías, se abrió al neo-liberalismo y Rusia vendió a precio vil las empresas del Estado a testaferros de Wall Street.

En Inglaterra y Estados Unidos, la política la dirigen los intereses financieros desde fines del siglo XVIII y la función de Banco Central las ejercen bancos privados. En Gran Bretaña el Bank of England la ejerce desde 1844 (Bank Charter Act). En Washington un grupo de grandes bancos privados, llamado Reserva Federal, usurpó esa función a la Secretaría del Tesoro, en 1913. En ambos la política económica la dictan los llamados “Lobbies” y descuella la industria de armamento, que la orienta hacía el aumento incesante del gasto militar. Ambos sectores quitan recursos al resto de la economía real para mantener dos mundos fantásticos: el de fabulosas fortunas virtuales y el de amenazas imaginarias.

En la post-guerra, la presencia del marxismo-leninismo como ideología en el poder hizo elevar los salarios e institucionalizar la protección social de los trabajadores, principalmente en Europa, donde la Unión Soviética estaba cerca y había poderosos partidos comunistas. Esa amenaza potencial orientó la política del Estado hacia la conciliación de intereses laborales y empresariales. La desaparición del bloque soviético desencadeno la codicia. En Gran Bretaña y Estados Unidos eso produjo alucinaciones que llevaron al despeñadero socio económico. El cuento de que la libertad total a la codicia personal lleva a la prosperidad colectiva, es falso.

La economía real se erosionó y está en vida artificial desde 2008. Es un caso de esquizofrenia: la gente de bienes y servicios reales (99%) vive una recesión, pero los dueños (1%) de las empresas en finanzas y defensa reciben jugosos bonos y dividendos. Sucede que con deuda pública se dio dinero a los bancos (“quantitative easing”) para re-inflar las bolsas de valores y el pago se cargó a los contribuyentes. Eso pudo haber sido un nuevo comienzo si las prácticas y políticas hubiesen cambiado, pero siguen igual y conducen inexorables a la crisis terminal.

Aún no hay conciencia pública de que vivimos un fallo masivo del sistema económico y político impuesto por Wall Street y la City de Londres, con su victoria de 1945. Los síntomas del colapso sin embargo son claros y el más grave es el laboral, porque los salarios mantienen el consumo. En Estados Unidos el desempleo oficial es un 8%, pero sus estadísticas esconden muchos datos (1) y el desempleo real anda en 18%, y creciendo. En Gran Bretaña la cifra oficial es 8,4%, pero excluye a 3 millones sub-empleados, con pocas horas semanales y a 4 millones del llamado “precariat”: gente en auto empleo casual, que pudiera definirse auto-desempleada. (2)

Desde 2008, el rescate de los bancos costó a Estados Unidos más de 19 billones (3) – cifra superior en un tercio de su PIB – que se usaron en nuevas apuestas del sector financiero y no para movilizar la economía. Los hogares perdieron $1,1 billón de su valor, más otros billones perdidos en inversiones y fondos de pensión. Ahora, familias que fueron de la clase media toman sopas en las cocinas de caridad. Estos inocentes pagan los riesgos absurdos en que incurrió la codicia de los banqueros y del complejo militar-industrial.

La ética socio-económica

La responsabilidad social de la economía es un asunto ético que ya separaba a Adam Smith de David Ricardo. Smith habla de un “lucro excesivo”, contrario al interés social y parasitario; Ricardo lo ve como meta económica y es el enfoque del neo-liberalismo de Milton Friedman; es lo que enseñan en los Business Schools como Economía. Es un asunto ético. Gregory Bateson ( Mind and Nature) ya dijo que “ La ética de lo optimo y la ética de lo máximo son dos éticas totalmente distintas”. La ética de lo óptimo enfatiza la calidad y se expresa con la satisfacción. La ética de lo máximo es adictiva y tiene una sola regla: más es mejor.

Los excesos son siempre tóxicos y es lo que mata la economía norteamericana y el sistema económico vigente. “La maximización de una sola variable -nos dice Bateson- típicamente termina en patología”. Una economía sana mantiene equilibrio en la prosperidad de los distintos sectores; cuando se favorece el crecimiento sólo de un par de ellos, hay una situación parasitaria. Es el caso del sector financiero y de la industria de armamento que piden por un lado austeridad económico-social y por otro crean dispendiosas guerras innecesarias.

En su agonía el sistema desmantela la economía del Estado de bienestar europeo. La banca europea pide más fondos para mantener el valor de sus malas apuestas e impone su gente en los gobiernos. Se eliminan puestos de trabajo, se precarizan el empleo y se privatiza servicios públicos. Como dice Boaventura de Sousa en su Historia de la Austeridad: “El objetivo es volver a la política de clase pura y dura, o sea, al siglo XIX”, a la del liberalismo ricardiano, a la Inglaterra descrita por Charles Dickens.

Hay otras doctrinas

En el siglo XIX prevaleció un enfoque de la economía como ciencia cuyo objetivo primario no son las ganancias del trabajo, sino las del capital invertido… y aún, sólo el de algunos. Pero también hubo quienes pensaron en las ganancias de los trabajadores y esas ideas fueron aplicadas -tímidamente- en la Europa anterior al colapso de la Unión Soviética. Ahora se les trata de ignorar y hoy sus obras son difíciles de encontrar en las bibliotecas universitarias. Su falta es que miran la prosperidad nacional como un objetivo superior a la ganancia individual; un criterio objetable para las empresas apátridas que financian centros académicos y cuya visión económica se enfoca a las ganancias trimestrales.

El primero fue el ginebrino Jean Charles de Sismondi, que publicó “Nuevos Principios de Economía Política” en 1818. Allí acuño el término proletario – que luego usó Marx- para designar a quien con su prole garantiza la mano de obra. Criticó a Ricardo y señaló que las ganancias a expensas de salarios es una política miope, porque se necesitan buenos salarios para que se consume la producción; fue también el primero en pedir la intervención del Estado para evitar los abusos capitalistas y en hablar de lucha de clases. (4)

Sismondi predijo la crisis que aqueja hoy a Estados Unidos y otros países, gracias a gobiernos cómplices. Habló de la sobreproducción que lleva al imperialismo y a exprimir el consumo con deuda sobre salarios futuros. Ahora se llama “Economía de la Oferta” y es Economía de la Deuda. Sismondi culpó la sobreproducción del distanciamiento entre valor útil del bien y su valor de cambio, que impulsa el consumo a crédito que crea una deuda esclavizante. Algo que sucedía en Inglaterra y Estados Unidos desde la primera mitad del siglo XIX. En esa época era deuda en la tienda del empleador, ahora son tarjetas de crédito. Esa tragedia se describe en la novela futurista “The Iron Heel”(1906), de Jack London.

Desde entonces los excesos congénitos y visibles del capitalismo y el papel del Estado para corregirlos han inspirado propuestas concretas, que se puede clasificar en dos tesis básicas.

El grupo de Karl Marx y sus seguidores, considera al capitalismo irredimible e inmerso en un proceso dialéctico fatal que lo lleva a su propia destrucción violenta. Lo remplaza una sociedad sin propiedad individual.

Creo que Marx y sus seguidores son utópicos cuando basan su tesis violenta en la solidaridad proletaria. La solidad es precaria entre gente que lucha por sobrevivir y más si se les niega la aspiración a la seguridad de tener hogar propio. La solidaridad de clase existe, pero entre los muy ricos. A pesar de eso, el marxismo es válido como método de estudio socio-económico y tiene aportes básicos para una propuesta que remplace al ricardismo puro o neoliberalismo.

El otro grupo piensa que el capitalismo es utilizable en beneficio de la sociedad con políticas de control; además de Sismondi, descuellan Friederich List, Werner Sombart, Max Weber, Wilfredo Pareto, John Maynard Keynes y en reversa Deng Xiaoping, en China.

Creemos que este segundo grupo es más realista y coincide con un postulado de la ciencia política, mencionado antes por Sismondi, Iturbide, Sarmiento y otros: En cosas de Estado los saltos son efímeros. Se progresa por evolución, como en la naturaleza, y las instituciones que perduran reflejan las circunstancias, la cultura y las ideas de sus ciudadanos.

Este grupo de autores también fue influyente. List, impulsó la industrialización de Alemania; John Maynard Keynes desarrollo la función económica del salario; Weber y Pareto orientan aún la economía social. Sombart (5) acuñó el término capitalismo (Marx no lo usa) y el concepto de la destrucción creativa, que usó su alumno Joseph Schumpeter. Su trabajo más célebre no existe en inglés porque la Universidad de Princeton, tiene el derecho exclusivo (6) y no lo hace.

Hay otros autores importantes que podemos estudiar: Vasili Leontief, Nicolai Kondratieff, Joseph Schumpeter, Jon Elster, John Roemer y la venezolana Carlota Pérez cuyo libro “Las Revoluciones Tecnológicas y el Capital Financiero” (7) cubre 250 años de historia y muestra que los cambios y las revoluciones técnicas tienen una notable regularidad y obligan al rediseño institucional social y político. Vivimos uno de esos momentos.

Notas:
1) No se cuentan los desempleados que dejan recibir su seguro de deséemelo aunque sigan sin trabajo. Se cuentan como empleados a los desocupados que trabajan algunas pocas horas semanales a destajo. Hay unos 50 millones en Estados Unidos que viven bajo el nivel calificado de pobreza. Morris Berman, Why America Failed.
2) The Guardian, John Philipott: We need employment statistics that confront political spin. 16 January 2013.
3) Es el término internacional y español; los anglosajones les dicen trillions.
4) Economie politique (1815), Nouveaux principes d’économie politique (1819).
5) El Capitalismo Moderno (Der Moderne Kapitalismus, 1902 y su última versión en 1927.
6) Fuente: fr.wikipedia.org/wiki/Werner Sombart

 

Publicado en: Argenpress
Link original: http://www.argenpress.info/2013/02/notas-para-otro-sistema-economico-y.html

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J. Enrique Olivera Arce: Escepticismo. El pueblo a las pruebas se remite

Cadena perpetua, para los luchadores sociales del pueblo de Atenco. Impunidad y apapacho para sátrapas confesos que desde el gobierno  atropellan al pueblo.

Doble moral y doble rasero es la lectura obligada que deja el cónclave elitista en el que lo más representativo de la clase gobernante se comprometiera a lo que por principio, saben que no pueden ni deben cumplir, so pena de escupir para arriba. Hablar de la soga en casa del ahorcado no siempre es lo más afortunado cuando a la luz de la realidad nacional, un pueblo escéptico y profundamente agraviado, reacciona frente al discurso mediático de su victimario con un indiferente y desganado ¡Que renuncien todos!

Hoy el tema de moda es la seguridad pública frente a manifestaciones criminales, sin más objeto aparente que desviar la atención del  ciudadano de a pie sobre otros quizá estratégicamente más relevantes como la seguridad energética, la seguridad alimentaria o la seguridad social. Mañana o pasado bien podría utilizarse como cortinilla de humo cualquier otro pretexto que cale coyunturalmente en el estado de ánimo prefabricado por los medios,  de  una ciudadanía que ya no ve lo duro sino lo tupido.

Como ya es costumbre, lo pactado renuncia a lo obvio y choca con el manejo presupuestal y la inclinación a la rapiña de los virreyes estatales. Los gobernadores se suman al pacto y lo aplauden de dientes para afuera, pero ¿estarían dispuestos a renunciar al control de sus organismos de seguridad,  y en nombre de la eficacia dejar en manos de la federación el manejo y control de la totalidad de los recursos presupuestales asignados a la tarea? Ni el más optimista de los mexicanos se atrevería a inclinarse por la afirmativa.

El caso es hacer mucho ruido aunque las nueces sean escasas, ante la incapacidad de la clase gobernante para atender y enfrentar con eficiencia y eficacia, problemas torales de una nación que marcha a paso acelerado en pos de la banca rota. Tiene razón la periodista Marcela López Zalce, cuando en Milenio escribe que “no hay nada que celebrar”. El pacto por la seguridad al igual que el pacto para la reforma del Estado, o el signado en su momento para el rescate del campo, son letra muerta. La clase gobernante seguirá por el camino andado de la mediocridad, la corrupción y la impunidad, ante el escepticismo y creciente indiferencia de los subordinados.

Si el Sr. Calderón Hinojosa esperaba otra cosa de la cumbre planeada para satisfacer su particular afán de legitimarse ante los mexicanos, terminó por ceder su escaso y cuestionado capital político al poder real de la Nación. La clase empresarial exige resultados concretos o la renuncia de los servidores públicos responsables. En tanto que las clases subordinadas, con mayor realismo, descalifican el intento, con un simple “a las pruebas me remito”.

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Ángel Guerra Cabrera: Paraguay despierta

El ascenso de Fernando Lugo a la presidencia de Paraguay es otro jalón en la ola transformadora de América Latina, nutrida de sustanciosas y multicolores savias populares. Lugo encarna el cristianismo de profunda entraña ética que alumbró en el Nuevo Mundo cuando Bartolomé de las Casas abogó en defensa de sus pueblos originarios, luego resonante de tintes indígenas y africanos en las campanadas libertarias de Dolores, hasta sentar en la segunda mitad del siglo XX, con la teología de la liberación, una impronta en la lectura de los evangelios abrazada definitivamente a los pobres de la Tierra y enriquecedora de las corrientes laicas del pensamiento revolucionario latinoamericano.

Su memorable discurso de toma de posesión evoca la fecunda tradición de experiencias emancipatorias muy diversas que han hecho posible y perfilado el gran cambio latinoamericano actual, y se pronuncia ardorosamente por la pertinencia de su rescate. Pese a que los tiempos que corren –afirmó– se obstinan en demostrarnos que el pasado es una construcción sin implicancias en el devenir, nosotros queremos encontrar sus valores y sus signos para que en la semiótica del futuro se encuentren nítidas las motivaciones que claman por un mañana que reitere los logros y no repita los errores.

Al reivindicar a Gaspar Rodríguez de Francia y a los López, padre e hijo, como referentes del proceso que inicia en Paraguay, Lugo se colocó en la vertiente histórica más avanzada de América Latina, pues fue bajo la conducción de esos hombres que se fundó la primera experiencia exitosa de construcción nacional antioligárquica, antimperialista y antiliberal al sur del río Bravo. Allí, a diferencia de lo que ocurría en los demás países de América Latina en el siglo XIX, no había campesinos sin tierra ni mendigos ni ladrones ni niños que no supieran leer ni escribir; el ferrocarril, el telégrafo y la siderurgia surgieron y funcionaron espléndidamente como empresas del Estado; las exportaciones sostenían la inversión y el gasto social en una administración pública austera y honrada; había superávit fiscal y no existía deuda externa, los indígenas recibieron la ciudadanía y se rescató su modelo de agricultura de dos cosechas anuales; existían reservas nacionales para los malos tiempos y no se conocía el hambre. Aquello era intolerable cuando auspiciada por Inglaterra se imponía en el mundo la religión del libre comercio, adoptada ciegamente por las oligarquías del Río de la Plata y del imperio lusobrasileño. Como luego harían con Fidel Castro, Salvador Allende, Hugo Chávez y Evo Morales, los periódicos liberales satanizaban a Francisco Solano López: el Atila de Asunción era uno de los calificativos que le endilgaban al líder del único proyecto de desarrollo económico y social independiente triunfante en el continente.

Bajo la batuta del Foreign Office y de su embajador en Buenos Aires se preparó meticulosamente la Guerra de la Triple Alianza contra Paraguay, financiada, cómo no, por la banca británica, que Eduardo Galeano fulminó en su imprescindible obra Las venas abiertas de América Latina como el capítulo más infame de la historia latinoamericana. Las oligarquías de Argentina, Brasil y Uruguay lanzaron sus ejércitos a una operación genocida que casi exterminó al pueblo paraguayo. La campaña militar que Bartolomé Mitre calculó en tres meses duró cinco años. Al final no había sobrevivido ningún paraguayo entre 15 y 65 años, sólo quedaba con vida 25 por ciento de la población tras una heroica resistencia finalizada dramáticamente con la caída en combate de López al frente de los restos famélicos y harapientos de su pueblo en armas. “Muero con la patria”, se ha afirmado que exclamó en el postrer momento. Y es que aquel Paraguay, ejemplo de soberanía, independencia y dignidad, dejó de existir con él.

Por eso Lugo ha dicho que “la digna estirpe paraguaya despierta nuevamente”. Así será.

La Jornada

http://www.jornada.unam.mx/2008/08/21/index.php?section=opinion&article=034a1mun

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Miguel Wiñazki: Cacería de noticias

Existe cierta analogía alegórica entre la cacería y la búsqueda de noticias. En una y en otra actividad se trata de mirar, de elegir la presa, de enfocar, de apuntar con precisión, y de clavar el proyectil, de incrustar la flecha, o la pluma, o la lente de la máquina, o el grabador, en el sitio correcto. Según Marguerite Yourcenar: “Nacida por la necesidad que el hombre tenía de procurarse carne para alimentarse y por la presión de defenderse de las grandes fieras, la caza pasó a ser un arte, el más antiguo de todos, y una pasión también. El hombre encontró en ella la manera de satisfacer su afición al peligro y a las proezas físicas, de complacer su vanidad y su jactancia y, sobre todo, su innata ferocidad”.

Aquí nos interesa la figura del periodista feroz. Precisamente, de aquel que transita casi con lujuria por senderos peligrosos, que alimenta a veces su arrogancia, que busca noticias o las caza con fiereza, y también, (porque también es así en innumerables casos), con coraje. La caza, como bien apunta Yourcenar “se convirtió en una escuela de astucia”. Y mutatis mutandi, no existe un buen periodista que no sea astuto. Un periodista ingenuo es una presa, en lugar de un cazador. Invierte su rol, y fácilmente lo devoran los ladinos diversos de la fauna de taimados que circula en todas partes. ¿Cómo ser astuto sin ser perverso? ¿Cómo cazar sin ser cazado y no por eso derramar la moral en una letrina? Son grandes preguntas para un periodista.

¿Cuáles son los límites ante los que debe detenerse esa ferocidad que anima con adrenalina, emoción y tozudez a los mejores reporteros? ¿Cuándo atenuar la ferocidad…? Esa voracidad tan potente, ese deseo de desocultar, de encontrar una historia excepcional, de contarla… Además, ¿Es el periodista el que apunta a las noticias, y las caza? ¿O las noticias encuentran al periodista?

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Arnoldo Kraus: Medicina, ciencia y ficción

Pienso que Julio Verne se hubiese fascinado con los avances que hoy suceden en la medicina y, quizás, siguiendo su línea, habría tomado la pluma para escribir acerca de los nexos entre ciencia y ficción. El auge de la biotecnología, el crecimiento sin límites de muchas ramas del conocimiento médico, la demanda de una sociedad cada vez más hambrienta por retrasar la vejez, y cuyo ideario es borrar del cuerpo humano las enfermedades, han devenido avances médico-científicos otrora inimaginables.

Junto a la biotecnología, como he escrito en otras ocasiones, crece la bioética, disciplina preocupada por la supervivencia del ser humano y por intentar fijar derroteros y límites al crecimiento, a veces sin cuestionamientos, de las ciencias. El vuelo de la sabiduría médica cada vez tiene menos fronteras; con vertiginosa velocidad la humanidad se entera de nuevos avances que hasta hace poco semejarían la audacia de Verne de darle “la vuelta al mundo en 80 días”. Los logros médicos conllevan inquietudes éticas. Los avances de las ciencias médicas plantean preguntas morales. La medicina alimenta a la ética, y ésta estimula el estudio y la reflexión. La obligación es vincular ciencia y ética.

La fascinación verniana por recorrer el mundo abrigaba dudas y emociones; la fascinación por la bioética laica subyace en la frecuente imposibilidad de responder con “verdades indivisibles” muchos cuestionamientos. La reproducción asistida, la creación de bancos de semen y de óvulos, la mayoría sin registros ad hoc, el derecho de saber quién es el padre biológico de los niños nacidos por úteros alquilados o por la donación de espermas o de óvulos, y la comercialización de la medicina, constituyen uno de esos vericuetos donde la ciencia, como en muchas otras circunstancias, marca su paso sin preocuparse demasiado por cuestiones morales.

La palabra ficción en el título de este artículo no sólo tiene como motivo desempolvar las lecturas juveniles de Verne sino atraer la atención de los lectores a lo que puede suceder, y de hecho sucede, cuando la ciencia y su comercialización caminan sin coto. Discutamos algunos ejemplos. Se sabe que en muchos sitios hay jóvenes que donan semen; en Europa, se paga la nada despreciable suma de 50 euros por “depósito”. Con frecuencia no hay registro de quién es el donante: ¿cómo asegurar que los “depositantes” no recorren diferentes bancos? ¿Cómo saber que en el futuro no se convertirán en certezas los hallazgos de los investigadores que sostienen que existen genes relacionados con la criminalidad?

De ser cierta la última cuestión, habría una camada de criminales familiares entre sí, engendrados por el uso sin restricciones de espermatozoides. Y si la ficción se apoderase de la realidad, Verne podría escribir una nueva novela en donde los criminales se pareciesen físicamente entre sí y, quizás, incluso, por la metodología para llevar a cabo sus actos delictivos. El final de la novela sería obvio: habría que encarcelar al donante y al dueño del banco de semen.

Otro ejemplo que suma ética y ficción es el siguiente: debido a que es imposible saber cuántos hijos nacen por cada donante, ¿qué sucederá si en la calle dos personas se percatan de que son físicamente similares? Podrían pensar, en caso de no saber cuál es su historia biológica, que su padre o que su madre fueron infieles, que fueron regalados, que fueron abandonados y recogidos en un basurero ante la imposibilidad de ser criados, o que el parecido es meramente producto del azar. En este apartado la biología podría estimular a la ficción.

Otro embrollo, no relacionado con la ficción, e imposible de responder en la actualidad, radica en la salud del semen donado. ¿Qué pasará si al cabo de los meses o de los años nacen personas con problemas de salud? De conocerse el paradero del donante y los sitios en donde “depositó” su semen, ¿se le pediría a las madres embarazadas que abortasen? ¿Se podría inculpar a los dueños de los bancos –como no sucede con los que manejan dinero– de las enfermedades producidas por sus depósitos, y exigirles indemnización? ¿Serían éticos los banqueros espermáticos y tirarían el semen a las alcantarillas?

Nada de lo escrito descalifica el derecho de las parejas que quieren ser padres pero que no lo consiguen por medios naturales a recurrir a la ciencia. No debe existir oposición entre ciencia y paternidad, pero es urgente que muchas cuestiones, como las aquí expuestas y otras, se discutan bajo la luz de una ciencia arropada por la ética, donde el saber de la ciencia tenga como propósito fundamental servir a la humanidad y no a los dueños comerciales de la medicina. Si ciencia y ética hablasen el mismo idioma, es probable y deseable que el Julio Verne del 2008 y los años venideros se quedase sin trabajo y que los banqueros espermáticos estableciesen un código de ética para manejar adecuadamente el semen y los óvulos.

* La Jornada
* http://www.jornada.unam.mx/2008/04/02/index.php?section=opinion&article=018a2pol

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Arnoldo Kraus: Urdir enfermedades: otras reflexiones

Desde hace algunos años, cuando me piden una recomendación o cuando envío algún paciente con colegas, suelo decirles: “es ético y, además, es bueno”. Con o sin ironía, en medicina es fundamental regresar a la ética. El arte de urdir enfermedades o exagerar las ya existentes (disease mongering), por parte de la industria farmacéutica y sus aliados, los medios informativos, es otra razón para repensar la ética.

Quienes trabajan al servicio de las farmacéuticas han inventando la disfunción sexual femenina, han tenido la genialidad de lograr que millones de hombres en el mundo se conviertan en adictos de fármacos diseñados para mejorar la calidad de la erección y han convertido en impotentes por decreto a quienes pensaban que no lo eran (leo en una revista médica de diciembre 2007 que se calcula que en 2025 habrá 322 millones de casos). Han logrado eso y más: con tal de seguir engordando sus arcas han sido capaces de enfermar a personas sanas.

Con frecuencia se repite que muchas compañías farmacéuticas, imposible decir cuántas, gastan más en promover sus productos que lo que disponen para investigación. Quizás esa idea sea exagerada, pero, lo que sí es cierto, es que gracias al marketing han logrado modificar el concepto de salud y han conseguido que las personas sanas piensen demasiado en su salud, que los enfermos se sientan más enfermos, que los llamados factores de riesgo –osteoporosis, colesterol elevado– se transformen en enfermedades y que condiciones normales del oficio de vivir –calvicie, disminución de la energía ligada al envejecimiento, menopausia– hayan dejado de ser parte normal de la vida para convertirse en motivo de vida. En uno de los artículos que leí me sorprendió enterarme de que desde 1894 el sicólogo William James, hermano del famoso novelista Henry James, declaró al referirse a las farmacéuticas que “los autores de esos anuncios deberían ser tratados sin piedad y considerárseles enemigos públicos”. Ignoro qué fue lo que le sucedió a James, pero seguramente le vendieron Viagra made in China.

Solicitar que los medios de publicación sean éticos es inútil. Ese estatus es aprovechado y fomentado por las industrias farmacéuticas. Se calcula que los estadunidenses dedican tres años de su vida en ver anuncios de televisión. La mayor sociedad de consumo del mundo radica en Estados Unidos. Tienen una afición patológica por los mass media y no dudo que la mayoría sean acríticos. Todo un manjar para los publicistas y para la industria.

Bien saben las farmacéuticas que el consumo genera más consumo y que la felicidad nunca es suficiente: vender píldoras que mejoren la vida, fármacos que despierten el deseo sexual o químicos que ahuyenten la mortalidad es leitmotiv de muchas de ellas y base para seguir urdiendo enfermedades.

Quisiera pensar que las compañías actúan de buena fe y pretenden disminuir el sufrimiento, pero creo sobre todo que las que publicitan sus acciones en la televisión no siempre diseñan píldoras que contengan una dosis de ciencia y otra de ética. Estoy seguro de que las compañías farmacéuticas que venden parches de testosterona para estimular el deseo sexual en las mujeres o para paliar la disfunción sexual femenina no se preocupan demasiado ni por la mujer ni por lo que sucede en la pareja. Piensan en sus cuentas bancarias, soslayan la mediocridad de sus experimentos y, quizás, ni siquiera saben que la disfunción sexual femenina es una entidad mal definida y no avalada por muchos médicos expertos.

Medicalizar la sexualidad ha sido uno de sus grandes éxitos y generar dependencias farmacológicas, inmenso logro. Es tal su poder de penetración que la idea de crear una Viagra rosa para las mujeres ocupó muchas planas en 1998, año en que se aprobó el uso de la droga mencionada en hombres.

Las farmacéuticas fomentan sus ventas por medio de otras vías. Sugieren que todo síntoma, aunque sea poco trascendental, requiere tratamiento; generan ansiedad en torno a la salud, redefinen e inventan enfermedades; introducen nuevos diagnósticos, como la disfunción sexual femenina, y explotan a su gusto las estadísticas tan en boga en la sociedad contemporánea. Este último punto me recuerda el viejo chiste de la investigación biomédica que explica los resultados del ensayo de un nuevo fármaco en ratones: el 33 por ciento se curó, el 33 por ciento murió y el tercer ratón se escapó.

Crear necesidades es uno de los eslóganes no publicitados de la industria farmacéutica. Ofrecer a la sociedad y al enfermo los instrumentos necesarios para que comprendan los límites de la vida y de la farmacología es obligación de los doctores. Para poder decir lo que piensan, los médicos deben tener vínculos sanos con la industria, aunque éstos sean también económicos.

Mis ideas no minimizan las bonanzas ofrecidas por los medicamentos, no subestiman la inteligencia de los investigadores y no ignoran las soluciones a muchas enfermedades debidas a las caras buenas de la industria médica; simplemente exponen otras verdades. Lo que no sobra repetir es que nadie tiene el derecho de apropiarse de la salud de la sociedad ni hacer del sano una persona lábil ni de transformar al poco enfermo en muy enfermo. La maquinaria publicitaria y el poder económico de la industria farmacológica contra la ética y la lealtad del médico.

* La Jornada
* http://www.jornada.unam.mx/2008/02/27/index.php?section=opinion&article=022a2pol

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Fidel Castro Ruz: La antítesis de la ética

Cuando cientos de intelectuales que proceden de todos los continentes se reúnen en La Habana para participar en una Conferencia Internacional sobre el Equilibrio del Mundo, en torno a la fecha del nacimiento de José Martí, ese día, por extraña casualidad, habló el Presidente de Estados Unidos. En su último discurso al Congreso sobre el Estado de la Unión, utilizando el teleprompter, Bush nos dice más con sus expresiones extraverbales que con las palabras elaboradas por sus asesores.

Si a los tres discursos que mencioné en las palabras dirigidas a los delegados al Encuentro del 29 de enero de 2003 añadimos el que pronunció ayer 28, traducido al español por la CNN _acompañado de cejas levantadas y gestos peculiares_, grabado y transcripto de inmediato por personal calificado, este es el peor de todos por su demagogia, mentiras y ausencia total de ética. Hablo de las palabras que él quizás añadió, del tono en que lo hizo y personalmente observé, que es el material con el cual trabajé.

“Estados Unidos está encabezando la lucha contra la pobreza mundial con sólidos programas educativos y de asistencia humanitaria… Este programa refuerza la democracia, la transparencia y el imperio de la ley en países en desarrollo, y les pido a los miembros de este Congreso que financien plenamente ese importante programa.”

“Estados Unidos está a la vanguardia en la lucha contra el hambre en el mundo. Hoy, más de la mitad de la ayuda alimentaria del mundo proviene de Estados Unidos. Esta noche le pido al Congreso que apoye una propuesta innovadora de prestar ayuda alimentaria al comprar cultivos directamente de los agricultores del mundo en desarrollo, para que podamos desarrollar su agricultura local y romper la hambruna.”

Al principio de este párrafo se está refiriendo a los viejos compromisos adquiridos por Estados Unidos en otros tiempos con la FAO y organismos internacionales, una gota de agua ante las angustiosas necesidades actuales de la humanidad.

“Estados Unidos encabeza la lucha contra las enfermedades. Con su ayuda, estamos trabajando para reducir la mitad del número de muertes relacionadas con la malaria en 15 naciones africanas, y nuestro plan contra el SIDA está tratando a un millón 400 mil personas. Podemos llevarles ayuda a muchos más. Les pido aprobar 30 mil millones más en los próximos 5 años…”

“Estados Unidos es una fuerza de esperanza en el mundo, porque somos un pueblo compasivo…”

“En los últimos 7 años hemos incrementado los fondos para veteranos en más del 95 por ciento… también para atender las necesidades de una nueva guerra… para mejorar el sistema de atención para nuestros guerreros heridos…”

“Les pido que me acompañen para crear nuevos empleos para esposas y esposos de nuestros militares…”

“Confiando en el pueblo, sucesivas generaciones han transformado nuestra frágil y joven democracia en la nación más poderosa de la Tierra… Nuestra libertad estará segura y el estado de nuestra nación permanecerá sólido.”

Todo esto lo afirma tranquilamente, pero desde el inicio de su discurso, en que elude todos los problemas espinosos, va fundamentando piedra sobre piedra las bases de esa supuesta libertad y prosperidad, sin hacer la más mínima referencia a los militares norteamericanos que han muerto o han sido mutilados por la guerra.

Había comenzado el discurso señalando que “la mayoría de los estadounidenses piensa que los impuestos son ya muy altos…” Amenaza al Congreso: “Debe saber que si algún tipo de proyecto de ley que aumente los impuestos llega a mi escritorio, voy a vetarlo.”

“La próxima semana les remitiré un presupuesto que elimina o reduce considerablemente 151 programas despilfarradores o inflados, que ascienden a más de 18 mil millones. El presupuesto que presentaré mantendrá a Estados Unidos camino a superávit en el 2012.”

O se equivocó de cifra, o la recaudación de 18 mil millones no significa nada en un presupuesto que asciende a 2,8 millones de millones.

Lo más importante es distinguir entre el déficit del presupuesto del Estado, que ascendió a 163 mil millones, y el déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos, que totalizó 811 mil millones en el 2006, y la deuda pública se calcula en 9,1 millones de millones. Su gasto militar se eleva a más del 60 por ciento del total que se invierte en el mundo por ese concepto. La onza troy de oro, hoy día 29 alcanzó el récord de 933 dólares. El desorden es consecuencia de la emisión de dólares sin límite alguno en un país cuya población gasta más de lo que ahorra y en un mundo donde la capacidad adquisitiva de la moneda de Estados Unidos se ha reducido extraordinariamente.

La receta que suele aplicar su gobierno es expresar confianza y seguridad en la economía, bajar las tasas de interés bancario, inyectar más billetes en circulación, profundizar el problema y dilatar las consecuencias.

¿Qué significa en la actualidad el precio del azúcar, que hoy estaba a 12,27 centavos de dólar la libra? A su producción y exportación se dedican hoy decenas de países pobres. Este ejemplo lo menciono solo para ilustrar que Bush deliberadamente lo enreda y lo mezcla todo.

El Presidente de Estados Unidos prosigue así con su paseo olímpico sobre los problemas de un planeta a sus pies.

“Quiero que aprueben reformas de los programas Fanie Mae y Freddie Mac, modernizar la Dirección Federal de la Vivienda y permitir que los propietarios vuelvan a financiar sus hipotecas a través de bonos libres de impuestos…”

“Tenemos un objetivo común: hacer que el cuidado médico sea más accesible a todos los estadounidenses.” Para ello, debemos aumentar las opciones de los consumidores, no el control del gobierno…”

“Debemos confiar en que los estudiantes van a aprender si se les da la oportunidad, y a los padres más poder para exigir más resultados de nuestras escuelas…

“Los estudiantes afroestadounidenses e hispanos han llegado a tener notas máximas… Ahora debemos trabajar juntos para que haya más flexibilidad para los estados y los distritos y reducir el número de estudiantes que dejan la escuela antes de terminar la secundaria…

“Gracias a las becas que ustedes aprobaron, más de 2,600 de los niños más pobres de la capital han encontrado nueva esperanza en una escuela religiosa o privada de otro tipo. Lamentablemente, estas escuelas están desapareciendo a un ritmo alarmante en muchos de los barrios urbanos pobres de Estados Unidos… Por lo tanto, les he pedido su respaldo para un nuevo programa de 300 millones de dólares…

“Dependemos cada vez más de la capacidad de vender productos, cosechas y servicios a todo el mundo. Por lo tanto, queremos terminar con las barreras al comercio y a la inversión. Queremos una Ronda de Doha que tenga éxito, y queremos conseguir un acuerdo este año.

“Quiero agradecer al Congreso haber aprobado el acuerdo con Perú. Y ahora les pido que aprueben los acuerdos con Colombia, Panamá y Corea del Sur.

“Muchos productos de estos países entran aquí sin aranceles; sin embargo, muchos de nuestros productos enfrentan aranceles altos en sus mercados. Debemos emparejar la situación. Ello nos daría acceso a más de 100 millones de clientes y respaldaría buenos trabajos para los mejores trabajadores del mundo: aquellos cuyos productos estén hechos en Estados Unidos.

“Estos acuerdos también promueven los intereses estratégicos de Estados Unidos.

“Nuestra seguridad, nuestra prosperidad, nuestro medio ambiente, requieren reducir nuestra dependencia del petróleo. Busquemos energía a partir del carbón…

“Vamos a crear un fondo internacional de tecnología limpia para reducir y quizás revertir la emisión de gases de efecto invernadero.

“Para seguir siendo competitivos en el futuro, debemos confiar en nuestros científicos y técnicos y darles más poder para que lleguen a los descubrimientos del futuro. Les pido el apoyo federal… para que Estados Unidos siga siendo la nación más dinámica del planeta.”

Siempre apelando al chovinismo, prosigue su vuelo imaginario hacia otros temas:

“Hoy en la costa del Golfo queremos rendir homenaje a la resistencia de los habitantes de esta región; queremos que puedan reconstruirla mejor, más fuerte que antes. Y me place anunciar que vamos a realizar la Cumbre norteamericana de Estados Unidos, México y Canadá en la gran ciudad de Nueva Orleáns.

“Otro reto importante es la inmigración. Estados Unidos necesita asegurar sus fronteras y, con su ayuda, mi gobierno está tomando medidas para hacerlo, incrementando el control en los lugares de trabajo, colocando barreras y nuevas tecnologías para impedir cruces ilegales… Este año pensamos duplicar el número de agentes de la Patrulla Fronteriza.” Se trata de una de las fuentes de empleo bien remunerado que Bush busca.

No desea recordar que a México le fue arrebatado más del 50 por ciento de su territorio en una guerra de conquista, y pretende que nadie recuerde que en el muro de Berlín, durante sus casi 30 años de existencia, murieron menos personas tratando de ingresar al “mundo libre” que los latinoamericanos que están muriendo ya _no menos de 500 cada año_ al tratar de cruzar la frontera en busca de trabajo, sin Ley de Ajuste que los privilegie y estimule, como hacen con los ciudadanos de Cuba. La cifra de inmigrantes ilegales arrestados y devueltos traumáticamente cada año asciende a cientos de miles.

De inmediato, el discurso salta al Medio Oriente, de donde acaba de regresar después de un veni, vidi, vici diplomático.

Después de mencionar el Líbano, Iraq, Afganistán y Pakistán, afirma: “La seguridad de Estados Unidos y la paz del mundo dependen de que propaguemos la esperanza de la libertad en él. En Afganistán, Estados Unidos, nuestros aliados de la OTAN y 15 países asociados están ayudando al pueblo afgano a defender su libertad y a reconstruir su país.”

No menciona en absoluto que eso mismo fue lo que quiso hacer la URSS, al ocupar el país con sus poderosas Fuerzas Armadas, que terminaron derrotadas al chocar con sus costumbres, religión y cultura diferentes, independientemente de que los soviéticos no fueron allí a conquistar materias primas para el gran capital, y de que una organización socialista que nunca hizo daño alguno a Estados Unidos intentó cambiar revolucionariamente el curso de la nación.

De inmediato, Bush salta a Iraq, que no tuvo nada que ver con los atentados del 11 de septiembre de 2001, y fue invadido porque así lo decidió Bush como Presidente de Estados Unidos y sus más cercanos colaboradores, sin que nadie dude en el mundo que el objetivo era ocupar sus yacimientos de petróleo, lo que ha costado a ese pueblo cientos de miles de muertos y millones de desplazados de sus hogares, o se han visto obligados a emigrar.

“El pueblo de Iraq rápidamente se dio cuenta de que algo dramático estaba ocurriendo. Los que temían que Estados Unidos estuviera preparándose para abandonarlos, vieron cómo decenas de miles de soldados llegaban al país, vieron a nuestras fuerzas trasladarse a los vecindarios, desalojar a los terroristas y quedarse para asegurar que el enemigo no regresara… Nuestros soldados y civiles en Iraq están desempeñándose con coraje y distinción, y cuentan con la gratitud de todo el país…

“En el último año, hemos capturado o matado a miles de extremistas en Iraq; nuestros enemigos han sido duramente golpeados, pero no han sido derrotados. Y podemos esperar aún que haya luchas más difíciles.

“El objetivo el año que viene es mantener y edificar sobre los logros del 2007 pasando a la siguiente fase de nuestra estrategia. Las tropas estadounidenses están pasando, de encabezar operaciones, a ser socias de las fuerzas iraquíes y eventualmente a tener una misión de supervisión…

“Esto significa que más de 20 mil de nuestros soldados están regresando.

“Cualquier reducción futura de tropas se basará en las condiciones en Iraq y en las recomendaciones de nuestros comandantes.

“El progreso en las provincias debe ser equiparado con el progreso en Bagdad.

“Todavía falta mucho, pero después de décadas de dictadura y el dolor de violencias sectarias, la reconciliación está echando raíces, y los iraquíes están asumiendo el control de su futuro.

“La misión en Iraq ha sido difícil, pero es un interés vital de Estados Unidos que tengamos éxito.

“También nos enfrentamos a fuerzas extremistas en la Tierra Santa… Los palestinos han elegido a un Presidente que reconoce que hacerle frente al terrorismo es esencial para lograr un Estado donde su pueblo pueda vivir con dignidad y en paz con Israel.”

Bush no dice una palabra de los millones de palestinos despojados de sus tierras o expulsados de ellas, sometidos a un sistema de apartheid.

La fórmula de Bush es conocida: 50 mil millones de dólares en armas para los árabes, procedentes del complejo militar-industrial, y 60 mil millones para Israel en diez años. Se trata de dólares que mantengan un valor real. Alguien paga: cientos de millones de trabajadores produciendo con sus manos mercancías baratas y salarios mínimos, y otros cientos de millones de personas subalimentadas.

Pero no concluye aquí el discurso: “Irán está dándoles fondos y entrenamiento a grupos milicianos en Iraq, apoyando a los terroristas de Hezbollah en el Líbano y respaldando los esfuerzos de Hamas para socavar la paz en la Tierra Santa. Teherán también está desarrollando misiles balísticos de alcance cada vez mayor y continúa desarrollando su capacidad para enriquecer uranio, lo que pudiera servir para crear un arma nuclear.

“Nuestro mensaje a los líderes de Irán es claro: suspendan de forma verificable el enriquecimiento nuclear para poder negociar.

“Estados Unidos le hará frente a los que amenacen a nuestras tropas. Estaremos al lado de nuestros aliados y vamos a defender nuestros intereses vitales en el Golfo.”

No se refiere esto al Golfo de México, sino al Golfo Pérsico en aguas no más lejanas de 12 millas de Irán.

Hay un hecho histórico: en época del Sha, Irán era la potencia mejor armada de la región. Al triunfar la Revolución en ese país, dirigida por el imán Khomeini, Estados Unidos alentó a Iraq y le prestó apoyo para invadirlo. De ahí surgió un conflicto que costó cientos de miles de millones e incontables muertos y mutilados, y que hoy se justifica como algo propio de la guerra fría.

En realidad, no hace falta que otros órganos de divulgación informen sobre el discurso del Presidente de Estados Unidos; hay que dejar que el propio Bush hable. Para un pueblo que sabe leer, escribir y que piensa, nadie puede hacer una crítica más elocuente del imperio que el propio Bush. A título de país aludido, le respondo.

He trabajado duro.

Espero haber escrito con fría imparcialidad.

29 de enero de 2008

Hora: 7:35 p.m.

* La Jornada
* http://www.jornada.unam.mx/2008/01/31/index.php?section=opinion&article=036a2mun

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