Daily Archives: March 12, 2008

Modesto Emilio Guerrero: El Estado ‘Contra’ de América Latina

La apaciguadora Resolución de la OEA sobre la agresión militar colombiana a Ecuador resultó un empate a favor de Colombia que alentó al presidente Uribe a reiterar su ofensiva decididamente proyanqui en la Cumbre de Río. Esta aparente contradicción en los términos se resuelve de una manera muy simple.

Basta comparar el cálculo político de la agresión y los objetivos estratégicos de su patrocinante, EEUU, con el final del conflicto en la Asamblea de la Organización de Estados Americanos (OEA) y la reunión del Grupo de Río realizadas en forma simultánea. El resultado es una contradicción que le puede costar caro al continente. Uribe fue salvado y con él, la vigencia de la “Doctrina Patriota” del actual grupo dominante en Washington. Lo cualitativamente nuevo es que esta vez esa Doctrina agresiva la aplica un Estado latinoamericano contra otro igual. Esto es lo que se ha consagrado en la OEA y Río.

Los babosos caminos de la OEA

Curiosamente, y para hacer más complejo el cuadro, el conflicto reveló un dato político de importancia: ya Estados Unidos no tiene en la OEA el mismo tipo de control que tenía hace 10, 20 o 30 años, cuando hacía e imponía lo que le daba la gana. Basta recordar el conflicto entre Ecuador y Perú, o el de Argentina contra Inglaterra y antes con el Chile de Pinochet, o más reciente, en 2002, cuando quiso aplicar la Carta Democrática al gobierno de Hugo Chávez.

La reacción de protesta contra la agresión fue esta vez unánime en todos los gobiernos de la región (excepto Las Bahamas, Estados Unidos y Canadá, además de Colombia, claro). Eso no era lo usual.

A pesar de la moderación de algunos, incluso de la duplicidad de otros, el hecho es que debe ser la primera resolución sobre un conflicto de alta intensidad regional, en el que todos declaran a horas apenas, su rechazo enfático a la acción agresora contra un país pequeño, que no es cualquier país, porque tiene un gobierno que se define hoy por su condición anti imperialista. Es mucho pedir para la OEA y para muchos gobiernos que sintieron la candela en sus barbas.

Hasta gobiernos tan moderados como los de Bachelet o Tabaré, Torrijos, saltaron con declaraciones de alto vuelo diplomático condenando una acción en la que se sintieron involucrados y por qué no, también amenazados. Incluso gobiernos tan pitiyanquis y adversos a los bolivarianos de Ecuador y Venezuela, como los de Perú y México, apoyaron a Correa contra la invasión de Uribe.

Pero hasta ahí llegó la cosa. La OEA fue el límite. Cada uno y una en la medida de sus condiciones políticas internas y de sus respectivas relaciones con Washington. La correcta efervescencia de las declaraciones iniciales aterrizó suave en la OEA y Dominicana.

Una OEA sin yanquis

La mejor definición de la OEA, la hizo el comandante Fidel Castro en 1962, cuando develó su función imperialista regional en el sistema de Estados en el nuevo orden mundial luego de la II Guerra Mundial: “Este organismo interamericano no es más que un ministerio de colonias de los Estados Unidos”, dijo Fidel tras la expulsión de Cuba de ese organismo en Montevideo, a instancias de lo que luego se conoció entonces como la “Doctrina Betancourt”, aludiendo a la propuesta de Rómulo Betancourt, el presidente venezolano de entonces. Betancour declaró que “absolutamente incompatible la presencia de Cuba en el organismo interamericano”, casi las mismas palabras usadas por el Enviado por Washington. Como se sabe la OEA es la conformación sistémica del proyecto semicolonizador de 1889 cuando inventaron en Washington la Conferencia Panamericana.

En esa perspectiva histórica y actual tiene absoluta razón el presidente ecuatoriano Rafael Correa cuando exige la constitución de un organismo regional que sólo contenga países caribeños y latinoamericanos. Sin el imperio adentro.

Dijo: “Necesitamos una OEA sólo conformada por países de la región, es decir una Organización de Estados Latinoamericanos”, resaltó Correa en su cadena radial de este sábado en Quito” (Rafael Correa, Aporrea, domingo 9 de marzo).

Tiene razón. Sería un paso útil en el camino de ruptura con el control estadounidense en Latinoamérica. La contradicción nace en la Resolución final votada por Ecuador y todos los países congregados en la reunión especial de la OEA, la semana pasada.

En el texto se dice todo lo que sirve para quedar bien con los principios universales del progreso humano y el bienestar de los pueblos, menos una cosa: Un Estado llamado Colombia, al mando de un tipo llamado Uribe, agredió a otro llamado Ecuador. La Resolución salva al régimen de Uribe.

Como reseñó la agencia bolivariana de noticias: “Caracas, 05 Mar. ABN.- La Organización de Estados Americanos (OEA) consideró que el operativo militar colombiano efectuado el pasado fin de semana en suelo ecuatoriano ‘constituye una violación de la soberanía’ de Ecuador, pero no condenó explícitamente a Colombia, de acuerdo con el texto de resolución aprobado, que deja en manos de los cancilleres las recomendaciones para solucionar la crisis.”

Si esto, la condena expresa y explícita, no queda clara, todo lo demás queda oscuro y baboso, escurridizo. Y ahí resalta la declaración de Daniel Ortega, el presidente de Nicaragua, quien advirtió correctamente, que el gobierno colombiano se puede sentir aupado y entusiasta de hacer lo mismo con el aún más pequeño país centroamericano.

Siguiendo las investigaciones del Centro de Estudios para una Nueva Mayoría, de Argentina, las Fuerzas Armadas de Colombia son 13 veces más grandes que las de Nicaragua, 11 más que las de Ecuador y 5 que las de Venezuela.

Pero con dos diferencias cualitativas, que no señala el Centro citado: Son las Fuerzas Armadas latinoamericanas mejor equipadas por Estados Unidos, con la mayor cantidad de dinero (sólo Irak e Israel la superan en esto) y tecnología de punta como la que usaron para “cazar” satelitalmente al comandante Raúl Reyes en el selvático pueblito de Sucumbíos, a dos kilómetros de la fronteras colombiana.

Las fuerzas militares y policiales (la pavorosa DAS) del Estado colombiano, son las mejor entrenadas al día de hoy para guerras agresivas, porque llevan casi medio siglo combatiendo guerrilleros bien armados, en grandes cantidades y en zonas amplias de selva y montaña, experiencia que ya perdieron casi todos los ejércitos latinoamericanos.

Lamentablemente el voto salvado de Nicaragua en la reunión de la OEA, fue fagocitado política y moralmente por la cumbre del Grupo de Río en Dominicana, donde todo terminó en abrazos entre Correa, Chávez y Ortega con Uribe. Aunque, como se sabe, los hechos son testarudos y la cruda realidad social, sobre todo la colombiana, no puede ser absorbida en una declaración diplomática.

Todo está firmado, nada está resuelto

La dialéctica, que suele ser buena acompañante en momentos críticos, enseña que en política, como en casi toda realidad viva, vale tanto lo que haga, diga y sienta una fuerza, como lo que haga, diga y sienta la fuerza contraria que la enfrenta. Si nos guiamos por el contenido absolutorio de las resoluciones de la OEA y Río, y la inmediata exultación casi afrodisíaca de los enemigos de los gobiernos de Ecuador, Venezuela, Bolivia, Cuba y Nicaragua, podremos entender, como se dice en la Venezuela bolivariana, “por donde van los tiros”.

En los caminos de la OEA y Río, los tiros fueron por el camino equivocado. Y esa vulnerabilidad la tratará de aprovechar el enemigo interno y el otro, para presionar más, no para congraciarse y colaborar en el “progreso de los pueblos”.

El correcto objetivo de evitar una guerra entre países hermanos y de no regalarle esa oportunidad a Washington, no estaba obligado a terminar en un mensaje político equivocado, donde se pierden las fronteras con un enemigo tan peligroso como el gobierno de Uribe. La imagen debe ser e inversamente proporcional al discurso y directamente proporcional a los principios. Sobre todo en el siglo del imperio de la imagen simbólica y mediática.

Además de la diplomacia burguesa, por esencia hipócrita y falaz, el siglo XX vio aparecer otra de tipo revolucionaria, donde hay que aprender a combinar los principios con el protocolo. Se le puede sonreír a Uribe, lo que no se debe es deponer su condena en una Resolución y postular que se puede construir junto con él una Latinoamérica mejor.

En ese aspecto tuvo total razón el presidente venezolano cuando declaró en Aló Presidente que el gobierno de Uribe estaba desautorizado moralmente para convocar la próxima reunión de la UNASUR (proyecto unionista de países sudamericanos). Pero entra en contradicción con la Resolución de la OEA y el acuerdo y la imagen de Río. Uribe no puede mutar de enemigo a amigo en 48 horas en dos escenarios diplomáticos.

Sobre todo porque la historia suele jugar malas pasadas. Las tres fronteras calientes de Colombia siguen intactas. Todo puede volver a saltar, sea con Nicaragua por las tres islas caribeñas, sea con Venezuela por todo lo que cruza por sus dos mil kilómetros de frontera, o sea en la misma Ecuador, por donde la guerrilla colombiana seguirá tratando de escapar, como lo haría cualquiera en una lucha similar.

Las causas del conflicto con Ecuador no cambiaron, al contrario, se potenciarán con los resultados, sobre todo por la urgente necesidad del imperialismo yanqui de extirpar al gobierno venezolano y poner bajo control a los de Nicaragua y Ecuador.

Colombia, el nuevo Estado Contra

Se ha puesto en evidencia la transnacionalización del conflicto interno colombiano, un conflicto que nació desde sus profundidades sociales y políticas en 1948 y dio un salto en 1964 cuando aparecen las FARC como un ejército guerrillero con raigambre campesina, junto a otros movimientos insurgentes. Esa realidad se modificó es cierto. Ni las FARC de hoy son las mismas ni están en las mismas condiciones militares, ni los otros movimientos tienen fuerza ofensiva. Otros capitularon.

La novedad que debemos registrar es que el Estado colombiano tiende a “israelizarse”, como advirtió Chávez, y lo que hizo en Ecuador indica que puede convertirse en el Estado gendarme en la subregión.

Como lo fue Honduras en los años ochenta para combatir la revolución Centroaméricana; como lo es Israel contra la causa palestina, árabe e islámica, como lo fue Sudáfrica contra la revolución anticolonial del continente negro, como lo fue Corea del Norte, o la Irak de Hussein en 1980 contra la Revolución Iraní.

Todo el siglo XX está lleno de casos similares. Estados tapón, Estados gendarme, Estados subimperialistas, etc., y otras formas transitorias de contención subregional. El imperialismo siempre se apoyó en otros Estados para ejercer su dominación semicolonial.

Lo advirtió el presidente nicaragüense en Dominicana, “Lo que ustedes hicieron en Ecuador los puede convencer de hacerlo pronto con nosotros por San Andrés”.

En esta dinámica continental, el régimen político colombiano representa lo nuevo. Paulatinamente se convierte en la más importante plataforma de las políticas estadounidenses en la región (Plan Patriota, Plan Colombia, Plan Amazonas), dirigidas a cinco objetivos bien definidos: la contención del Caribe occidental, la del Istmo, las reservas petroleras venezolanas, la prórroga del control de la base ecuatoriana de Manta en el Pacífico, la inconmensurable bioriqueza del Amazonas y el equilibrio geopolíticocomercial en la Comunidad Andina, donde EEUU logró dos TLC después del fracaso del ALCA.

Si el Estado colombiano no es más y con más vigor expansivo se debe a por lo menos tres razones:

Primero: tiene a Palestina adentro en las selvas del Caguán, en el Chocó, en Villavicencio.

Segundo: Sus principales fronteras las ocupan tres Estados independientes de Washington: Venezuela, Ecuador y Nicaragua, cada uno a su medida. En Venezuela y Ecuador hay suficiente movimiento social politizado para resistir, no así en Nicaragua.

Tercero: La burguesía colombiana no tiene ni la fuerza económica ni la base social de la sudafricana o la israelí; al contrario, su lumpenización mediante la integración de las fuerzas paramilitares a las instituciones y la economía tiende a debilitarla estructuralmente, y tercero: Estados Unidos no está en el mejor momento para andar montando Estados gendarmes, a pesar de su actual política mundial agresiva.

* Argenpress
* http://www.argenpress.info/nota.asp?num=052874&Parte=0

1 Comment

Filed under Blogroll, Columns, Politics, Projects

APE: El futuro es el socialismo

‘Alerta, alerta que caminan, los chicos organizados por América Latina’, cantaban en medio de un calor pesado, decenas y decenas de pibas y pibes venidos de Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos, Córdoba hasta la ciudad que parió la bandera, los estallidos del ´69 y aquella figura rebelde que este año cumplirá ochenta, Ernesto ‘Che’ Guevara. Fue en Rosario, en una luminosa tarde que el trencito de la vida, los cabezudos, los títeres del compañero tucumano que siempre emociona con la historia de su viejo y los zafreros que se reunían a ver muñecos en los costados de las montañas, los redoblantes de la comparsa ‘Todo por un sueño’ y casi un millar de personas gritaron bien fuerte: ‘El hambre es un crimen. Ni un pibe menos en la Argentina’.

Desde Villa Constitución, la asociación Engranajes junto a la Juanito Laguna, de Santa Fe, y las de Capitán Bermúdez, militantes sociales, corazones palpitantes y en carne viva, decoraron el local del supermercado recuperado por sus trabajadores, ahora llamado La Toma, en pleno centro de la ex ciudad obrera ahora devenida en territorio donde circula el dinero derivado de la orgía de la soja.

-Vamos a hacer marchas hasta que no haya más hambre en la Argentina -dijo una nena de luminosos ojitos marrones a manera de prólogo.

Brenda, de Villa Constitución, balbuceó que quería que ‘todos los chicos tuvieran zapatillas y pantalones’, mientras una piba de los Pueblos Originarios radicados en Rosario, dijo que no es posible que ‘a los gobiernos se les tenga que mendigar para tener vivienda y educación. No puede ser que nos den droga en lugar de un futuro digno’, remarcó con claridad, contundencia y ternura invicta.

Después llegó el turno de Víctor De Gennaro, secretario de Relaciones Institucionales de la Central de Trabajadores Argentinos, que sostuvo que ‘frente a este gobierno enemigo es necesario construir una nueva marcha que recoja la experiencia de las anteriores. Porque yo tuve la suerte de aprender de estos chicos que fueron capaces de transformarse a sí mismos, que se puede cambiar, que se debe cambiar. Hoy empieza el camino hacia la victoria. Nuestro pueblo está para más y es necesario juntarnos’, sostuvo el referente social y político.

A renglón siguiente, habló el poeta militante, Alberto Morlachetti: ‘¿Cuál de los queridos pedacitos de Rodolfo Walsh o Agustín Tosco hablaba de capitalismo? ¿Qué tipo de amnesia globalizada sufrimos los argentinos? En los años setenta se hablaba de socialismo, no de capitalismo con rostro humano. Y eso es lo que habrá que reverdecer para que los chicos que tienen textura de futuro realmente lo sean. Socialismo para la liberación’, remarcó Alberto con una pasión desbordante y contagiante.

Prometió que ‘la que viene será la última Marcha de los Chicos del Pueblo. Porque vamos a llegar hasta la Plaza de Mayo y no nos vamos a ir hasta que efectivamente deje de haber chicos que se mueren de hambre en la Argentina. Porque un solo chico que se muere de hambre en la Argentina es ya un genocidio’, sostuvo en medio de aplausos y redoblantes esgrimidos con la singular habilidad de las manos pibas de los chicos que lucían sus pecheras con orgullo, aquellas de la leyenda ‘El hambre es un crimen’.

Vinieron los saludos de las Madres de Plaza de Mayo de Rosario y Santa Fe. Habló la querida e infaltable Queca Kofman que sostuvo sentir ‘alegría por estos chicos y bronca frente a la indiferencia de los gobiernos. Pero que el futuro será otro a partir de este seis de marzo’, indicó la maestra de ojos azules.

Eduardo Delmonte, de la Corriente Clasista Combativa, reivindicó la experiencia de 2001, ‘algo que no está cerrado y que seguramente hará que el futuro sea distinto cuando los de abajo estén arriba’.

Por su parte, Carlos Chile, del Movimiento Territorial Liberación, expresó que se sentía victorioso. ‘Hay que ser muy revolucionario para estar con cuarenta pibes en los comedores todos los días, dar respuestas a esas urgencias; hay que ser revolucionario para dar caricias y abrazar a esos chicos. Entonces veo que aquí hay tantos y tantos revolucionarios que me digo: somos invencibles’, dijo con emoción y profunda simpleza.

Héctor Quagliaro, histórico dirigente de la Asociación de Trabajadores del Estado, reverberó su primera experiencia en Tucumán cuando vio a pibas y pibes comiendo tierra. Y terminó diciendo, al uso de Arturo Jauretche en su poema del Paso de Los Libres que ‘es pa todos el invierno o es pa todos la cobija’.

Por último, Pedro Peretti, de la Federación Agraria Argentina, indicó que ‘sin reforma agraria no habrá futuro para los pibes en la Argentina y que este es uno de los temas tabúes en el país’.

De esta manera, con mucho calor y mucha pasión, entre banderas multicolores y canciones de pibes del barrio Ludueña, donde viviera Pocho Lepratti, el ángel de la bicicleta al que le cantara León Gieco, terminó el acto del lanzamiento de la campaña nacional ‘El hambre es un crimen’. Una vez más, desde Rosario y hasta cada rinconcito del país, otro Cielo fue parido por la ternura rebelde de las Chicas y Chicos del Pueblo.

* Argenpress
* http://www.argenpress.info/nota.asp?num=052866&Parte=0

Leave a comment

Filed under Blogroll, Columns, economy, Human Rights, Politics, Projects, Resistance

Luis Linares Zapata: La mafia del poder cupular

Con apenas dos meses al frente de la Secretaría de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, el brazo fuerte de Calderón, soporta abultado fardo de problemas que le han doblado su débil espalda. Las ambiciones del joven preferido de Los Pinos han ido más allá de sus capacidades para encauzarlas por la debida ruta de la ley y los valores éticos que tendrían que servirle de guía y marco general. Mouriño pretendió jugar el triple papel de contratista, impulsor de negocios trasnacionales y conjugarlo con el de encargado de las relaciones políticas del Ejecutivo federal con los demás poderes de la Unión. Una encomienda claramente incompatible con su defectuoso accionar. Un verdadero enredo de cometidos que lo tienen al borde del abismo. Y con él se asoma, con el pánico inherente a estos peligros y penas en la historia de la cosa pública, su mismo patrocinador.

A los contratos signados por Mouriño como apoderado de la empresa familiar, Ivancar –suficientes para designar una comisión investigadora especial y defenestrarlo–, se suman otras andanzas de mucho más calado y consecuencias. Quizá la más relevante por sus repercusiones jurídicas es el abierto tejido de una red de funcionarios, presta para sustentar sus pretensiones de poder y riquezas (reporte Índigo). El más torpe estilo Ahumada se repite y Mouriño lo imita sin escrúpulo. Otra más cuando, por iniciativa propia o por encargo de su jefe directo, se presenta como pivote de acuerdos comerciales con armadores navales gallegos, en la mismísima región de donde procede su estirpe (Faro de Vigo). El intríngulis formado de esta mafiosa manera no requiere mayores explicaciones: se presenta solo y dibuja al grupo de cómplices incrustado en la cúspide del oficialismo.

Pero Mouriño tiene y cuenta con una malla de protección mayor de la que le puede extender su amigo Calderón. Rebasa el apoyo mediático de un programa estelar de noticias (Televisa) o de las plumas y conciencias que tratan de disculparlo con sofismas varios. Va más allá del respaldo incondicional que le han ofrecido los panistas, con el niño Tarsicio al frente (Germán Martínez, que por ahora funge como su designado presidente del PAN por dedazo directo) para instalarse en la cúpula del priísmo tardío. Es aquí, en este ámbito que presume de habilidades y la experiencia suficiente donde Mouriño ha encontrado algo de paz para su atribulada alma de novel funcionario bajo brutal cuestión. Son los priístas de elite los que le han extendido esa mano convenenciera y apuntan salidas que se van gastando con las horas. Para asfixia de sí mismo y de su grupo íntimo, Mouriño ha resbalado hasta enredarse en la trampa de una alianza dañina, tanto para él como para los taimados autores. Tanto Gamboa como Beltrones, en el solícito papel de protectores áulicos, lo dejarán caer sin contemplación alguna ante lo que se avecina si su jefe superior no responde a sus mensajes y cumple lo exigido.

Pero la reacción de la prensa ante el apoyo de los coordinadores priístas ha sido implacable para con sus imágenes de conductores y políticos. El manto aventado a Mouriño, en lugar de acrecentar su celebrada capacidad de maniobra, los ha metido en un tobogán de complicidades de donde no saldrán ilesos. “Una raya más al tigre”, dirán algunos cínicos, pero no será tan fácil la tarea de salvamento. Además, muchos de sus correligionarios partidistas, que no son pocos ni desprovistos de instrumentos, se muestran irritados por tan grotesco manipuleo en espera de saldar cuentas pendientes. Tan pronto se den cuenta del daño recibido, por grandes o fructíferas que sean las prebendas ofrecidas a cambio, tratarán se neutralizar los efectos del inminente naufragio.

A pesar de las críticas a la labor de denuncia llevada a cabo por López Obrador, a quien acusan, como siempre, de varias perversidades, la lucha por evitar la privatización del sector energético sigue adelante. Por lo pronto, la batalla por la atención ciudadana ha sido ganada. Los mexicanos están atentos a lo que se fragua desde esas oficinas de negociantes sin escrúpulos y desbocada ambición. Se extiende y solidifica la idea de que la reforma energética anunciada no es más que la pretensión de un grupúsculo de mandones (nativos y del exterior) por meterle grotesca mano a las riquezas colectivas que todavía se mantienen intocadas. Desean apoderarse de la parte sustantiva de la renta petrolera y de las plantas de generación eléctrica. Desean, con furia incontinente, apropiarse también del ancho campo de las energías renovables. La mal llamada reforma energética no es más que un eufemismo a modo que inventan y difunden los negociantes coaligados en perjuicio de los tesoros de la nación. Lo que Mouriño en verdad representa es esa camada de panistas de cuño descarado que pretenden, y han logrado, incrementar sus ya desmedidas riquezas a costa de los bienes de todos. Una camada de la peor especie: ésa que combina, en secreto, la función pública con los negocios privados.

El gobierno legítimo que preside López Obrador no pretende enfocar su esfuerzo en denostar a Mouriño. Sería una tarea de lo más fácil, simple y expedita. Tampoco se opone a todo lo que el gobierno plantea y hace, como tantas veces le predican. Mucho menos desea que el país fracase y se afecte el bienestar del pueblo. Se opone, sí, a que se continúe depredando al país, que se siga abusando de la buena voluntad de los mexicanos, en especial de los que menos tienen. A eso sí que se opone, no sólo él, su gobierno y los partidos del FAP que lo respaldan, sino un creciente y cada vez más consciente grupo de ciudadanos de variada composición. Grupo humano que se cuenta por millones de activos agentes del cambio.

El programa que AMLO ha venido ofreciendo a México pretende integrar el sector energético para que sea un sólido motor de impulso al progreso. Se apuesta a crear la propia tecnología para utilizar las riquezas petroleras que aún tiene el país y cimentar así un desarrollo independiente y no salir, compulsivamente, en busca de interesado auxilio, alegando que los mexicanos no pueden solos. Se propone que el sector de la energía quede tal como lo mandata, con envidiable precisión, la ley suprema: bajo el estricto pero amplio control del Estado. No se acepta que ésta pueda violentarse modificando leyes secundarias (tal como ya hizo Salinas con la ley del 92 del servicio público) a que tan efectos han resultado los panistas dirigidos por los beneficiarios de siempre.

* La Jornada
* http://www.jornada.unam.mx/2008/03/12/index.php?section=opinion&article=021a1pol

Leave a comment

Filed under Blogroll, Columns, Politics